La caída del ángel.

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Tal como propuso Levi, los tres niños se fueron a vivir a la mansión. Por suerte, aún tenían habitaciones disponible al final del pasillo, por lo que no hubo problemas más allá de la mudanza.

Se preguntarán, ¿cómo fue que convencieron a los padres para acceder a esto? Fácil: el poder del dinero y, tal vez, un poquito de amenaza, no hay razón para negar ese hecho.

Kise continuó con su trabajo de modelo con la condición de que fuera acompañado por algún subordinado de Gunter, quien lo llevaba y lo traía en automóvil. El rubio no se quejó, estaba encantado con ese trato y se sentía bastante protegido a pesar de estar consiente a los peligros que se enfrentaba cada vez que salía fuera de su zona de seguridad.

Por otra parte, Midorima se entretenía hablando con Hanji sobre temas triviales e incluso temas peligrosos. También el peliverde ayudaba a la castaña con sus investigaciones, tenía el potencial para ayudar y gracias a él pudieron hacer más avances; ella estaba tan encantada con Midorima que hasta lo tomó como su discípulo.

Y Takao, él se la pasaba jugando videojuegos en su tiempo libre, era lo único que podía hacer. No era guapo como Kise ni inteligente como Midorima, sólo mataba el tiempo jugando solo. Pero un día Erd se le apareció diciendo que también le gustaban los videojuegos; al final ambos se convirtieron en compañeros de juego.

Así fue como los meses pasaron más rápido de lo usual. La mansión Ackerman se había transformado en un lugar alegre y lleno de vida, todos se acostumbraron a la convivencia de tantas personas en un mismo recinto. Hasta Levi pensaba lo agradable que era vivir en un lugar así de ruidoso.

Llegando el cumpleaños número ocho de Kuroko, el azabache le dio la oportunidad de cumplir uno de sus deseos o caprichos y nuestro peliceleste pidió que le hiciera una cancha de básquetbol en el enorme patio que había detrás de la mansión. Levi aceptó sin pensarlo siquiera, no le costaba nada cumplir con el pequeño capricho que no se comparaba nada con la culpa de su interior.

Así fue como un mes después la cancha estaba echa y lista para ser usada cuando quisieran. Todos se reunieron en esta para hacer la inauguración donde hicieron un tipo de celebración improvisada en la cual los cuatros niños no participaron como tal, ellos sólo querían volver a los viejos tiempos.

—Kurokocchi irá conmigo, Midormacchi estará con Takaocchi— comentó el rubio más ninguno objeto al respecto.

Los cuatro se posicionaron, pero antes Midorima se quitó las vendas que cubrían sus dedos, y así comenzaron con el partido donde jugaron como en los viejos tiempos. Ninguno había perdido su habilidad, tal vez faltaba pulirlos, pero ahí estaban.

La cancha fue echa más pequeña que una normal al igual que el tamaño de los aros para encestar, así no habría desventaja con los tiros de Midorima, cada uno era capaz de llegar al aro sin problemas.

Cuando los cuatro estaban inmersos en su mundo, los demás sólo los observaban asombrados, ninguno quería pestañear. Los pases de Kuroko fueron sorprendentes para Levi, los tiros de tres de Midorima sin fallar en alguna también. El tiro invisible de Kuroko fue algo que superó las expectativas de todos, al igual que el drible invisible.

Kise aún recordaba todo lo de su Copia Perfecta, los movimientos de Aomine, la defensa de Murasakibara, los tiros de Midorima y los ojos de Akashi.

Fue una derrota absoluta para el equipo de Midorima y Takao, los cuatros cayeron exhaustos pero con una enormes sonrisas en sus rostros. Sus cuerpos de niños no podían resistir estos tipos de juegos, a excepción de Tetsuya, él ha entrenado su resistencia.

Sin duda ese fue el mejor cumpleaños para el peliceleste, tenía todo lo que siempre quiso. Siempre odió su mala suerte, pero ésta vez estaba contento con su entorno.

La elección de Tetsuya (LeviKuro/AkaKuro) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora