La hermana de Eddie. (Bill Denbrough y tu)

Capitulo 20.- Debio hacerlo...

ATENCION: Tal vez el capitulo sea un poco fuerte...así que se recomienda discreción.

Eddie Kaspbrack:
Abrí los ojos cerca de las ocho de la mañana, mire a mi lado y mi hermana no estaba ahí, vaya que era berrinchuda.

Sali de mi habitación baje las escaleras y camine hasta la sala.

-_______...- la llame al no verla en el sillón, fui a la cocina y nada.

Comencé a asustarme, decidí subir a buscar arriba cuando en uno de los escalones vi su inhalador, mi respiración comenzó a agitarse.

Continúe subiendo y cuando llegue a la planta alta, comencé a caminar hacia mi cuarto cuando un estruendo se hace presente en el baño, corrí hasta el y cuando intente abrir la puerta esta tenia seguro.

-_________...¿estas ahí?

-¡Carajo! ¡Maldita sea!.- yo suspire profundamente al saber que ella estaba teóricamente bien.- Este maldito charco no estaba aquí cuando entre!.- solté una pequeña carcajada al escuchar las estupideces que dice cuando esta enojada.

-¿Quieres que entre a ayudarte?

-Estoy bien...solo fue un maldito tropiezo.- escuche el sonido de la llave del lava manos siendo abierta.

Después de unos 5 minutos ella abrió la puerta, salió cojeando y con un trapo en la cabeza.

-¿Que te paso?.

-Solo me resbale.

-Déjame ver tu frente.

-No es nada

-¡Déjame ver!.- me acerque con bastante brusquedad a ella y al hacerse para atrás callo al suelo, descubriendo su frente.

Un corte bastante profundo se ocultaba tras la toalla ligeramente húmeda en sangre. -Te cortaste...

-Eso no te importa.- dijo intentando pararse, su mano le fallo y volvió al suelo.

-Déjame ayudarte...eso se puede infectar.

-No, déjame sola Eddie.

-Eso se puede infectar _______, solo...

-Te dije que pararas.- yo no hacia caso a lo que decía y seguía intentando tomarla en brazos.- ¡NO ME TOQUES!.- grito cuando puse una mano sobre su cintura. Yo me hice para atrás instantáneamente. 

Ella estaba ahí, en un rincón con la respiración agitada las lagrimas recorriendo sus mejillas, haciendo que del lado derecho se mezclaran con la sangre que le escurría de la herida en la frente, sus ojos expresaban pánico y algo de melancolía
Y fue ahí cuando todo tuvo sentido para mi; por un momento, por mas mínimo que haya sido, había vuelto a su memoria el día en que abusaron de mi hermana.

-Lo siento...- dije bajando la cabeza.- yo solo quería ayudarte.

-¿¡Ah si!?, pues acabas de lograr todo lo contrario.- se levanto como pudo y lo mas rápido que le permitió su pierna, cojeo hacia el cuarto y cerro la puerta de un azotón.

Camine hasta la puerta y recargue mi oído sobre ella.

Escuche sus lamentos y sollozos. Eso me lastimo, pero lo que realmente me rompió fue escuchar lo que dijo.

-Debió matarme cuando pudo. Debió hacerlo...