IX

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25 de diciembre a las ocho de la mañana y TaeMin está con los ojos hinchados por tanto llorar, porque el día veinticuatro a las 11:56 PM su mensaje no fue respondido. Le dolió más al ver que JongHyun seguía en línea y que no le contesto aquellos diecinueve mensajes y tres audios pidiendo una explicación.

La peor navidad de su vida.

Estaba tan ilusionado, se imaginó durmiendo feliz y despertando con la misma sonrisa con la que se imaginó, que ahora le duele el pecho. Le duele el corazón y el alma porque la última vez que estuvieron juntos sintió que JongHyun le daba cariño, tan diminuto que para TaeMin fue tan todo.

Apenas dieron las doce TaeMin brindó con sus padres y su pequeña hermana, trató de disimular el mal gusto y se fue a dormir a los quince minutos. Y hoy se despertó sin un solo mensaje de su médico favorito y rompió en llanto a silenciosos.

Ahogó su llanto en la almohada, abrazándose a ella como si fuera a reconfortar todo aquel sufrimiento, pero la vibración de su celular en la mesa de luz provoca detener sus lágrimas, su ceño se frunce y con la mangas del pijama se limpia las lágrimas saladas, las mejillas completamente mojadas y trata de controlar su respiración (aunque ahora tiene la nariz llena de mocos)

La pantalla alumbra el número y nombre de la persona, todavía sigue vibrando sin sonido y TaeMin no sabe si enojarse o ponerse feliz. Solamente atiende sorbiendo su nariz.

Hey, Taemin. Hola.

Y el albino quiere llorar, el nudo en la garganta ahora se hace mucho peor, los pestañas que tanto le costó secar al igual que sus lágrimas fue todo en vano porque ahora de nuevo llora, otra vez en silencio.

Las gotas caen como si nada y ahora TaeMin no puede evitar gimotear, le muestra a JongHyun a través del micrófono del celular que está llorando y que le duele muchísimo que no haya tenido una respuesta en noche buena.

Oh, bonito. No llores. No...

— Te odio.

El médico siente como la culpa apuñala su corazón, porque aquel niñito de carácter fuerte, berrinchudo y caprichoso muestra su lado débil hipando y tosiendo por las lágrimas y aquel dolor en la garganta.

Lo siento, lo siento tanto. Ayer estaba tan enojado discutiendo por teléfono que no me di cuenta la hora ni nada.

— Te odio igual. Te odio. Te odio.

Oh, TaeMin. Perdóname.

No.

Las mangas completamente empapadas el joven albino se sigue limpiando las lágrimas, las pestañas mojadas modifican su visión poniendo todo borroso. TaeMin está con el ceño fruncido acostado en su cama con la almohada igual de mojada, el edredón cubriéndolo hasta por las orejas. No quiere levantarse de la cama, quiere estar todo el día acostado llorando a mares.

Si me perdonas hoy tendremos nuestra primera cita.

No hubo más llanto, ni una sola lágrimas, ni dolor, ya no siente como el corazón se le parte en pedacitos, y lo mejor es que ya no sabe lo que es sentir odio.

— Mientes. — habla en un susurro tratando de evitar demostrar emoción positivas.

No. Si me perdonas iremos a cenar a un restaurante, festejaremos la navidad juntos y nos tendríamos muchas fotos de nosotros juntos.

Se vuelve a limpiar sus pestañas, vuelve a toser, hace un puchero tratando de ocultar alguna emoción que lo delatara, JongHyun tiene que pensar que lo que hizo (Nada) es imperdonable.

Los ojos de un albinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora