Capítulo 4

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  • Dedicado a Patricia Soria
                                    

Se sientan sobre el capó de una camioneta vieja y él apaga la luz de la linterna dejándolos casi a oscuras iluminados por el tenue brillo de la luna. Puedes sentir la suave brisa acariciando tu rostro y jugando con tu cabello, es una hermosa noche de finales de primavera y estarías disfrutándola de no ser por los gruñidos que cada tanto se oyen provenientes de las cercas. Se quedan un rato en silencio sin saber qué decir y comienzas a arrepentirte de haberte quedado, es obvio que no eres la persona favorita de Daryl. A pesar que te salvó la vida puedes sentir cómo intenta alejarse cada vez que te acercas, estás a punto de excusarte para volver con los demás cando se decide a hablar,

-         No te he dado las gracias. Dónde aprendiste a tallar así?

-         Ah, esos fueron muchos veranos aburridos sin nada mejor que hacer. Y no me lo agradezcas, te lo debía.

-         Ya lo creo que fueron muchos veranos aburridos, haces un muy buen trabajo para ser una chica.- dice sonriendo, aunque no puedes verlo lo adivinas en su voz y sonríes también.

-         Y tu?

-         Yo qué?

-         Qué hacías antes de todo esto?

-         Mi padre, Merle y yo siempre fuimos cazadores. Vivíamos en las montañas al norte de Georgia y guiábamos a los turistas que venían a jugar a los cazadores, los llevábamos a dónde estaban las presas seguras y les dejábamos disparar. Unos inútiles que solo querían la foto de recuerdo para presumir con sus amigos.- sonríes ante su comentario, conociste a unos cuantos que hubieran hecho lo mismo- El resto del tiempo nos dedicábamos a beber cerveza, reparar motocicletas y a salir con chicas.

-         Vaya, todo un macho!- dices riendo y te mira de reojo dedicándote una amplia sonrisa- Y nunca tuviste tu propia familia? Tenías novia o algo así?

-         Mi familia era mi hermano, las mujeres nunca fueron parte de mis planes. Al menos no de esa manera.

-         Ya veo, ninguna mujer en su sano juicio fue tan valiente como para soportar tu mal carácter.- dices divertida y a él también parece causarle gracia tu comentario.

-         Creo que en eso tienes razón.- ríen juntos un rato y luego el silencio va ganando terreno otra vez hasta que Daryl habla de nuevo.

-         Cómo lo perdiste?

-         El qué?

-         Tu anillo, aún tienes la marca en tu dedo.- es una suerte que no pueda verte el rostro en la oscuridad porque acabas de palidecer, jamás te hubieras imaginado que alguien repararía en ese detalle, Daryl es sin lugar a dudas un buen cazador.

-         Eh, yo… bueno.. si, lo perdí en el campamento anterior. Estuve casada por tres años y luego me separé.

-         Pero seguías usando el anillo de bodas..

-         Es que el día que nos separamos comenzó la infección. Al principio me olvidé que lo tenía, no había tiempo para pensar en eso, pero después decidí conservarlo por si en algún momento me servía para intercambiarlo por algo.

-         O sea que técnicamente eres viuda.

-         Supongo.- dices encogiéndote de hombros. Esta conversación se está poniendo demasiado seria.

-         Supones? No estás segura?

-         Bueno, cuando le dije que me iba tomé mis cosas y fui a reunirme con mi hermana. Planeábamos tomar un vuelo a Sidney, me iba a instalar allí con ella hasta que acabara el divorcio. Obviamente jamás llegamos al aeropuerto, el ejército ya estaba en las calles. Dudo que lo haya logrado, la ciudad era un infierno y él no estaba preparado para ese tipo de cosas.

-         Y tu si? Pero si pareces recién salida de uno de esos colegios caros para niñas mimadas.- otra vez se te retuerce el estómago, éste tipo es demasiado bueno deduciendo cosas. Si bien hace muchos años abandonaste el colegio, acertó a qué tipo de escuela ibas.- Si tu lo lograste él también podría haberlo hecho.

-         Es verdad, pero yo tenía a Grace. Ella estuvo un par de años en el ejército hasta que terminó su carrera y decidió no continuar. Fue ella quien me enseñó todo lo que se.

-         Ya veo. Y.. tenían hijos?

-         No. No puedo tenerlos.- haces una mueca al recordar ese detalle, aunque hoy te resulte un alivio en su momento te dolió saberlo.

-         Bueno al menos no tienes que lamentar haber perdido a alguien más. Y dime, cómo fue que el Príncipe Azul terminó convertido en sapo?

-         En realidad nunca fue mi príncipe azul.

-         Bueno, en algún momento debiste verlo así ya que terminaron casados…

-         Nos casamos porque eso era lo que se esperaba que hiciéramos, de haber podido elegir no lo hubiera hecho.- dices cabizbaja y bajando la voz.

-         Me vas a decir que en pleno siglo XXI todavía hay matrimonios arreglados?

-          Piensa lo que quieras, esto es algo de lo que prefiero no hablar, no me gusta hacerlo.- tantos recuerdos se agolpan en tu cabeza que con solo pensarlo revives sentimientos que intentas olvidar y eso te angustia. Daryl lo nota sin que digas nada e intenta remediar su error.

-         Oye, lo siento…- te sorprende tanto oírlo decir eso que no puedes evitar lo que dices a continuación y es que no parece para nada la clase de hombre que sería considerado con ese tipo de cosas.

-         Acaso te estás disculpando Dixon?- dices entre sorprendida y algo burlona. Al instante te arrepientes cuando él se gira enfrentándote en la oscuridad.

-         Y qué? Crees que no soy capaz de aceptar que he metido la pata y disculparme?- así tan de cerca logras ver con más detalle su rostro, te habla entrecerrando los ojos evidentemente molesto- Tu también vas a juzgarme sin conocerme?

-         N..no, lo…yo..lo siento. Disculpa, dije una estupidez.- logras decir intimidada por la situación. De pronto se acerca más y toma tu cara entre sus manos obligándote a mirarlo, puedes sentir su aliento en tu rostro y te mira directamente a los ojos.

-         Lamento haberme metido en donde no debía, no era mi intención molestarte, Princesa.- con el pulso acelerado apenas puedes respirar, el contacto de sus manos en tu piel y el calor de su cuerpo que ahora está tan cerca te hacen perder la cabeza.- Me disculpas?

-         Ssi.- logras decir con un hilo de voz asintiendo con tu cabeza lo que te permite con su agarre. Acaricia tu mejilla lentamente, cierras los ojos y tragas con dificultad.

-         Espero que algún día quieras contarme toda la historia.- te suelta y tardas unos segundos más en abrir los ojos.- Quieres algo de té caliente?- te dice mientras saca dos pequeñas tazas metálicas y sirve el contenido de un termo, te entrega una y beben.- Es lo único que queda, ya no tenemos café. Espero conseguir un poco en la próxima salida, esta vez iremos más lejos a probar suerte.- apuras el contenido de tu taza sin decir nada, tu corazón aun late con fuerza. Nunca antes te has sentido así y aunque es una sorpresa no puedes negar que te gusta la sensación. Te deslizas hacia atrás y te recuestas sobre el parabrisas. En silencio contemplas el cielo estrellado mientras la fresca brisa continúa acariciándote. Daryl te mira por sobre el hombro y sonríe, continúa hablando sobre los preparativos para la expedición y te cuenta los detalles. Lo escuchas hasta que su voz se pierde y te quedas dormida.

En cuanto se da cuenta que duermes te cubre con su poncho, las noches aun suelen ser frías y siempre lo lleva a mano. Se te queda viendo en silencio, sus pensamientos son muy confusos y se maldice interiormente por semejante distracción. Se obliga a alejarse de ti y continúa vigilando. Las cercas y tu sueño…

Eat my HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora