Capítulo 02

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Jugaba con las llaves del auto mientras esperaba sentado dentro de éste que Malena llegara. Estaba ansioso y no sabía como calmarme, deseaba verla ya y llevarla a mi departamento conmigo.

Cuando la vi caminar hacia el estacionamiento y buscarme con la mirada, sonreí instantáneamente pero enseguida me tragué la sonrisa para verme más serio y que no me tomara como chiste o algo por el estilo. Bajé el vidrio de la ventanilla y cuando llegó a mí seriamente, me saqué los anteojos negros para analizarla.

— Viniste —la sonrisa volvió a crecer en mis labios pero esta vez no me molesté en esconderla.

— Solo para dejarte en claro un par de cosas —oh, no. Ese tono no era bueno para lo que yo me imaginaba. Malena abrió la puerta y se sentó en el asiento de mi lado, se enfrentó a mí con los brazos cruzados y por fin habló—. No sé qué pretendés con todo esto, no quiero arruinar mi trabajo y todo lo que tengo por tu culpa. Así que por favor, te pido que dejes de molestarme, y si querés decirme algo decímelo ya.

— Quiero que te acuestes conmigo.

— No —su seriedad me decía que no podía jugar con ella o remarla como con alguna otra chica.

— Mirá, Malena, sé que te gusto, y que te encantaría tener sexo conmigo. Ya lo sé todo, ¿ves? ¿Qué problema hay con que hagamos esto?

— Sabés perfectamente que no está bien, que ambos somos figuras públicas, tenemos fans, salimos en revistas y que, lo peor de todo, algunos nos piden que seamos pareja. ¿Sabés el problema que haría si alguna vez nos ven juntos y para colmo que sea a solas yendo a tu departamento o adonde sea?

Suspiré, agotado. Un podo de razón tenía, era cierto que a muchas les gustaba la pareja que hacíamos y seguramente enloquecerían al saberlo. Pero eso no podía impedirme nada.

— ¿Alguien nos está viendo ahora?

Su cara de confusión se hizo presente y giró la cabeza dándole un vistazo al lugar donde estábamos. Me miró con los ojos un poco achinados, negando con la cabeza.

— No sé por qué ponés tantas excusas. ¿Podés tener al menos un poco de valor para decir que mi idea te llama mucho la atención?

Dejé el juego de mis manos y me arrimé a ella, cortando un poco la distancia, hablando cada vez un poquito más bajo. Mi cara estaba a centímetros de la suya, tranquilamente podía sentir su aliento sobre mi piel. Nuestras narices se tocaban, sus ojos estaban atentos a mis labios robándole una sonrisa engreída.

— ¿Qué querés, Julián? —su voz floja y a la vez autoritaria me hacían poner los nervios de punta.

— Ya te lo dije.

Tomé su mentón entre mis dedos mientras me hacía hacia delante para atrapar sus labios con los mios. Estiré mi brazo para volver a cerrar el vidrio polarizado, por si acaso.

Su boca se conectó de inmediato con la mía y su lengua no tardó en unirse. Disfrutaba al máximo besarla, estuve meses deseando probar su boca y ahora sentía que era la gloria.

Llevé mis manos lentamente hacia su cintura y la acaricié durante unos segundos, levantando un poco su ropa para ver lo caliente que se sentía su piel. Mis manos subieron hacia sus pechos y los acaricié por encima de su sujetador, provocando que sus suspiros fueran cada vez más profundos. Su remera salió volando en cuanto ella me atrajo más a su cuerpo, entonces supe que sí lo que quería y no desperdiciaría ese momento.

— Esperá —susurró interrumpiendo el beso. La escuché atentamente sin dejar de ver sus labios—. Les prometí a mis papás que estaría ahí después de salir de grabar. Les avisé que estaba saliendo.

No podía decirme eso, ¿por qué no lo mencionó antes que yo me emocionara? ¡La quería ya! De cualquier manera. Por lo menos, no sé, sexo oral.

— Solo un ratito —contesté—. Y después yo te llevo —negó con la cabeza—. Necesito que me alivies ahí abajo.

Malena llevó la vista hacia mi pantalón, entonces sus cejas se subieron haciendo que las ansias se apoderaran de mí. Por más de que haya tratado de ocultar su sonrisa traviesa no pudo hacerlo y al final terminó dándome una mirada satisfactoria.

De un salto me pasé al asiento trasero y ella no dudó ni un segundo en subirse encima mío. Sus labios buscaron los míos y en cuestión de milisegundos los estaba saboreando con ganas.

Me saqué la remera que traía puesta mientras ella se encargaba de acariciar mi pecho. Cambió el camino de sus besos hacía mi cuello y mordió mi piel un par de veces antes de bajar un poco más. Iba besando mi pecho, luego mis abdominales sin olvidarse de morderme marcando sus dientes en mi piel, descendió un poco más ahora acompañada de unos suaves masajes a mi erección por encima de mis pantalones.

— ¿Ves cómo querías esto?

Acariciaba su rostro con ambas manos, su piel suave como bebé se hacía adictiva a mis dedos. El pelo que caía en su rostro interrumpía sus labios con mi piel así que los aparté enseguida, armando una colita y sosteniéndola con mis manos.

Sus dedos llegaron a mi botón, desprendiéndolo, bajó el cierre del jean y la ayudé a que los pantalones desaparecieran de mi cuerpo.

Creí que sacaría mis bóxers, en cambio, se sacó su pantalón quedando solo en ropa interior. Se sentó sobre mí, rozando ambas intimidades, aún con telas. Comenzó a balancearse despacio, torturándome, haciéndome sentir lo que ella tenía para mí. Dejé escapar un gemido al sentir como su humedad traspasaba las telas y llegaba a mí.

Al parar de sobarse contra mí, quise decirle que no lo hiciera, que siguiera haciendo eso porque se sentía estupendo, pero su beso me calló. Descendió nuevamente y esta vez sacó mi bóxer dejando salir mi pene que demasiado estaba aguantando teniéndola a ella mojada encima mío.

Malena mordió su labio inferior al verlo, sus ojos brillaban con lujuria. No dejaba de observarlo y mi paciencia no daba para más así que alcé mis caderas para dejar mi miembro más cerca de su rostro.

—Probalo —rogué, pasando un dedo por sus labios. Ella se acercó lentamente, parecía una eternidad, hasta que al fin sus labios tocaron mi entrepierna.

Gemí al sentir sus manos alrededor de mi miembro, cómo también lo besaba, seductora. Bajaba y subía sus manos, con lentitud, como si se hubiese olvidado de sus padres y quisiera dedicarme todo el tiempo a mí. Su boca se abrió y el placer se hizo más fuerte al sentir la lengua recorrer lo largo de mi pene, que después de unos segundos se metió dentro de su boca.

— Sí, Male, lo hacés tan bien... —las palabras salían de mi boca sin siquiera pensarlo.

Malena aumentaba el ritmo en cada segundo, dejó de hacer movimientos despacios para hacerlo un poco más rápido y después más. Cerraba los ojos sintiendo cómo ella se llevaba todo de mí con cada lamida o más aún cuando succionaba de la punta. Tenía una vista hermosa desde arriba, viendo como ella se emocionaba por darme placer y hacer que todo entrara en su boca, cómo dibujaba con su lengua el contorno de la cabeza de mi miebro y gemir sobre él.

El calor que mi cuerpo tenía se hizo eternamente insoportable cuando estaba a punto de correrme. Quise advertirle a Malena que ya todo se terminaba pero ella no quiso apartarse, estaba esperando que le diese todo así que dejé que todo mi semen de desparramara en su lengua. Disfruté viendo su sonrisa y cómo se tragaba todo lo que tenía en su boca. Me miró desde abajo pero yo no podía hacerle por lo menos una caricia, estaba intentando controlar mi respiración y recuperar un poco mis fuerzas.

— Ahora sí, llevame a casa —fueron sus siguiente palabras, antes de dejar otro beso más en mi cuello. Se sentó en el asiento de adelante sin volver a darme una mirada y esperó a que yo me recuperara para llevarla a donde me pedía.

Conquista Pendiente - HOT {+17}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora