Secreto

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Chloe se dirigió a su cuarto con una bandeja en la mano, en esta contenía un frasco de miel con una galleta. Abrió lentamente la puerta y pudo ver a Pollen usmeando entre sus cosas cuando en eso vió que tenía una foto entre sus manos.

- Pollen, deja de usmear mis cosas- recriminó, a la vez que agarró la foto.
En la imagen se podía apreciar a una mujer de cabellera dorada con un sombrero encima, su rostro era de color carné, se notaba la gran sonrisa que tenía; cuando en eso miles de recuerdos se apoderaron de su mente, haciendo que se desmayara y cayese al piso inconscientemente, tirando a su vez la foto.

Flashback:

–Chloe, ven, acercate– anunció con una voz un poco débil.

La niña dejó sus muñecas a un lado para ir a donde se encontraba su madre.

–Aquí estoy mami–sonrió a la vez que puso sus manos entrelazadas detrás de su espalda.

–Chloe, quiero que me prometas algo–agarró las manos de la pequeña–prométeme que vas a ser fuerte, que nunca vas a llorar, que pase lo que pase siempre vas a ser fuerte sobre todas las cosas, ya que mami no va a poder estar contigo, mami va a descansar y nunca despertará de su sueño–quitó una de sus manos y la puso sobre su boca para así poder taparla, ya que unas lágrimas querían salir en ese mismo instante–protégete de todo mal, busca la manera de no llorar, ya que si tú lloras, mami se pondrá triste y no podrá hacer nada, cuida de tu padre, ya que él es un grandioso hombre que siempre busca la felicidad de sus seres queridos antes que la suya, por eso necesito que seas fuerte y afrontes cualquier cosa.

–Si mami–sonrió, ya que no quería que su mamá se pusiera triste.

–Yo siempre te protegeré Chloé.

Ese fue el último recuerdo que tiene de su madre Chloé, le dolió mucho lo que le dijo su madre, pero sé lo prometió, le prometió que nunca lloraría, y después de un largo tiempo lo hizó, rompió la promesa.

Chloé vivió todo el tiempo sin el amor de una madre, nunca supo el significado de la amabilidad, o que es ser amable, su corazón permaneció vacío, su consolación era el dinero, con eso ella podía rellenar el vacío que sentía adentro. Nunca la comprenderían, como se siente estar sola.
Siempre tuvo envidia de la azabache, porque ella tiene a una familia a quien amar y ella no, siempre la adoran, y a ella no. Siempre se ha creado un mar de ilusiones, en donde ella es el centro de atención.
A veces su comportamiento puede ser infantil, debido a que no tuvo una buena educación, y no hablando educación a manera de materias, educación hablando de familia, afecto. A su lado siempre estaba su mayordomo, haciendola reír a cada rato, evitando que el cielo oscuro cubriera esa bella sonrisa que solo ella poseía.

Fin del flashback.

Su cuerpo estaba recostado acompañado de una sábana que cubría cierta parte de su cuerpo, ahora mismo estaba sudando, ya que recordar cosas horribles le dolía.

El escenario la acompañaba, ya que la sala era cubierta por la oscuridad, la única luz que hacía compañía era la de su cuarto, ya que la luz de luna no era lo suficientemente fuerte para iluminar aquella amplia habitación.

Por otra parte, Pollen estaba desesperada, ya que su portadora no despertaba, andaba de un lugar a otro tratándo de calmarse. Sentía una confusión inmensa, no entendía porque la regañó al momento que le quitó la foto, ¿Quién era ella?, Sentía que a esa mujer ya la había conocido, pero no se acordaba en donde, tal vez era porque era igualita a su portadora. O tal vez era un recuerdo de su pasado.

–Po..pollen– tartamudeó

–Si Chloé aquí estoy– declaró con gran firmeza

–tuve un sueño muy extraño, más bien como un recuerdo de mi pasado, me sentía muy triste–deliró–al parecer la foto que tomaste era mi mamá, como desearía no haber perdido la memoria–declaró al mismo tiempo que golpeó la cama con gran fuerza.

–tranquila... Sólo duérmete–dijo algo angustiada.

–Tienes razón...–dijo en voz baja, con la cabeza gacha.

–que tengas dulces sueños–besó su frente, al mismo tiempo que agarró la sábana para poder cubrirla, como solía hacer su madre.

A la mañana siguiente

A penas salió el sol y Chloé ya se había despertado como era de costumbre, ella se levanta de su cama, se va al baño y toma una rica ducha acompañado de una linda canción relajante para así comenzar el día.
Las manos de Chloé masajeaba todo el cuerpo con una gran delicadeza, como siempre, su jabón aromático le daba una sensación de frescura. El shampoo que normalmente se ponía, hacía que su cabellera fuera más dorada y, más suave como era de esperarse por parte de ella.

Salió del baño, no antes sin haberse vestido.
Su vestido amarillo le acentuaba muy bien, ya que hacía que se viera natural pero a la vez demandante. Se dirigió al comedor y ordenó lo mismo de siempre, ensalada de frutas, digno para empezar un nuevo día. Agarró el tenedor y empezó a revolver bien las frutas dándole una baile entre ellas.

Terminó de desayunar y despidió de su padre con un tierno beso en la mejilla.

Se subió al auto sin más preámbulos llegó al instituto. Se bajó del objeto ya antes mencionado y se dirigió a su salón, por supuesto no sin antes decir buenos días. Se sentó en el mismo lugar de siempre a esperar a que Sabrina llegará, era tanto el aburrimiento de la rubia que decidió hablar con la azabache, con el plan de enamorar a Adrien.

Se acercó lo suficiente para poder entablar una conversación.

–Hola Marinette y dime, ¿Como te ha ido en tu romance?–hizó un gesto en los hombros

–Creo que no le gusto–se resignó a decir, ya que no estaba de un buen humor

–Vamos, no es momento para desanimarnos, mmm nosé...–estaba pensando en idear un plan–tal vez si le invitas a salir, o, ir a un lugar en donde él se sienta libre, sin cámaras, ni personas que le digan que hacer, creo que eso estaría bien.

–Eres una genio Chloé– de repente se le subió el ánimo al  escuchar tales recomendaciones–me gustó más la opción 2, te AMO.

Nunca Fue Así [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora