005 | My best step

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Blue Neighborhood saga
My best step

— ¿Tienes un hermano gemelo? — le pregunté tomándolo por sorpresa cuando me le aparecí al lado. Él levantó la mirada un poco desconcertado, pero luego me sonrió con confusión.

Ah... — negó con la cabeza — No lo creo.

— Eso es imposible... — murmuré más bien para mí, pero estuve segura que alcanzó a escucharme cuando la sonrisa se le ensanchó con más confusión. Antes de que pudiera hablar, volví a apresurarme. — Es imposible que seas la misma persona que baile brutalmente en las aulas descompuestas.

   De momento se le pusieron los ojos como platos y quiso hacer un ademán para taparme la boca. Sin embargo, se alejó en cuanto lo reparó y miró para todos lados algo alarmado. No supe exactamente por qué había reaccionado de esa forma. ¡Coño, siempre que lo veía lo hacía tan bien! ¿Se avergonzaba? ¡Imposible parte dos! Era para pararte los pelos. Tenía un estilo sencillamente único. En sus movimientos podías comprobarlo. Se movía como si su cuerpo hubiera diseñado para eso.

— ¿Quién te dijo eso? — me susurró con la misma expresión.

— ¡Te he estado viendo todos estos días! — comenté entusiasmada — ¡No puedo evitarlo! Cada vez que salgo de clases siempre me asomo al...

— Disculpa — frunció su ceño interrumpiéndome —, ¿nos conocemos?

   Me dejó con la palabra en la boca haciéndome parar de golpe. Su ceño fruncido acompañaba su mirada desconcertada de uno de mis ojos al otro. Se me olvidó el entusiasmo que me había agarrado de sólo recordarme de los pasos que hizo ayer. ¡En realidad fueron buenísimos! ¡Bailaba tan bien que ya no podía guardarme mis pensamientos! ¡Tenía que dejárselo saber! No obstante, lo único que no pasó por mi mente fue lo más importante: él y yo nunca habíamos hablado antes.
   En eso la campana resonó antes de que pudiera contestarle. Nuestro alrededor se inundó de todos los alumnos que salían de sus aulas correspondientes para hacer el intercambio. Él desvió drásticamente su mirada lo que me hizo imitarlo como acto reflejo. Se volvió demasiado incómodo. ¿En qué cojones estaba pensando? ¿Por qué no me tragó la tierra?

No obstante, me respingué cuando Jung Hoseok me sujetó del brazo deteniéndome el ademán de irme. Me giré con ganas de meter la cabeza dentro de un bote para que él no pudiese verme. Ya ni si quiera me atrevía a mirarlo como lo hacía cuando bailaba.

— ¿Y si nos conocemos ahora? — preguntó ofreciéndome la palma de su mano en plan de estrecharla con la mía. Titubeé mentalmente. — Soy Jung Hoseok.

— L-Lo sé, quiero decir... — estrechamos nuestras manos — Yo soy...

¡Es un placer! — me sonrió cabeceando y se fue en dirección contraria a la que estaba.

   Fruncí mi ceño cerrándome el puño de la mano con la que nos saludamos. ¡Ni si quiera me escuchó! ¡¿Quién no sabía cómo él se llamaba?! Pero, ¿acaso alguien más que no fueran los maestros se sabía mi nombre? A la única persona a la que estuve a punto de confesárselo ni si quiera me dejó decirlo. Ya se me habían quitado las ganas de seguir viéndolo bailar aunque lo hiciera tremendamente bien y me tentara demasiado.
   Cuando me tiré la melena hacia atrás algo se me enredó entre el pelo y tuve que fruncir mi ceño. Saqué una pequeña bolita de papel de entre mis hebras mientras iba mirándola como si estuviera mirándome la punta de la nariz. Abrí la bolita y leí en una cuajada caligrafía una presunta invitación. Volví a fruncir mi ceño. Pensé en qué momento le di tiempo a escribir eso. El corazón quería comenzarme a bailar tanto como él también lo hacía.

Stories » bangtan sonyeondan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora