Aquel señor leía el periódico con tranquilidad aquella mañana en un camión cuya ruta no era conocida.
Una vez que volteo a ver el asiento de en frente vio a un chico con un uniforme de guerra desgastado, lo cual se le hizo extraño ya que estaba completamente seguro que al subir el no estaba ahí.
Cuando el de piel medio morena bajo de el camión un maletín fue golpeado brutalmente hasta que entro en fuego, poco a poco de rodillas terminó callendo para tomar una posición desgarradora, estaba llorando a mares, pero a los ojos de la gente solo era un loco más.
Con el alma rota entró en un bar más tarde, un bar solo para ex combatientes de guerra.
Admirando una foto de un batallón sus recuerdos volaron como si un viento fuerte les hubiera empujado.
Había despertado en medio de unos dormitorios de lo que parecía ser un lugar de guerra activo.
Un chico de ojos carmín se le había acercado, no sabía si era por lo sobrio que estaba que se sintió tranquilo al estar lejos de sus atacantes, pero lo único que quería era quedarse ahí.
—¿Cómo te llamas? —
Preguntó aquel albino que hasta ahora había logrado hechizarlo.
—Lovino, Lovino Vargas—
Fue así como todo comenzó, entró al ejército en la segunda guerra mundial.
Gilbert Beilschmidt era el encargado de entrenarlo y vigilarlo, pero, también era su acompañante de aventuras, secretos y fiestas.
Fue exactamente en su última fiesta que al fin se besaron.
Se amaron el uno al otro por un año entero, después de eso los mandaron a batallar.
—Vamos al frente—
—Como ordene capitan—
Ambos comenzaron a reír. En medio de la batalla Lovino se ponía de nervios por lo cual procuraba hablar con su pareja evitando tener miedo y ver todas esas almas frente a él.
—¿Esto es divertido no? ¿Gil? —
Pero esta vez no hubo respuesta alguna.
—¿Gil? —
Tomo a su amado por los hombros notando que no se movía del todo, asustado lo tiro al piso cubriéndose del tiroteo, entonces lo noto, noto la bala que atravesó el pecho de la persona que más llego a amar en el mundo.
—Gil no me hagas esto, estaras bien ¡Un médico! ¡Denme un jodido médico! —
La desesperación se apoderó del italiano, fueron sus intentos nulos de pedir ayuda que lo hicieron volver en sí.
—Lovi, ich liebe dich—
Tomó su rostro con miedo
—no me dejes gil —
Pero era demasiado tarde, el soldado había muerto.
Esa era la única foto que tenía junto a él, era la única foto que tenía junto a su compañero de toda la vida.
Odiaba aquel maletín , odiaba la guerra, por que la guerra sólo amaba tomar almas para ver sufrir a los que se quedaban.
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Drabbles
FanfictionSolo un conjunto de pequeñas historias sobre esta pareja Espero y lo disfruten