VII

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Parte dos.







Sus ojos color avellanas se abrieron de par en par cuando en sus manos recibió el paquete violeta, el nombre de la marca que más le gustaba y el sabor a chocolate negro como su médico favorito, pero siendo JongHyun el chocolate amargo.

No puede evitar sonreír mientras sus rodillas se hunden en los cojines del sofá,  le es inevitable poder curar el dolor que está apareciendo en sus mejillas de tanto estirar sus labios en su ancha sonrisa.  No puede ocultar mucho menos que eso le tomó por sorpresa porque de aquel doctor no espero nada.

— Gracias. — dice el albino en un susurro con los ojitos brilloso.

El más adulto arquea una ceja porque sabe que no puede demostrar tanto afecto, tanto cariño, porque no, porque simplemente no le gusta y por el día de hoy ya había hecho mucho; Un apodo bonito, un declaración dónde él está afirmando ser su pareja y más aún admitir a un drogado JinKi que TaeMin es precioso.

Tres cosas dulces en un día y siente que está a punto de entrar en un coma diabético.

Las manos suaves y pálidas abren el producto terciario, los labios rosados son mordidos por dientes blancos y filosos, sin querer también son mojados por la saliva dejando un brillo notorio en los ojos adultos que siente pesadez en su pecho.

Mierda que si, que el pendejo del culo es hermoso.

— Nunca dije que era para vos.

Porque lo tenía que cortar, no está en su mente, cuerpo y alma ser tan amable, caballero o lo que fuese. No es un príncipe encantador y tampoco hace el intento de serlo.

El paquete es arrebato, JongHyun quien ahora lo tiene en sus manos lo abre rompiendo todo el envoltorio, siendo tan bruto y descuidado. TaeMin no protesta, lo observa, sus labios ya no se curvan para arriba, ni siquiera hace un gesto parecido a la alegría de hace un momento atrás.

Ah, mierda. Se siente mal.

El médico apoya su cuerpo en el respaldo del sofá, mientras sus piernas se estiran en la mesa pequeña de enfrente, los pies morenos son subidos y el chocolate es partido.

— Abre la boca. —  El joven albino lo mira confuso. —  No voy a dejar que manches tus dedos, si lo hago yo no se notará.

El chiste malo estaba ahí, tan claro que TaeMin no lograba entender. Y no es que lo tomara como un chiste porque éste acto tan sencillo y tan bobo sería el número cuatro; la cuarta vez consecutiva en un mismo día dónde JongHyun lo trata bien, dónde ahora puede notar que de verdad él sí es importante para el doctor.

Los dedos morenos sostenía el pequeño pedazo de chocolate y los labios pálido con el suave toque carmesí se acercar a ellos creando el leve roce con los dedos siendo al final absorbidos por los labios gordos.

Lo tentaba, como siempre, como cada vez que estaban solos. Y él, tratando de mantener la calma, tratando de no sobrepase de nuevo, tratando de mantener pensamientos feos, porque su mente dice “piensa en algo feo” pero no puede.  No sí los labios carnosos se apoderaban de sus dedos, de sentir la tibieza de la saliva, de sentir el chocolate derretirse entre sus dedos; de ver tan de cerca cómo cierra las pestañas blancas, de sentir la succión, de que aquel rostro juvenil se tiñe de rojo, que las mejillas están que arden y aquel sonido chicloso lo rompa en la burbuja.

Sí, TaeMin le chupo los dedos solamente para atrapar un pequeño pedazo de chocolate, que al final se derritió más en sus dedos que en aquella boquita.

No resistió y se dejó llevar nuevamente, se impulsó y atrapó los labios gordos, lo tomó de la nuca y se apoderó de él.  Se rindió ante la tentación de aquellos labios que lo encarcelan y lo manipulan, dejandolo arrodillado sin orgullo y sin dignidad pidiendo más por ellos aunque eso significaba perder la vida.

Y se deja. Deja que el más joven se apodere de él, subiéndose a su regazo, dejando que se apodere de su cuerpo, que el inexperto tome el control de la situación y lo haga a él ver las estrellas.

El cuerpo flaco baja apoyándose de manera descarada sobre un bulto que apenas despertaba, provocando que JongHyun se inquiete e intente controlar su instinto animal en querer profanar el cuerpo del cual se está aferrando.

JongHyun hace un esfuerzo, hace un intento, hace dos intentos, tres, cuatro, cinco pero no puede. Le gusta el dulce sabor de los labios menores, el sabor de su saliva combinarse con la suya, el aspecto de su lengua rozar con la lengua inmadura y hacer que su entrepierna empiece a latir, a sentir como la ropa interior comienza a molestar

El sabor a chocolate se mezcla con su saliva, se mezcla con la saliva joven, la lengua suya tan áspera para TaeMin es la más suave y exquisita que hay en el mundo. Brinca y menea sobre el médico, él siendo mayor no se opone y deja que despierte su apetito sexual.

Lo toma del culo y cree que debe ser un delito que un culo así debe ser tapado, el menor lo sujeta del pelo, enreda sus dedos con la cabellera negra. No se separan ni para respirar y lo hacen ahí, dentro del otro dejando que el monóxido de carbono entre en sus sistema.

El cuerpo pálido tiembla sobre el  cuerpo moreno, las manos pálidas tiemblan al aferrarse en su cabellera, el pequeño pedazo de chocolate se volvió tan insignificante que se traspasó a la boca adulta y JongHyun lo disfrutaba al ser combinado con la boca joven.

TaeMin se siente morir por falta de aire, por la debilidad y la manera en que sus piernas tiemblan, la brusquedad cuando su culo recibe dos nalgadas fuertes gritando sobre esa boca amarga.

— Cuando éramos jóvenes éramos así. — y lloro, JinKi lloro desconsoladamente detrás de ellos dos quienes se separaron por puro susto que les dió.

Había chocolate esparcidos por las bocas de ambos, mentón, nariz hasta llegando a las mejillas.

Los pasos de un drogado provocó que TaeMin saliera de arriba del médico y volviera a su posición de antes, mientras JongHyun calmando su respiración miraba a un JinKi que se ponía en medio de ellos dos, irrumpiendo el momento perfecto y deseado por ambos, mucho más por el albino.

— Y-yo también… le daba palmadas en la cola.

Y siguió con su llanto desconsolador, mientras las mejillas del más joven se tornaban completamente rojas.

— La extraño. — y sin más se abalanzó hacia JongHyun que no dudó en corresponder.

El médico bufo y junto con JinKi a rastras lo volvió a llevar a la habitación. Y TaeMin ahora piensa que es lo que pasaría si Jin Ki  no los hubiera interrumpido.

La erección que estaba creciendo, ahora se puso muy dura.









*

Happy JongHyun Day.

Eternamente en mi corazón.


Los ojos de un albinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora