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Capítulo VIII |nueva versión|

Decidí subir un capítulo más hoy porque me lo pidieron.

¡Muchas gracias por el apoyo!

CAPÍTULO VIII

Tras armarme de valor —y de vestirme—, decido ingresar a la sala de estar. Encuentro a Isabela a lado de la ventana, como una estatua y por unos instantes me quedo observándola callado, con la intención de averiguar cómo está. Sin embargo renuncio con rapidez a la idea, ya que por su posición me cuesta ver su cara.

Gonzalo me habló de ella en varias ocasiones, ya que llevan meses saliendo pero no puedo decir que la conozco. No sé cómo se habrá tomado lo que acaba de suceder. Temo que lo único que queda es hablar abiertamente del tema.

—Yo no sabía que ibas a venir. —decido aclarar; se gira al instante al escucharme

—Yo tampoco sabía que había alguien más por aquí.

—Quizá no alcanzó contártelo, apenas me mudé hoy.

A lo mejor son ideas mías pero de vez en cuando mira otras partes de mi cuerpo, además de mi cara. Luego, como si estuviera dándose cuenta, vuelve a subir la vista. Pero no creo que vea nada nuevo en mí, nada que su novio no tenga, él también va al gimnasio y no puede quejarse de su aspecto. Entonces resulta extraño que Isabela... No, no. Son ideas mías. O tal vez baja la mirada porque aún se siente avergonzada por el incidente.

— ¿Te parece si no le decimos nada? —propone; supongo que se refiere a mi amigo— Es que... ¿Qué tal si malinterpreta esto? Ambos nos meteríamos en problemas.

—Se me hace que es muy fácil de explicar lo que pasó, no hay por qué preocuparse.

—Yo...

Espero paciente, pero ella nunca termina la frase.

—No sucedió nada —le recuerdo—. Si crees que él pensará cosas, te aseguro que no será así.

—Te equivocas. Gonzalo desconfía de mí. ¡Por favor! Olvidemos lo de hace rato, más aún cuando no pasó nada. ¿De acuerdo?

Qué raro, él no me dijo que tenían problemas. Menos que desconfía de su pareja, tal como lo hizo Natalia conmigo. Si es así ¿por qué juzga tan duro a mi ex? ¿Qué es lo que me está ocultando?

—Por favor. —insiste Isabela, avanzando unos pasos hasta quedar en frente de mí

Tiene miedo. Ahora que la observo desde cerca, puedo verlo, puedo sentirlo. Todo esto me está llamando mucho la atención. En primer lugar porque quiero a mi amigo y no quiero que tenga problemas y en segundo lugar porque lo de la desconfianza es un tema que esta chica y yo tenemos en común. Sé lo que se siente que desconfíen.

— ¿Por qué desconfía de ti?

Apenas emitida la pregunta, la puerta principal se abre y ambos nos giramos en su dirección. Me topo con la cara desconcertada de mi amigo y no tengo ni la mínima idea del porqué. ¿Por la llegada imprevista de su novia?

Hablando de ella... Retrocede dos pasos como si de pronto quemara tenerme cerca.

— ¡Hola! —lo saluda, intentando sonar muy alegre pero sólo consigue sonar muy nerviosa

—Hola. —replica éste, para luego cerrar la puerta sin quitarle la mirada de encima

A ver, yo estoy sobrando. Estos dos actúan muy extraño. Empiezo entender la desesperación de Isabela de guardar secreto el incidente. Y decido mantener mi boca cerrada. No tiene nada de malo, no pasó nada.