Caminé rápido por la vereda buscando el lugar de encuentro con la mirada. Esquivaba a las personas sin prestarles atención, algunos me miraban raro por la rapidez en la que iba. Julián me había dado pocos minutos para encontrarnos o sino contaría a todos lo que había pasado entre nosotros.
No estaba segura si me preocupaba que los demás le creyeran o no, pero no quería que lo hiciera. No quería que todo se terminara ahí y que después nos odiáramos, que apenas con esas dos veces que tuvimos lo más cercano a intimidad lo echara todo a perder.
Me gustaba, no quería admitirlo, pero lo hacía, me atraía físicamente. Y quería tener sexo con él, quería seguir viéndolo a solas y tenerlo para mí. No deseaba ninguna relación amorosa, pero quería tenerlo en mi cama. Ya lo había pensado demasiado antes de ir a hablar con él. Y tampoco sabía de qué quería hablar él.
Lo vi parado en la esquina mirando su reloj de muñeca y luego miró a su alrededor, buscándome; no me vio. No pude ir antes porque... solo porque no quería aceptar que me gustaba tener ese tipo de relación-no relación con él. En realidad no quería que él lo supiera.
— Acá estoy.
Julián se giró sobre sus talones para verme, sonrió de costado solo de la manera en la que él sabía sonreír. Me inspeccionó de arriba a abajo y suspiró.
— Justo a tiempo.
— ¿De qué querías hablar? — coloqué mis manos en mi cintura para darle un poco más de seriedad al asunto. Me gustaba todo esto, estaba claro.
— Bueno, en realidad quería verte — achiné los ojos y él volvió a suspirar—, y hacer un trato.
— ¿Un trato?
— Vení, sentate — tomamos asiento en un banco en la esquina de la vereda, él se enfrentó a mí y formuló la oración en su mente antes de hablar—. Mirá, es difícil nuestra vida como figura pública, pero seguro tenés claro que me atraés. No pienses cualquier cosa, yo no me enamoro y no busco nada serio. Pero cada vez que te veo, Dios, te imagino abajo mío mientras te hago mía.
Tomé aire sin hacer que se notara demasiado. Ok, había sido bastante sincero.
— ¿Y el trato?
— Tener encuentros, sin que nadie lo sepa. No quiero que nadie sospeche sobre nosotros. Y mientras, vos y yo garchamos. Peeero, no podés estar con ningún otro hombre mientras aceptes esto.
— Me imagino que vos tampoco con otra chica.
— Claro. Seamos justos de los dos lados.
— Bien.
Levantó las cejas después de unos segundos en absoluto silencio y miradas de adultos.
— ¡Cuánta seriedad! ¿Querés ir ahora para mi casa? — me guiñó un ojo mientras se relajaba en el asiento. Le regalé una media sonrisa y asentí con la cabeza.
Seguí sus pasos largos que me llevaron a su auto, abrió la puerta de mi lado y luego él subió a la parte del conductor. Manejó sin decir ni una palabra, pero la radio pasando temas viejos no nos dejaba en silencio. La canción era lenta y el ambiente dentro del coche era muy tenso sexualmente. Sabía que Julián deseaba tanto como yo por fin entrar a su casa y acostarse conmigo. Lo peor de todo era que al mirarlo, su cara seria concentrada hacia adelante lo hacía lucir muy sexy. Su barba de tres días, su remera blanca casi transparente y su jean apretado solo me daban ganas de arrancárselo.
Frenó en un semáforo, agradecía que el vidrio polarizado del auto no dejaba vernos desde afuera. Puse mi mano sobre su muslo, sin mirarlo, tenía mi vista directamente hacia adelante pero sentí su mirada en mi perfil. Acaricié su pierna y la llevé hasta el centro de las dos. Mi mano subía y bajaba por encima de su jean, lo sentía respirar profundamente. Volvió a andar el auto y al concentrarse en el camino me animé a mirarlo. Él me echó un vistazo y corrió su mirada, no dijo ni hizo nada para impedir lo que yo pudiera hacer, así que tranquilamente abrí el cierre de su pantalón.
Metí la mano entre su bóxer y por fin lo sentí, su miembro se estaba poniendo duro y necesitaba un poco de aire. Lo saqué con cuidado mientras me agachaba a su altura y lo ponía frente a mis ojos. Me encantaba su tamaño, aunque no estaba segura si iba a poder entrar del todo dentro de mí. Saqué mi lengua y lo lamí mientras pasaba mi mano por toda la longitud. Una mano de Julián se posó en mi cabeza mientras con la otra seguía manejando, me apretaba contra él para que me la metiera en mi boca. Lo hice sin pensarlo dos veces, gemí por la sensación caliente que tenía entre mis labios.
— Me vas a hacer perder el control.
— Es lindo escuchar eso — murmuré entre cada beso que le daba en su pene.
— Pe-ro... estoy manejaaa... ay Malee... si... — Su mano envolvió mi pelo y empezó a controlarme con eso. Sentí frenar el auto de nuevo y estaba segura que lo hizo hasta que acabara y que no fue por ningún semáforo—. ¿Querés tragarte todo otra vez? — Movía mi cabeza para que su amigo entrara en mi boca, mi respiración costaba por lo excitada que estaba y por no poder hacer entrar aire por la boca, ya que la tenía llena. Empezó a mover las caderas, sus gemidos eran un poco fuertes y tiraba su cabeza hacia atrás. Estaba por acabar en mi boca y lo sabía. Quise decirle algunas cosas para que terminara más rápido pero no hizo falta, su semen ya estaba fuera de él y ahora dentro mío. Seguí chupando hasta sacarle todo y que él quedara satisfecho.
— Ahora vamos a mi departamento, está a la vuelta.
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Conquista Pendiente - HOT {+17}
Teen FictionSINOPSIS: Malena Narvay y Julián Serrano son compañeros de trabajo. Ambos tienen la vida un poco complicada; y sí, ¿qué famoso no la tendría? Las horas que pasan juntos en su jornada laboral no son suficientes y necesitan de estos encuentros para sa...