El Beso

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Era lunes de clases en Gakuhen, el salón era un completo caos y el profesor de matemáticas estaba amarrado debajo del escritorio con cinta en la boca, este último detalle puesto por Rusia.

Romano tenía una competencia de miradas con Prusia, muchos los animaban, En especial España que para ayudar a su amigo distraía al sureño, pero, lamentablemente el español no sabía las consecuencias.

Los segundos pasaban rápido, ambos estaban algo cansados pues sus ojos se quemaban con el aire, pero ninguno quería dar su brazo a torcer, la apuesta era suficiente motivación para ganar.

Pero como dije, España no sabía en realidad cómo había empezado todo así que para que el albino pudiera ganar tocó aquel preciado y prohibido rulo distintivo de los hermanos Italia, haciendo que Romano cerrará los ojos.

No hubo festejo, tampoco se presumió la victoria, tan solo el prusiano tomó su premio con orgullo, saboreando los suaves labios del italiano como si de una delicia prohibida se tratara.

Después de todo aquel alboroto y el tremendo golpe que recibió Prusia por parte del Español, Romano se acercó a darle el hielo al albino y como un método de cura un beso no estaba de más aunque se fuera corriendo después.

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