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Capítulo XV |nueva versión|

Sus deseos son órdenes así que aquí tienen el segundo capítulo de hoy 😀

Pero tampoco se aprovechen y me pidan toda la historia en un día. :d Por cierto sólo faltan 5 capítulos.

CAPÍTULO XV

No me gusta creer en las malditas casualidades. Pero en este preciso momento, soy víctima de una. Porque desde el otro lado de la ventana, Natalia está viendo como otra mujer, con la que salí a comer, está tomando mi mano. Justo lo que temía.

Me suelto del agarre —aunque sea demasiado tarde— y me levanto porque lo único que necesito hacer es explicar esto. No quiero que Natalia piense... Y juzgando por lo que hemos vivido, de seguro pensará lo peor.

— ¿¡Qué haces!? —pregunta Isabela— Aj, ¿es por ella...?

La oigo pero toda mi atención está en la persona hallada ahí fuera —que por algún motivo aun no salió corriendo. Mejor para mí, así logro salir a tiempo, alcanzarla. Es justo lo que hago, ignorando a la ex de Gonzalo. En el proceso casi tropiezo con algunas sillas y personas, por estar siempre al pendiente de lo que suceda afuera, pero por suerte no causo ninguna molestia. Salgo por la puerta, luego ya no puedo dar ni un paso más.

En cambio Natalia comienza avanzar en mi dirección, mientras que de sus labios se escapa un tímido saludo. Su rostro resulta imposible de descifrar, lo único claro es que actúa distinto a lo que yo esperaba. Debería sentir alivio.

—No debiste salir así —apunta, esbozando una sonrisa y cruzándose de brazos, como si tuviera frio—. No hay que ser maleducados.

Y su sonrisa no esconde lo que de repente leo en su mirada: miedo. Miedo a descubrir que yo estoy con otra.

—Lo que acabas de ver... —callo un momento— Por más tonto que suene: no es lo que parece.

—Está bien.

—Y te puedo explicar- ¿Dijiste está bien?

—Sí. Me niego sacar conclusiones sin antes escuchar lo que tengas que decir.

Qué sorpresa. Una muy agradable. Esta es la actitud que hubiera esperado de su parte en cuanto Ingrid le inventó que la había acosado. Pero me cuesta asimilar que esté actuando así, por lo tanto soy incapaz de articular palabra.

—Oye —agita la mano—, ¿sigues aquí?

—Sí, sí. No dejas de sorprenderme, eso es todo. Y respecto a lo que pasó adentro... ésa es la ex novia de Gonzalo y me citó para pedirme ayuda. Según ella, quiere reconquistarlo. En cuanto al roce, a decir verdad, no sé por qué lo hizo. No sé si tiene una costumbre de tocar a la gente o si tiene intenciones ocultas.

— ¿Y por qué tendría intenciones ocultas?

—Porque mi amigo la tacha de infiel, ya te conté cuando estuve en tu casa... Ambos sospechamos que Isabela puede estar interesada en mí.

—Y aún así aceptaste salir con ella. —concluye; y no percibo ni una huella de reproche

—Sí. Porque dice que necesita mi ayuda. Porque Gonzalo está pedazos y creí que habría forma de ayudarlo... y para ello estuve dispuesto a escuchar a su ex.

—Bien. Pues ve y escúchala. Espero de todo corazón que puedas ayudar a tu amigo.

Con esto ya supera mis expectativas. Hasta podría resultar sospechoso que esté dispuesta a brindarme su confianza. ¿Qué clase de brujería es ésta? ¿Cómo es que alguien puede confiar de la noche a la mañana?