Tomo mi cabello en una coleta y guardo las llaves de mi auto en mi mochila negra.
Relamo mis labios antes de tocar la puerta. Este es mi segundo día, pero ya me siento un poco más relajada.
Ayer todo fue muy tranquilo y sin ningún percance a excepción de lo que sucedió con el señor Lynch.
Su mirada tan penetrante me desorienta.
Lewis me abre la puerta con la misma sonrisa de ayer pero esta vez un poco más amplia.
-Su chaqueta, por favor- Dice estrechando su mano para sostenerla.
Mis mejillas arden, me despojo de mi chaqueta y la dejo a sus manos.
-Los productos están en el mismo lugar, y la señorita Ivanna la ayudará en la cocina para que logre orientarse en caso de cualquier duda. Ella llegará en un rato más, su auto se averió así que deberá comenzar por las habitaciones si no quiere perder el tiempo.
Asiento enseguida y subo las escaleras, abro la puerta que lleva a una simple estantería y tomo las cosas que ayer dejaron a mis manos, no creo que necesite algo más.
Quito la mecha de cabello que está molestando en mi cara detrás de mi oreja y suspiro profundamente.
Camino hasta la habitación del señor Lynch y abro la puerta con sumo silencio. Muerdo mi labio inferior rogando porque él no esté en ella, aunque lo dudo mucho. Y es correcto, no está aquí.
El silencio abunda en la casa y hace que todo sea más aburrido, sonrío a medias y tomo el móvil con los audífonos.
Miro la habitación con suma atención, sus cortinas son azules, el aroma en la habitación es tan varonil, su cama está prácticamente ordenada ya que solo una parte de ella está deshecha . El enorme televisor es perfecto para ver una película, es una habitación muy amplia y ordenada, por las carpetas que veo en uno de los muebles que hay puedo deducir que es un hombre muy organizado.
Hay una foto de una mujer mayor, seguramente su madre, en la mesa de luz que está al lado de su cama.
Me acerco a la ventana y comienzo por dejar entrar luz en la habitación apartando las cortinas, continuo por hacer la cama, luego sacudir muebles y aspirar el piso.
Miro el asiento que está en una esquina con ropa recién planchada seguramente por otra sirvienta, me acerco a ella y tomo todo con cuidado de no arrugarlo.
Muerdo mi labio inferior, hay dos puertas más dentro de la habitación, y si mal no recuerdo la izquierda es la que lleva al "armario"
La abro, sonrío a medias al ver que estoy en lo correcto y guardo todo en su lugar correspondiente.
Me siento en un puf negro, y miro a mi alrededor, todo está muy ordenado y bien clasificado.
Sus corbatas en su sitio, sus pantalones en otro, sus camisas en otro, al igual que sus zapatos y sus sacos, en una misma pared, ya que en la otra se encuentra su ropa informal igual de clasificada que en este lado.
Tomo una de sus remeras, son suaves, acerco mi nariz y aspiro profundamente, huele muy bien.
Sobresalto al sentir la puerta de la habitación abrirse, dejo la remera en su lugar rápidamente y salgo del armario algo asustada.
Trago saliva, abro mis ojos a tope al ver al señor Lynch quitarse su remera, parece recién llegado de correr, pero aún no se percata de mi presencia.
Miro su espalda, muerdo mi labio inferior levemente, me gustaría tocarlo.
Camino hasta los utensilios y los tomo. Presiono mis labios cuando él voltea a verme algo desconcertado.
Vuelvo a morder mi labio inferior involuntariamente cuando puedo ver su marcado torso.
-Señorita Stone, no sabía que estaba aquí- Su mandíbula se tensa.
Miro sus ojos, ya no me siento tan intimidada como antes.
-No se preocupe, ya termine aquí.
Me aferro a las cosas que cuelgan de mis manos y camino rápidamente hasta la puerta, puedo sentir sus ojos aún puestos en mi, niego con mi cabeza intentando esfumar de mi mente su cuerpo y salgo de la habitación.
Mi respiración está agitada, mi pecho sube y baja exageradamente, como nunca antes.
-Dios mío...- Susurro.
Miro hacia los lados, el pasillo se encuentra desierto, el silencio sigue siendo el mismo pero ahora se puede sentir el agua de la ducha correr en la habitación del señor Lynch.
Cierro mis ojos, el cuerpo de él vuelve a aparecer en mi mente. Presiono mis dientes, camino hasta su despacho intentando ignorar esas tentadoras imágenes que aparecen en mi cabeza y limpio lo más rápido que puedo, no quiero verlo nuevamente, me provoca vergüenza tan solo imaginarlo.
Está jugando conmigo sin siquiera esforzarse. Es jodidamente guapo e intimidante.
Cierro mis ojos y muerdo mi labio inferior.
Sonrío involuntariamente al imaginar su torso, sus rosados labios, sus ardientes ojos, a él.
Y su excitante forma de ser.
+++
¡voten! ❤️❤️❤️
Con que hay suposiciones de que Ross y Courtney terminaron ¿Eh?... Interesante...
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Sr. Lynch | Ross Lynch
Fanfic-Aquí yo pongo las reglas. NOVELA INSPIRADA EN 50 SOMBRAS DE GREY. Novela protegida por copyright. Prohibida su copia y/o adaptación; 2017