Escape.

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Fueron unas cuatro o cinco veces la que su cuerpo tuvo que aguantar siendo profanado sin descanso alguno, ya con la tercera vez sus lamentos fueron silenciados, tampoco luchaba por librarse del hombre adulto, era un muñeco que apenas lograba respirar o es lo que quería aparentar. Sin embargo, el pequeño no se había rendido ante el pedófilo que lo estaba violando, simplemente esperaba el momento correcto para actuar y atacar con todas sus fuerzas.

¿Cuando decidió todo eso? Fue cuando ya iban en la tercera vez que abusaban de él. Se dio cuenta que el tipo ni siquiera notó la navaja que ocultaba, dándole así una pequeña oportunidad de huir de allí, pero para hacerlo debía sacar la poca y nada de fuerza que le quedaba; tenía la determinación de llevar a cabo su plan, sólo esperaba que su cuerpo resistiera hasta entonces, debía hacerlo a toda costa.

Cuando al fin el mayor terminó de aprovecharse del pequeño cuerpo y quedó tumbado en el suelo por el cansancio y satisfacción, Kuroko movió lentamente sus brazos atados hasta llegar a uno de sus pies en el cual tenía oculta la navaja en su calceta. Rápidamente la sacó cortando la cuerda de sus pies y manos con bastante dificultad, pero pasando desapercibido ante la persona tumbada. Respiro profundamente para calmar su agitado corazón, era el momento de actuar y sus manos que sostenían el objeto estaban temblando, no sabía si era del miedo o de la emoción, era un sentimiento completamente nuevo y extraño para él.

A la cuenta de tres, Tetsuya se abalanzó al hombre con respiración irregular, rápidamente deslizó su navaja sobre el cuello de él sin darle una oportunidad para actuar, y de un corte limpio logró abrirlo. La sangre comenzó a salir descontroladamente, el hombre intentaba cubrir su cuello para retener la sangre fracasando en el intento, ya que el corte fue profundo y preciso.

Tardó solo unos segundos en quedar inmóvil, su cuerpo estaba empapado en sangre al igual que las ropas, manos y rostro del pequeño Ackerman peliceleste. No lloró, tampoco se quejó, solo no sabía que pensar al respecto.

Mató a un hombre.

Recordó lo que una vez Levi le contó sobre asesinar a alguien cortándole la vena yugular del cuello, jamás pensó que tendría utilizar algo así o al menos no ahora, todavía seguía siendo un débil niño. Pero había un claro hecho: Tetsuya asesinó a un hombre, el hombre que abusó físicamente de él y no sintió culpa; podría decirse que estaba satisfecho de sus propias acciones. Para actuar como lo hizo, selló todas sus emociones en lo más profundo de su ser a excepción de la ira, el rencor, eran emociones que serían de ayuda a la profesión que quería ejercer y fue algo que entendió tras haber experimentado esa horrible situación.

Ahora era cuando la adrenalina de su cuerpo estaba más activa que nunca, incluso ignoró el hecho de que su parte baja sangraba, ardía, dolía demasiado y las fracturas que le provocaron días anteriores también eran ignorados. No era el momento ni lugar para rendirse, todavía necesitaba escapar.

Le quitó la chaqueta negra al cuerpo inerte y se la colocó aunque tuviera sangre en ella, la necesitaba ya que sus pantalones estaban completamente rotos e inservibles. Sacó sus últimas fuerzas de su interior, ignoró la clara deshidratación y desnutrición que su cuerpo presentaba, camino con cuidado en aquel sótano recordando luego las palabras del tipo, él estaba solo ese día.

“Qué suerta la mía” pensó un momento mientras salía por la puerta con mucho cuidado, apenas si se mantenía en pie.

Gracias a su falta de presencia salió de la mansión desconocida con éxito percatándose que estaba muy cerca del vecindario en el que residía su propia casa, tembló con solo pensar en lo desquiciado que estaba aquel tipo rubio si vivía tan cerca de Levi.

Camino por unos eternos minutos, más rápido no podía ir por la condición en la que se encontraba, pero sin duda estaba dispuesto a volver con su familia. Tardó, y sin embargo llegó al que consideraba su propio hogar, se sintió tan feliz que sin querer empezó a llorar aunque no mucho, uno de sus ojos estaba horriblemente inflamado ante la paliza de antes y llorar dolía, caminar dolía, respirar dolía.

La elección de Tetsuya (LeviKuro/AkaKuro) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora