XXXIV. Si estuvieras aquí

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Cómo extrañarte si nunca te tuve. 
Y cómo extrañarte si cuando vivía contigo, no me dabas el amor que yo sé que sentías.
Cuando tu nombre resuena por el mundo
Mis lágrimas son tan pesadas como el recuerdo.

Sé que estás
Aunque quisiera abrazarte;
Sé que me escuchas
Aunque quiera sentir tu mirada cuando lo haces.

Llegas cuando más te necesito
Y desapareces, cuando ves que estoy bien.
Todo en un mismo amor.

Conozco tu imagen,
aunque solo las fotografías me la recuerden.

Aunque no te veo
Vives en todas las virtudes que me has dejado.

Te escucho,
en el aprendizaje que adquiero.

Dentro de mí
Viven tus cualidades
Que evoco,
pues me diste los talentos.

Si estuvieras aquí
Este momento sería diferente.
Si estuvieras aquí,
no me hubieras dado la gracia de recordarte.

Te fuiste dejando heridas que gustan.
Pues en el dolor de tu ausencia me logras inspirar.

Como el brillo de quien no aparece, 
como la calma de saber que puedo vivir en una época en la cual existías. 

Con tu partida,
he tenido que dejar todo aquello en lo que siempre me refugiaba.
Con tu partida, 
aprendí a valorar a quienes quiero, y lo corta que es la vida.

El funeral del tiempo (AZUL) (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora