LXV. María

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Siento que cultivo en el camino
la armonía de tu llanto,
y la risa de tu cuerpo.

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Sigo teorizando mis palabras,
y practicando tu silencio.  
Mientras leo entre relatos el origen de éste universo.
Y veo cómo en la naturalidad de mis momentos, desnaturalizo tu recuerdo.

Ahh...sé que te dilatas las pupilas cuando miras un espejo,
y que no encuentras razones, para presentarme tus costuras.
Pero seguiré estallando en versos, hasta que libere tu sonrisa
y desate los demonios que cautivan tus caderas.

Amor,
que tienes las causas heridas.
Lamento deberte tanto...
que incluso, quedó esperando una despedida.

Pero te obsequio mi humanidad ante el jurado de tus ojos.
Y solo necesito esta página, para hacerte eterna.

Y lograr que nadie me pueda menospreciar este poema,
escrito a la mujer más bella.
Que toma asiento al lado derecho de la justicia.

Ahora, los poetas retirados se lamentan
Los no románticos perdieron el vigor
y a las poetisas, se les fue la belleza.

Ante la esencia arrogante como la marea,
que nada de mortal tiene su mirada.
(divinidad en movimiento)

Duele ver cómo la distancia calcula el deseo.
Y cómo soy rival de mis memorias...
porque ya es muy tarde
para pedirme que no te espere.

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Ahh corazón...
cómo te olvidaste de retener el miedo.
Si esa valentía, mi poesía la agradece. 

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Grandes preguntas sobre el amor...¿tienes alguna?

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⏰ Última actualización: Apr 08, 2020 ⏰

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El funeral del tiempo (AZUL) (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora