IV

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Se estremece cuando los dedos ásperos tocan sus costillas, la palma de la mano morena sube en una leve caricia y baja hasta la cintura deteniéndose por solo un segundo. Los labios adultos se sentías muy rasposo, la suavidad de la textura de la piel sensible de aquellos labios llegando a ser casi carnosos como los suyos lo llevan a las nubes tan esponjosas y tan calientes.

Sus rodillas chocan con la cadera del doctor, sobre saltando el cinturón de cuero, la bata blanca y larga, es estetoscopio colgado sobre el cuello moreno, ese olor a tabaco que inunda su boca y el sabor amargo que se funde con su saliva a sabor a caramelo.

JongHyun ladea la cabeza a un lado sacando despacio su lengua y TaeMin se estremece sujetándose en los hombros de la bata, cerrando su puño y con ello arrugando la bata que debería estar prolija.

Su rostro pálido paso a ser se color carmesí, sus labios carnosos teniendo una ligera hinchazón y un poco de color. TaeMin siente sus pezones endurecerse bajo la tela de su camisa abierta, dentro de su pantalón y específicamente en su entrepierna algo comenzaba a crecer.

Se inquietaba a tal punto de querer desprender los botones y dejarlo respirar, pero también la vergüenza no lo dejaba hacer aquel acto de rebeldía que de vez en cuando pasaba por su mente, también sabía que había una posibilidad de que JongHyun no lo dejase.

— TaeMin — susurra el médico cuando pasa sus labios sobre las mejillas calidad del albino, sintiendo el cosquilleo de aquellos pelos puntiagudos — Que tengas lindas vacaciones.

Porque hoy sería la última clase de educación física, la última vez que vería a su médico favorito, la última vez donde volverá a sentir sus besos suaves, ásperos o rasposo. Claramente está exagerando, solamente serían dos semanas sin verlo, sin oírlo, sin sentirlo y eso sería una tortura para el albino de ojos marrones.

— No serán lindas si no están sus besos, si no está usted.

Y ya empezaba con la melosidad que JongHyun apenas soportaba, claro que él también extrañaría al joven estudiante pero a su favor sería un buen punto para tenerlo lejos unos días, donde él puede estar tranquilo y pensar su situación.

— Entonces serán las peores vacaciones de invierno de tu vida.

De sus labios maduros se forma una sonrisa que el albino se contagia, sonríe y ríe suavemente. El moreno junta ambas frentes y el albino deja que de nuevo un suave beso corto los una.

— ¿Qué hará en sus vacaciones?

— Buscaré otro albino.

JongHyun no espero que el golpe llegará a su brazo, no espero a que llegara a dolerle y no espero que la mirada dulce desapareciera para transformarse en una sería con ganas de desgollar. Literalmente lo estaba matando con la mirada.

— Entonces me buscare otro morenazo que quiera mi virginidad.

Y es ahí el golpe bajo donde a JongHyun más le duele, que lo cambie a él y peor que pierda la preciosa virginidad con un idiota.

TaeMin lo empuja dejando que haya un espacio muy notorio entre ambos, se prende la camisa y baja de la camilla. JongHyun lo detiene de un brazo cuando lo ve con intenciones de querer irse de la enfermería.

— ¿A dónde crees que vas?

— Que te importa.

El estudiante estaba enojado, mucho más que enojado, estaba furioso y se podía ver ese fuego en sus ojos.

— Estaba bromeando.

Pero TaeMin no le cree y forcejea con el médico sabiendo que sería en vano, porque él es un flaco debilucho.

Los ojos de un albinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora