Capítulo 12

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Malena

El día cargado de nerviosismo llegó en un parpadeo trayendo consigo minutos de pura ansiedad. Saber qué podría pasar me intrigaba, necesitaba tanto que fuera el horario acordado en el que Julián vendría a mi casa. Ni siquiera estaba segura si se acordaba pero estaba entusiasmada y no quería pensar en que me dejaría plantada.

Mis papás estuvieron ausentes tal y como me lo había dicho mi hermana, quien estaba tan nerviosa como yo. Los días después a nuestra charla ella solo se preocupaba en entender la relación que tenía con Julián y me daba consejos desde su punto de vista.

Casi una hora antes de las 11 pm me bañé, para empezar con mi preparación. Luego no fue muy difícil elegir mi ropa;  Violeta me había ayudado mucho y se encargó de dejarme elegir mi vestido teniendo en cuenta mis gustos. Una vez con la prenda amoldada por mi cuerpo y después de ponerme las pulseras y el collar, me apresuré en maquillarme y esperar el "ok" de mi hermana. Según ella estaba muy linda y Julián no podría resistirse a mí, solo faltaba confirmarlo.

El tiempo pasaba lento, los minutos parecían una eternidad, pero por fin llegó el momento y el timbre sonó. Violeta me mandó al pasillo a que me escondiera mientras ella abría la puerta y lo hacía pasar, según ella era una técnica que lo hacía desear.

  — Hola, soy Viole —escuché cuando la puerta se abrió, unos segundos de silencio después volvió a hablar—. Mi hermana ya viene, vos pasá.

— Ah, está bien, dale.

— Sentate ahí, ya le aviso a Male que estás acá —rió—. Hace un buen rato que no la veo, voy a fijarme.

Mordí mis labios y tomé aire reteniéndolo en mis pulmones. Mi hermana llegó a mí sonriendo.

— Se nota que está nervioso, tentalo — susurró en mi oreja.

— Andá a tu pieza y no espíes.

— Esperá, a ver, a ver — achinó los ojos— . ¿Quién les va a servir la comida?

  — ¿Yo? — me señalé obviamente.

— No, vos no te despegues de él. Hablale bajito y pestañeá mucho.

Violeta desapareció de mi vista y me quedé con la mirada perdida. ¿Pestañear mucho? ¿En qué ayudaba eso? Seguro pensaría que se me había metido en el ojo, y que él se fijara en eso y no tener nada solo era una táctica vieja horrible.

Respiré profundo una vez más y me armé de valor para salir del pasillo y encontrarme con Julián, que estaba sentado en el sillón con su cabeza apoyada en el respaldo. Carraspeé suavemente y levantó su vista para pasarla lentamente por todo mi cuerpo. Sentí como toda la sangre subía a mis mejillas, pero no me importó me acerqué a él a pasos lentos y segura de mí. Por un momento sentí que me había preparado mucho comparando a cómo él estaba presente, sin embargo pude convencerme a mí misma que no era exagerado. 

  — Ehh... ho-hola — pronunció con dificultad sin dejar de mirarme.

Sonreí sentándome a su lado y me pegué a su cuerpo, acomodando mi vestido rojo para que quedara prolijo sobre mis piernas.

— Hola.

— Emmm... —aclaró su garganta— ¿Qué sería todo esto?

  — Solo una cena. Quería hablar con vos de algo.

— Pensé que íbamos a estar solos — aseguró con la voz más suave.

— Violeta ya se va a dormir en un rato, espero —sonreí mostrando mis dientes.

Sus  ojos solo apuntaban a los míos, los pocos centímetros que nos separaban en realidad parecían muchos para mí. Rogaba internamente que rompiera la distancia y me besara solo como él sabía hacerlo, deseaba probar sus labios una vez más. 

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2018 ⏰

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