D I E Z

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-Mierda- susurro adormitada viendo el suelo a algunos metros de mi.
Había aprendido el método de atarse a las ramas de los árboles para dormir y no morir en el intento hace algún tiempo, no era la mejor manera de descansar pero al menos servía mientras encontraba un lugar seguro.
Comencé mi caminata de todos los días, no se cuanto tiempo a pasado desde lo de la prisión pero prefiero no pensar en eso.
Salgo del bosque y veo unas pisadas en el lodo, parecen algo frescas, dudo un poco pero empiezo a seguirlas.
Llegó hasta una carretera, hay muchas casas del otro lado, quizás alguien del grupo este en una de esas.
Reviso casa por casa, no encuentro a nadie hasta que llegó a la única con la puerta principal cerrada. A un lado hay una ventada sin vidrio, me meto a la casa y empiezo a revisar todo.
-¿Megan?- volteo y sonrió.
-Carl-

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-Entonces ¿Cuál es el plan?- pregunto terminando mi lata de comida.
-Si ¿Cuál es el plan pa?- habla Carl con la boca llena de pudin.
-Bueno, creo que hay que movernos. Buscar a los demás. Si tu estabas por aquí cerca eso significa que quizás los demás también. No pueden estar tan lejos- dice Rick, asiento.
-¿Y si están muertos?- pregunta él chico.
-Puede ser una posibilidad- digo viendo a Rick.
-Bueno, no lo descubriremos estando aquí encerrados ¿Cierto?-

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-Terminus- dice Carl.
-No lo sé- habla Rick.
-Podrían estar allí- digo -Y si lo que dice este cartel es cierto podríamos quedarnos en el lugar- Carl asiente, el mayor duda un poco.
-Bien vamos- el chico y yo sonreímos y empezamos a caminar.

La noche nos atrapó en medio del bosque por lo que tuvimos que quedarnos aquí, Rick y yo decidimos montar guardia por turnos, yo soy la primera, todo parece tranquilo hasta que escucho el ruido de los caminantes, me levanto y camino hasta donde los escucho.
Es una horda de ellos y vienen directo a nosotros, corro de regreso y me arrodilló al lado del mayor.
-Rick- lo muevo -Carl- digo moviendolo a él también -Rick-
-¿Qué pasa?- pregunta el hombre alarmado levantándose.
-Hay una horda acercándose, tenemos que irnos ahora- hablo empezado a recoger nuestras cosas, volteo y los primeros caminatas estan a pocos metros.
Comenzamos a correr pero hay más errantes en nuestro camino, nos encargamos de ellos pero le damos a la horda tiempo suficiente para estar a pasos de nosotros.
Carl se tropieza entre las raíces de un árbol, trata de zafarse pero su pie queda atorado.
-Hey- grito corriendo lejos de Rick y Carl -Por aquí malditos- mató algunos -Vengan por mi- salgo del bosque hasta la carretera en donde hay muchos más caminantes. Trato de abrirme paso pero es imposible, son muchos. Escucho disparos detrás de mí y lo siguiente es muy confuso, alguien pone una capucha negra en mi cabeza y sujeta mis brazos para luego inyectarme algo, intento zafar mis brazos pero cada vez tengo menos fuerzas. Hasta que mi cuerpo cede.

-

-Despierta hermosa- siento una caricia en mi mejilla lo que es suficiente para hacer hervirme la sangre de furia.
Tomó la mano de quien sea y sin pensarlo la dobló hacia atrás con toda mi fuerza escuchando el hueso tronar seguido de los quejidos del hombre que tiene un uniforme de policía y cae al suelo retorciéndose -Hija de puta- ignoro el comentario para no enojarme más, tomó el arma del hombre y quito el seguro, apuntó a su cabeza y le doy un rápido recorrido a la habitación, una cama, una cómoda, yo y el idiota en el sueño es lo único en el lugar, es donde me doy cuenta que tengo una bata de hospital.
-¿Dónde estoy?- pregunto.
-Pudrete perra- responde el idiota, mostrándome el dedo medio de su mano sana, suspiro fastidiada y me agachó tomando su mano.
-No no no, por favor no- ruega llorando.
-Me llamas hermosa, me tocas, arruinó tu maldita mano de esta forma y aún asi insultas a mi madre, me llamas perra y me sacas el dedo- cuento con sus dedos -Eso merece otro castigo ¿Cierto?- puedo sentir su cuerpo temblando del miedo -¿Cierto?- pregunto haciendo presión en su dedo.
-Si, si- susurra.
-Bien- digo soltandolo -Pensándolo mejor- tomó su dedo y lo dobló igual que su mano, veo el hueso salir de su carne y la sangre empiezar a salir también. Comienza a gritar de nuevo, me paro y tomó la pistola.
-Ya callate- grito a punto de jalar el gatillo, la puerta se habré e ingresan más policías, cuando ven al hombre en el suelo toman sus armas y me apuntan.
-Baja el arma- habla una oficial, la pongo en el suelo y subo las manos -Llevenselo- cargan el cuerpo desmayado del hombre y lo sacan de la habitación -Traigan los utensilios- le susurra a otro quien sale también -Tu hiciste esto tu lo limpias y luego hablaremos- dice para luego hacerle una señal a sus hombres y salir.

Término de quitar la sangre del suelo y me paro estirando mis extremidades, hay una gran pared blanca enfrente de la cama, tomó el bote de agua con sangre y el pañuelo con el que limpie. Coloco la cómoda y me subo en ella para empezar a escribir en la pared.

Escucho la puerta abriéndose, algunos oficiales entran y por último la mujer que esta a cargo.
-¿Qué es eso?- pregunta señalando el letrero de "Váyanse a la MIERDA", sonrió orgullosa.
-Quedó bien ¿Cierto?- la mujer llega hasta mi, saca su pistola y la pega a mi frente. La miro sin expresión alguna.
-¿Por qué?- pregunta sería.
-No es bastante obvio, váyase a la mierda- respondo -Significa que si no me dejas ir voy a matar a todos tus hombres, uno por uno- le sonrió -Y a ti también- la oficial me empuja fuera de la habitación para guiarme a otra, me sienta en una silla y me amarra las manos.
-Gorman al que le partiste la mano y el dedo te encontró allá fuera, peleando contra los errantes. Me dijo que eran muchos y estabas sola. Por eso te trajo. Creyó que estabas lastimada. Y como puedes darte cuenta esto es un hospital- hablo la mujer sentadose enfrente de mí.
-¿Y tu le crees?- pregunté.
-Si- dijo luego de pensarlo -Mira quizás Gorman no sea el hombre más atento o respetuoso pero es bueno allá fuera, para conseguir medicamentos. Así que tendrás que pagar por lo que hiciste- asiento.
-¿Cómo?- pregunto.
-Ya pensare en algo. Y sobre dejarte ir- rasca su nuca -No es una opción, nadie se va de este lugar amenos que sea muerto claro- iba a responder pero uno de los uniformados entró a la habitación.
-La necesitamos- dijo para luego salir y dejar la puerta abierta.
-Vamos- susurro tomándome de un brazo, llegamos hasta otra habitación que era un tipo de quirofano, en la camilla se encontraba una chica con una mordida en un brazo.
-Hay que cortarlo- dijo la mujer a mi lado.
-Pero ya no nos queda anestesia- hablo el doctor.
-No importa, no vamos a perderla- volvió a hablar la oficial.
-Hey ¿podrías sostenerla?- me pregunto el doctor, alce las manos que aún estaban atadas, Dawn, como se llama la encargada me las desató rápidamente.
Tome el brazo sano de la chica y su otro hombro, la pobre no dejaba de gritar y querer zafarse.
-Oye tranquila- le susurre, ella fijo sus ojos en mi pero al instante comenzó a gritar de nuevo, esta vez porque el doctor comenzó a cortar su brazo.
Tome su mano para intentar darle fuerzas ella la tomó duro hasta que se desmayo del dolor.
-Gracias- me susurro el doctor una vez término el trabajo -Por cierto ¿Cuál es tu nombre?- pregunto limpiándose las manos con un trapo.
-Megan- respondí zafando mi mano del aún fuerte agarre de la chica, frunci el ceño cuando vi sangre correr por mi piel, levante la mano frente a mi cara y vi las señas de las uñas de la morocha, suspire -¿Cómo se llama?- el hombre de bata término de curar y envolver en vendas la mitad del brazo de la joven.
-Joan- respondió.
-Encargate de limpiar este lugar, y esta vez sin escribir en la pared- dijo Dawn saliendo de la habitación.

-Hola- susurro alguien a mis espaldas, me voltie y vi a Joan sonriendome.
-Hola- dije para seguir trapeando.
-Gracias- metí el trapo en el bote de agua y lo deje a un lado, tome uno de los bancos del lugar y me senté a la par de la camilla.
-No fue nada- le sonreí.
-¿Qué te paso?- pregunto señalando mi mano vendada.
-Nada- susurre.
-Eres nueva ¿Cierto?- cuestión.
-Si, acabo de llegar- respondí acomodandome mejor.
-Soy Joan- se presentó, vi como su brazo se movió involuntariamente haciendo que la sonrisa de la joven desapareciera. Me levanté y me acerqué más a ella.
-Soy Megan- le susurre tomado su mano que descansaba en su vientre. Las sacudi y ella volvió a sonreír, deslizó su mano fuera de la mía y la acercó a mi cara para posarla en mi mejilla y después acariciarla. Me costó no alejarme del toque, pero no la quería hacer sentir peor de lo que se sentía ya. Así que le sonreí y ella se sonrojo.

¿Por qué?

Certain Things || Daryl Dixon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora