capitulo 12

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Hacía ya una semana del concierto. Esta noche el jóven músico y yo nos reuniriamos.

Así fue. Asistí a su concierto. Tocó una melodía bastante hermosa en el mismo piano blanco. Cuando terminó, bajé hacia la entrada, y le vi. Vino hacia a mi, y me dijo que le siguiera.

Al entrar al camerino, me dio un collar que el padre de su abuelo llevó desde su nacimiento hasta su muerte.

- Es lo más valioso que he encontrado de él.- me dijo.

Esta vez, pude verlo mas rápido:

<< 1822. El padre de su abuelo estaba en la ciudad, haciendo cajitas musicales. Entendi que aquello era Suiza, donde él aprendió a hacerlas. Una joven, de ojos claros y cabello oscuro, largo, de piel blanca y delgada, apareció delante suya. Ella se le queda mirando. Los dos sonríen. De repente, me sale una imagen de los dos jovenes viéndose a escondidas. 1825, los jóvenes aún quedan a escondidas. Es un invierno muy frío. Ahora le veo en una boda llorando, aquella chica se casaba con otro. 1826, ella se va de Suiza con un niño en brazos, mientras el joven llora y ella también. Él empieza a escribir una canción>>.

Notaba que me desmayaba. Él joven músico me llamaba, escuchaba mi nombre no claro del todo, como si estuviese en el agua. El intentaba reanimarme, pero yo por mas que intentaba despertar, no podía. Fue cuando vi todo negro y dejé de escuchar.

Ni un segundo pasó y me desperté en mi cama. El joven estaba en mi cuarto mirando por la ventana. Era de día.

- ¡Qué bien que te despiertas! Ayer te desmayaste, llevo toda la noche en vela a ver si despertabas, me asuste cuando te empezó a sangrar la nariz y ver tus ojos en blanco, y como no despertabas, salí a buscar ayuda. Menos mal que alguien te conocía y me dijo donde vivías, por lo que te traje en brazos. Tu madre ya lo sabe.

Me encontraba mareada. No quise pensar en nada. Me intenté levantar pero no podía, casi me caigo, pero menos mal que él me cogió y me sentó en la cama.

- ¿Por que te pasó eso?.-dijo.

- Vi al padre de tu abuelo. Se enamoró de una chica, pero ella se casó con otro. - me mareaba más cuando lo recordaba.

- Creo que algo dijo mi abuelo de que su padre no solo se enamoró de su madre, y a quien le dio la cajita musical.

- Espera. - me quedé pensando. - Nunca he probado con mi cajita, puede que ahí esté la respuesta. -dije levantándome.

El me interrumpió, me dijo que estaba débil y que no debiera molestarme, mejor otro día. Entró mi madre.

- ¿Qué tal has amanecido hoy?.- dice ella.

La sonreí y dije que bien. El joven músico se fue de mi cuarto, pero me dijo que volveria a verme. Yo asentí y sonreí. Mi madre hizo lo mismo.

Al rato, mi madre se fue. Aproveché para coger la cajita e intentar ver algo a través de ella. Estaba algo débil, por lo que me llevó varios intentos hasta que conseguí ver algo.

<< 1826, aquella joven sostenía esta caja durante el camino, con el niño durmiendo al lado. Puso la melodía. Miró al bebé con lagrimas en los ojos. Margaret, pronunció ella mientras acariciaba el rostro del bebé>>.

Margaret es el nombre de mi abuela. Entrelace las dos historias. Pude darme cuenta que la madre de mi abuela, era la amada del padre del abuelo del jóven músico. Un amor en el que no pudo ser, ella tuvo que casarse por orden de sus padres e irse a Inglaterra, dejando al verdadero amor de su vida en Suiza, posiblemente el verdadero padre de mi abuela.

ShelleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora