Sabía que el pruso tenía que visitar a su familia de vez en cuando, no había problema alguno con eso, solo que, no le gustaba que en esa familia estuvieran incluidos Austria y Hungría.
Sabía los sentimientos que tuvo el albino alguna vez por ambas naciones, por lo que, ahora, no le agradaba mucho la idea de que viera a alguno de ellos y se diera cuenta que son mejores que el.
Hungría era dulce, suave, hermosa. Su carácter fuerte la hacía admirable sin mencionar sus buenas aficiones a la cocina y ropa.
Austria podía ser un gruñon avaro, pero, tenía clase, era modesto y sabía tocar perfectamente el piano sin mencionar que tenía un buen ver.
Por lo mismo más que a Hungría la presencia del Austriaco le molestaba completamente.
Odiaba que ellos fueran un buen duo y supieran del otro, odiaba que tuvieran historia juntos.
Ese odio no eran más que celos.
Estaba celoso de Austria.
Escucho la puerta abrirse y el sonido de las llaves chocar con la madera de la mesa, sintió como el pruso lo abrazo depositando un beso en su mejilla.
—El asombroso yo volvió —
Pero el italiano tenía el seño fruncido al ver aquel saco que llevaba encima, tenía un porte muy Austriaco.
—¿Qué es lo que llevas puesto? —
Fue lo único que atino a preguntar con algo de enojo.
—Claro, un también te extrañe fabuloso novio no estaba de mas—
Prusia sabía que el italiano estaba molesto, aunque juraba que no había hecho ninguna tontería esta vez.
—Te hice una pregunta idiota—
El albino rodó los ojos
—Este saco me lo presto Roderich cuando me despidieron en el aeropuerto, mi sudadera se había mojado por la lluvia—
Las cosas eran claras cuando vio el rostro de enfado en el italiano, estaba celoso y el pruso lo iba a gozar como no pueden imaginar.
—Se te ve horrible—
Austria tenía un horrible gusto, un fino y genial horrible gusto que hacía que la piel de su estúpida pareja resaltará más.
—¿Encerio? El señorito me dijo que me veía muy bien con el—
Solo lo molestaría un poco más, no quería dormir en el sillón.
—Ese engreído tiene un horrible gusto, quitatelo , apesta—
"Señorito" odiaba ese apodo tan feo, se escucha mejor el apodo que ambos tenían como pareja.
—Claro que no, me veo genial, aparte huele bien—
Prusia reía en sus adentros por la rabieta del italiano, parecía un niño malhumorado y tierno.
—Por supuesto que no, te ves horrible y hueles a mierda—
El italiano se fue caminando enojado hasta su habitación, el prusiano comenzaba a acomodarse en el sillón, era seguro que dormiría ahí.
Pasaron algunos minutos cuando un saco le cayo de lleno en la cara, el albino extrañado lo quito de su rostro viendo al italiano.
—Te dije que te quitaras esa basura, a ti te va mucho mejor la marca italiana—
El olor que detecto del saco no era nada más que la colonia que amaba usar Romano, ahora si el pruso tenía una sonrisa en su rostro.
Se levantó de sillón lanzando el saco que tenía puesto lejos mientras se colocaba el que había sido lanzado a su rostro.
Era un saco color negro con algunos detalles discretos y dorados, olía a su italiano y a parte era de su talla, amaba cuando Romano se ponía celoso.
—¿Cómo me veo? —
—Te vez decente bastardo —
Tomo al italiano en brazos mientras tomaba camino a la habitación, la sonrisa de su rostro nadie podía quitársela.
—¿Por qué sonríes animal? —
El italiano tenía un tono de reproche, pero no estaba enojado.
—Eres tan tierno cuando estás celoso, vaya que recibir a mi asombrosa persona de ese modo, no me das descanzo —
El italiano lanzo un par de insultos más antes de llegar a la habitación y ser callado por un beso.
A Prusia le gustaban los celos de Romano como no pueden imaginarlo.
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Drabbles
FanfictionSolo un conjunto de pequeñas historias sobre esta pareja Espero y lo disfruten