No se que sea...

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  Mis lágrimas caen, igual mi sangre.
El viento está fresco, así me gusta.
  Rompo en llanto, me veo chocar contra el pavimento, cayendo desde un piso 27...
  Necesito algo... no se qué sea.
  La primera acción que tuve fue disgustante para todos.
  Yo no elegí nacer, prefiero haber sido un feto abortado...

  Cada vez me siento peor, cada momento que vivo estoy triste, cada segundo que pasa lucho contra migo mismo.
  No sé que me pasa, solo estoy de ese modo.

  Me convierto en un homicida, culpa de las voces, ellas me atosigan, me agobian.
  La primera persona que asesino fue a mi madre, pero te juro que no quería hacerlo.

  Degollé a más de 70 personas, haciéndolas sufrir de una manera en la que prefirieron haber muerto en una tortura.

  Eso me hacía sentir vivo, me hacía sentir excelente...

... Pero llegó un día que nada de eso me daba alegría, entré en un vacío, seguía haciendo los homicidios perfectos, pero ya no me llenaba el corazón, ya no me quitaba la tristeza, ya ver sangre dejó de excitarme (no del modo sexual). Pensé "Nada me llena, no se que sea", era la segunda vez que decía eso.

En un momento de esa última época de mi vida, comencé a flagelarme, otra vez, empecé a llorar demasiado, a tener angustia, a querer no tener vida.
  Luego de un tiempo me arrepentí de todas las muertes que había causado.

  Escribí una carta, para que no sufran quienes me querían, expliqué como generé que todas las vidas sean llevadas a la muerte sin que me descubran, y resumí por qué me suicidaba.
Me subí a un piso 27 y me lancé al suelo.

  Ya había descubierto que necesitaba, descansar eternamente.

Un Suicida Desquiciado [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora