Entrenamiento.

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Desde la llegada del pequeño niño habían transcurrido apróximadamente un mes, ya que eso fue lo que tardó su herida para que cicatrizara de forma correcta. Por suerte no quedó con secuelas del ataque, eso significaba que podía mover su brazo con facilidad sin tener algún dolor u algo en el hombro. Lo peor de todo fue la imborrable marca que quedó grabado en su cuerpo
recordándole cada segundo de su vida la horrible experiencia que sufrió aquel día en la madrugada donde se le arrebató lo más preciado para él: sus padres.

También gracias al dinero que le dejaron, Levi se preocupó (o más bien le encargó a alguien más que lo hiciera) de comprarle ropa al ojiceleste y todo lo necesario que un niño necesita para el día a día.

Además se negó rotundamente a la idea de que Kuroko tuviera su habitación propia por dos simples razones: la primera era porque el de cabellos celeste poseía tan poca presencia que pensaba en todos los futuros problemas que podría causarle a él por no tenerlo en la mira, a lo que decidió dejarlo dormir en su cuarto con la intención de jamás quitarle la mirada de encima. Y la segunda razón es más íntima, podría decirse que el vulnerable ser derretía el corazón del azabache. ¿Por qué pasaba esto? Existe una sola explicación: Tetsuya tenía el don de ser necesitado por quien quiera que se haya atrevido a conocerlo profundamente. Una luz siempre necesitará de una sombra para ser más fuerte, en este caso Levi inconscientemente empezó a necesitar a la sombra cada vez más con el pasar de los días, era la persona que le daba la tranquilidad que nunca necesitó, pero que ya no era capaz abandonar.

Todos los subordinados más cercanos de Levi también se encariñaron con el menor e incluso Haizaki, quién jamás fue tan cercano con él en su vida anterior, aunque es cierto que en ésta vida poco importaba lo que fuiste alguna vez.

Levi era un hombre de negocios bastante ocupado, sin embargo decidió encargarle sus ocupaciones a Erd para así poder empezar con el entrenamiento básico a sus dos nuevos reclutas. Muy bien podría haber dejado a cualquiera de sus muchachos, no tenía inconveniente alguno salvo que deseaba ser él quien estuviera presente en la evolución de su pequeña arma peliceleste, porque sí, la idea de hacerlo su arma seguía presente en todo momento, aún cuando esas nuevas y molestas emociones intentaban retenerlo a toda costa.

En una mañana cualquiera Levi se despertó más temprano de lo usual encontrándose con la típica escena de todos los días, el peliceleste estaba despierto leyendo un libro infantil que le compraron, ya que debían mantenerlo entretenido con algo en vez de dejar que anduviera suelto por la casa y se perdiera.

—Hey, Tetsuya— llamó al menor acariciando brevemente una de sus mejillas. Aquel muchacho sacaba a relucir la ternura que suprimía inconscientemente dentro de sí. —Vístete, hoy comenzaremos con tu entrenamiento físico. De paso despierta a Shōgo y vayan a desayunar.

El azabache solía sorprenderse de vez en cuando al ver como su pequeño ángel le hacía caso en todo lo que le ordenaba sin protestar y no era de extrañar, el ahora Ackerman menor tenía cierto respeto por el ser que lo salvó de casi ser completamente devorado por la oscuridad llamada muerte, como mínimo debía ser respetuoso para no llamar demasiado la atención, aunque ocurría lo contrario. Dada la facilidad en qué se sometió el niño, Levi tenía aún más interés en él, como si una fuerza invisible lo envolviera por completo diciéndole que tenía que estar cerca del peliceleste en todo momento.

Tal como le dijeron, Kuroko se vistió para luego ir al cuarto de Shōgo. Sin permiso entró a la habitación sin ser detectado, se subió a la cama sentándose sobre el cuerpo del mayor con una leve sonrisa plasmada en sus delgados labios.

—Haizaki-kun, despierta— lo llamó recibiendo un quejido. —¡Levi viene para acá!— exclamó en un grito y por arte de magia el peligris se levantó con rápidez empujando con fuerza al niño, quien se golpeó la cabeza contra la pared.

La elección de Tetsuya (LeviKuro/AkaKuro) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora