007 | Goodbye

385 21 4
                                    



Blue Neighborhood saga
Goodbye

La mayoría de los jóvenes que vivíamos allí teníamos una perspectiva diferente a la de las personas con más recuerdos. Nosotros a penas comenzábamos a aprender a vivir cuando ellos tenían razones para estar hastiados del estilo de vida del que nunca pudieron escaparse. Solo fueron pocos los que salieron y sobrevivieron para contarlo. No sorprendería si dijera que fueron esos mismos jóvenes los que se armaron de coraje para atreverse y salir a perseguir sus sueños. Yo podía contarme cómo uno de ellos.

La cuestión es que fui el último en atreverme a cruzar el océano.

De un día a otro ya no tenía con quién sentarme en el tren. Habían veces en las que se me olvidaba levantarme cuando se detenían en mi parada. La mayoría de las veces reaccionaba a tiempo porque veía a los demás levantarse y salir a la estación, pero desde que me convertí en el único en bajarse en ese lugar, me pasaba a menudo.

   Comencé a visitar al doctor Kim cuando ya no me quedó nada más qué hacer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Comencé a visitar al doctor Kim cuando ya no me quedó nada más qué hacer. Incluso comenzó a aburrirme la pesca, lo cual era lo que venía haciendo desde pequeño y se suponía que una pasión nunca aburriera. Después de todo me había quedado sin vecinos, sin amigos y sin distracciones para matar el tiempo. Tras que siempre fuimos pocos, no tenía relación con todos. El punto era que sabía que estaban ahí y con eso me bastaba para no sentirme solo. Ahora, hasta las historias de aquel doctor deprimido habían dejado de emocionarme.
   Con el paso del tiempo sentí que debía hacer algo al respecto. Si ellos habían encontrado razones para irse, yo debía hacer lo mismo. ¿Qué iba a hacer aquí? ¡Graduarme, genial! ¿Y después qué venía? ¿Ponerme a trabajar como un cerdo para recibir miserias de paga? Porque de eso escuchaba a mi padre quejarse noche tras noche. ¡Ya era una porquería! ¡Hasta yo me deprimía! Si ese era el estilo de vida que estaba esperándome ya empezaba a comprender las razones de agarrar el primer tren que saliera volando a la luna. Supuse que fue exactamente por eso que todos ellos se habían ido. A lo mejor tenían algo bueno qué ofrecer allá una vez llegaran para obtener algo mejor a cambio, lo cual dudaba, porque todos aquí éramos igual de pobres y hasta algunos peores que otros. De todos modos no pudieron irse con las manos vacías, ¿verdad?

Fue cuando comencé a ingeniarme el plan. Le encontré provecho a las horas libres que a veces tenía en la escuela. ¡Ya que los únicos chicos que conocía de cara se habían ido, con más razón me resultaría aburrida la escuela! No me interesaba conocer a nadie más. En cuanto menos me notaran, mucho mejor. Si nadie echaba de menos a ninguno de los chicos que ya no estaban, menos a mí. Estaba claro, ¡y eso ayudaba!
   Por un momento me preocupó la parte en donde quedaba mi hermana. Aunque era mayor de edad y siempre se la pasaba trabajando sin a penas notarme cuando llegaba a casa o no, seguía siendo la hermana que me defendió cuando unos chicos intentaron robarme mi merienda en primero de secundaria. Con papá siempre estaba a la defensiva. Corrección, nos llevábamos mucho la contraria. ¡Nunca podíamos estar de acuerdo en una sola cosa! Y por lo más estúpido e insignificante terminábamos en los gritos y manotazos.
   Por eso la pregunta sobre si alguien me echaría de menos, no me preocupó mucho. En realidad en lo absoluto. No tenía amigos, joder. ¿Qué más razones necesitaba? Hasta yo mismo me daba lástima. ¡Me reía de mí mismo! ¿Por qué no me hice amigo de uno de ellos antes de que se hubieran ido? Así no hubiera tenido que pasar por todo esto yo solo y a lo mejor encontrábamos cosas en común y se nos facilitaba el camino.

Stories » bangtan sonyeondan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora