Capítulo 08

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Las horas de grabación a veces se hacían largas. Los ensayos, las tomas y todas las veces que debíamos repetir porque algo salía mal cansaban. Llevaba tiempo, y cada uno le tenía que poner muchas garras para que saliera bien, no era una tarea fácil. Casi siempre volvía cansado, creo que todos mis compañeros terminaban igual que yo, o por lo menos la mayoría lo hacían. Lo bueno era trabajar con gente que sabía lo que hacía y tener compañeros divertidos, que nos hacían más livianas las jornadas. Y después otro tipos de personas, o más bien: persona, que le gustaba más que nada ir y venir, hablar animadamente con algunos y con otros no, poner cara de orto e ignorar a personas a tal punto de ni siquiera mirarla (estoy hablando de Malena y yo, claramente).

En fin, el día largo había terminado y yo, cansado, quería volver a casa pero no sin antes hablar con Malena que me estuvo evitando todo el día.

Todavía el sol iluminaba las calles pero estaba seguro que no tardaría en anochecer. Quería invitar a Malena a pasar la noche conmigo si quería, ya habían pasado algunos días de nuestra última vez y la quería de nuevo conmigo. Así que esperé afuera que saliera, en mi auto me apoyé sobre la ventanilla para esperarla.

Cuando la vi salir sonreí para mis adentros, respiré profundo y le hice una seña para que se acercara. Me miró, me ignoró y siguió caminando. Bajé del auto apresurado, ¿qué pasaba ahora? ¿Se había enterado que estuve con la rubia? Bueno, no podría decir que estuve con esa chica, ni siquiera terminó de chupármela.

- Eu, Male -la llamé, mientras me quitaba los anteojos de sol-. ¿Por qué me ignorás tanto?

- Tengo cosas que hacer, Julián. No puedo hablar, no te estoy ignorando.

- Bueno pero por lo menos decime que no podés la próxima vez. ¿En serio no podés ahora? Quería que a la noche veng...

- No puedo -me interrumpió-. Ya arreglé con otra persona y estoy llegando tarde. Después hablamos.

Siguió caminando sin darse vuelta a mirarme. Quise correr a mi auto pero justo llegaron unas chicas a saludarme. Mientras les firmaba autógrafos y me hablaban de no se qué, observaba a Malena para saber hacia donde iba. Cuando las chicas se fueron quise seguir el camino, pero ella había doblado y tuve que observar a cada persona para encontrar a Male. La vi esperando en una esquina, era una casa de comida rápida. Estacioné en un lugar cercano pero no tanto y esperé a ver que pasaba.

Pocos minutos pasaron cuando un chico llegó. La saludó con un abrazo y un beso en el cachete, intercambiaron algunas palabras y Malena se sentó mientras el chico entró al lugar. Me acomodé en mi asiento, sabía que estarían ahí por al menos unos largos minutos. El chico volvió con la comida de ambos, se sentó frente a ella y mientras comían hablaban alegremente.

No puedo negar que en ese momento sentí algo raro dentro de mí, sentía que mi sangre me quemaba, me hacía cosquillas o algo por el estilo. Me empecé a sentir incómodo, como si el asiento de mi auto me pinchara por todas partes. Y por alguna extraña razón, no podía dejar de mirar a Malena y su cita asquerosa.

Todo empeoró cuando él se sentó a su lado, ya habían terminado de comer y ahora solo hablaban. Acomodó su brazo por detrás de los hombros de Malena, quedando muy cerca de ella. Le hablaba sonriente y a cada rato tocaba su mejilla o su pera, acariciándola. ¿Por qué? ¿Por qué con ella? ¿O por qué ella con él? Dios, no lo entendía. O quizás sí, porque sabía perfectamente que Malena era una chica linda tanto por dentro como por fuera, solo que yo quería otra cosa de ella.

Y me enojaba porque todo pasara de esa manera. Me enojaba mucho. ¿Por qué yo tenía que ser así? ¿Por qué solo buscaba sexo con ella sabiendo la clase de chica que era?

Bajé del auto y caminé lentamente hacia ellos, pensando dentro mío qué hacer cuando llegara. Me arrimé a la mesa haciendo que solo caminaba por ahí.

- Eyy, hola Male, ¿qué hacés por acá? - ella levantó la vista y quiso matarme cuando me vio.

- Emm... Julián, ¿vos qué hacés acá? - preguntó entre dientes. Sonreí internamente y me senté en la silla de enfrente.

- Hola, soy Julián - me presenté al chico- ¿Y vos?

- Mateo - sonrió falsamente.

- No sabía que Male salía con alguien.

- Em, sí, bueno... no - no parecía seguro, y me divertí por verlo así-. Creo que se me hace tarde -miró el reloj-, mi mamá me pidió que vuelva enseguida -le explicó a mi compañera-. Nos vemos después, ¿dale?

Mateo se paró de un salto y agarró sus pertenencias mientras Malena permanecía en silencio. No sabía qué responderle ni a él ni a mí pero sabía que pronto explotaría. El chico besó su mejilla y se fue caminando con prisa.

- Entonces todavía vive con la madre - comenté con una sonrisa arrogante.

- Callate, Julián. Y andate YA si no querés que te dé una patada en el orto.

- Mmm... yo creo que vos me querés mostrar el orto a mí, eh.

- CALLATE JULIÁN, HAY GENTE - medio gritaba y susurraba entre dientes. Me dio mucha risa al verla así.

- Sos adorable enojada.

Ok, no quise que sonara como un cumplido, sino como una burla. Ella me miró confundida, obviamente pareció entender otra cosa. Se cruzó de brazos poniendo cara de nena de 5 años a la que los padres no le quieren comprar lo que quiere. No me miraba.

- Vamos.

Me paré del asiento y caminé sin mirar atrás para ver si ella me seguía o no, pero sabía que estaría atrás mío. Llegué al auto y me acomodé en mi asiento, casi un minuto después subió ella cerrando fuerte la puerta.

- Tranquila, vas a romper todo.

No dijo nada y tampoco durante el resto del camino. Se pasó todo el tiempo mirando hacia su costado, yo no me preocupé en sacar tema de conversación, pronto hablaríamos. Llegamos a casa en poco tiempo y subió conmigo sin abrir la boca.

- A ver, pasá -abrí la puerta-. ¿Me podés dar explicaciones de por qué estabas con ese tal Mateo?

- A vos no te tengo que dar explicaciones de nada -remarcó cada palabra.

- ¿Ah, no? Teníamos un trato.

- El trato era no acostarse con nadie, y yo con él solo fui a comer. Es un amigo, me cae bien y yo a él, acordamos un día para conocernos mejor, nada más. No sé porqué carajos que te doy explicaciones cuando vos me ocultás cosas. Yo puedo salir con quien quiera cuando quiera, la verdad no sé que hago acá con vos.

Se apoyó contra la mesa y se agarró de ella, intentando aplastarla con sus manos. Sus dientes estaban apretados y sus cejas estaban casi juntas.

- Sabés perfectamente porqué estás acá -me reí silenciosamente y ella me miró atenta-. Porque te gusto -choqué su cuerpo con el mío apoyando ambas manos al lado de las suyas, dejándola sin salida-. Porque te encanta que toque, que te bese -nuestras caras estaban separadas por menos de cinco centímetros. Ella se mantenía estática-. Te encanta estar abajo mío mientras gemís que te dé más duro.

Una sonrisa empezó a crecer en mis labios, viendo cómo sus ojos se cubrían de una ligera capa transparente. Ella me empujó con fuerza, dejándome sorprendido porque no era lo que yo me esperaba. Miré de inmediato si rostro y esperé que respondiera.

- Yo no soy tu juguete, Julián. Habíamos llegado a un acuerdo porque era lo que ambos queríamos. ¿Pero sabés qué? Ya no lo quiero.Conseguite a otra que te aguante, a ver, pedile a Emma hacer aquél trato. Pero a mí, ya no me busques. ¿Entendiste? No quiero saber más nada de vos.

Conquista Pendiente - HOT {+17}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora