VIII

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Después de tenerlo en su mano diez minutos sin parar y agitando suavemente el sonajeros con su mano izquierda empezó a odiar el sonido "calmante" para su hermana que lo único que hace es cagar y mear encima, llorar por la teta, babearse y vomitar donde quiera y sin culpa.

Su hermanita acostada desde el carrito miraba la novela en volumen alto porque su mamá no se quería perder ni un capítulo.

Sun Hee ríe por cualquier cosa, muestra sus hoyuelos y sus ansias babosas a su hermano mayor que se la pasa pensando en otra cosa, o en alguien que es considerado cosa sin sentimientos. Ella seguía balbuceando cosas que no se entendían, se chupa la mano y se sigue babeando hasta de la nada despertó un llanto desconsolador.

— ¡TaeMin tu hermana! —Grita su mamá desde la cocina, ocupada con la cena.

La más pequeña hambre no tenía, le había dado el biberón. Fiebre tampoco era y mucho menos se había lastimado con nada porque estaba acostada/sentada en el carrito.

— Ay, no me digas que es...

El joven albino tomó a su hermana pequeña con sus manos, sujetándola desde las axilas mientras ella aún chillaba.

Solamente acercó unos pocos centímetros su nariz hacía el pañal para que tenga ganas de vomitar, sentir arqueadas asquerosas y su estómago retorcerse. Sun Hee seguía llorando, TaeMin sosteniendola en sus manos intentaba no descomponerse, la movió solo un poco para darse cuenta que ella se había hecho hasta por la espalda.

Con la poca movilidad la vuelve a colocar en el carrito, del mismo asco comenzaba a sudar frío. Su hermana se cagaba horrible y él casi se descompone.

— ¡MÁ! ¡TU HIJA SE CAGÓ! — Ya no era la princesita de la casa, ni mucho menos la bebé bonita, sino que pasó a ser " Tu hija" con sentimientos de adoptada.

— ¡Limpiala!

Como si fuera fácil tocar mierda ajena.

—¡NO! ¡Se hizo hasta por la nuca!

A pisotones el cuerpo femenino y maduro conocido por TaeMin como mamá hizo su presencia con el ceño fruncido, la manos rojas por el frío y murmurando cosas que seguramente eran para Tae Min. Tomó a su hija con sus manos para verificar que efectivamente ella se había hecho hasta por la nuca, la ropa toda y completamente sucia como también las mantas donde SunHee se había apoyado en el carrito.

— Uy, como estamos hoy ¿Uh? — la experiencia de haber limpiado culo de bebé anteriormente le dio a ella el valor para poder respirar sin vomitar. Todo lo contrario con el albino que se asqueaba de tan solo ver a su hermanita menor. — Ashh, no hagas así. Ya tendrás tu propios hijos.

— NO, por Dios. No.

Refunfuñando su madre se fue a bañar a la pequeña poposa, y ese nuevo sobrenombre se lo bautizó Tae Min hace tan sólo menos de un minuto.

Cuando las dos desaparecieron de su vista TaeMin se tiró al puff tocándose el vientre. Aunque dijo que no en aquel entonces, no lo dijo pensando con claridad, porque por dentro de él hay una inmensa ganas de tener más de un hijo.


*


La taza de café espera caliente en la mesa junto a unas tostadas y el frasco de mermelada, el desayuno básico de JinKi que no dudó en hacer para dos personas.

JongHyun quien recién se levanta no saluda cuando hace contacto visual con un ex-drogado, solamente con el ceño fruncido lo mira y mueve ligeramente su cabeza.

Los ojos de un albinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora