▪ Vuelco inesperado ▪

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MARINETTE.

Su mirada ámbar cayó sobre la mía, algo se removió en mi, era extraño. Iba hablar pero un pinchazo en mi espalda me callo de golpe.

Mi vista se nublo y juro a ver visto un destello rosado frente a mi vista. Me agarro la cabeza adolorida y caigo de rodillas al suelo.

No abras los ojos...

Me quedo con los ojos cerrados, sintiendo mi respiración más pesada, disfrutando de aquella melodiosa y masculina voz en mi cabeza.

Bien hecho hermosa —frunzo el ceño por su denominación hacia mi persona y trato de abrir los ojos molesta. - ¡No no no! Aún no, lo siento Marinette. Bien, ¿Sientes su toque?

Me concentró y siento unas cálidas manos alrededor mio, brindandome protección y relativa paz.

Afirmó con la cabeza disfrutando aquel toque, sintiéndome única y por primera vez bella — Bien, ahora abre los ojos lentamente y busca su mirada.

Hago lo que la voz en mi cabeza dice y abro los ojos con lentitud, pestañeando de vez en cuando para luego buscar su mirada.

Mis ojos caen en los suyos, su bella mirada Verde destella una ligera luz rosa que hace que caiga rendida a sus pies. Un sentimiento abrumador toma mi pecho y hace que se me corte la respiración. Mi temperatura sube a grados que ni yo creo que existen y siento ganas terribles de besar su rostro.

¿Que me ocurre? ¿Por que me siento así? Estoy más que confundida, antes lo había visto y no sentía esto, ¿Por que ahora si?

Subo mis manos inconscientemente por su pecho y lo apartó ligeramente, trago saliva y lo miro con más detalle.

Me encanta su rostro, sus ojos, sus labios, su piel, todo el es bello.

¡Que dices Marinette! ¡No eres tú! ¡¿Ha ocupado brujería conmigo?!

— A-ah...— Subo mis manos a su rostro y lo delineó con mía dedos. Su suave piel es un deleite para mis dedos y juro que no tiene defecto.

ADRIEN.

Sus dedos tocan mi piel, con delicadeza delinea mi rostro, luego mi cuello, y por último mi clavícula, suelto un suspiro.

¿Como llegamos a esto? Ella había caído al suelo con una pequeña bruma rosa saliendo de su espalda, corrí a su socorro y ella empieza a casi convulsionar.

La lleve a la mansión y la deje en la cama con cosas frescas para que pueda estar más cómoda, y luego despertó.

Y henos aquí, inconscientemente abro los ojos, alejando su adicto tacto de mi. Bese su mano y la acosté en la cama de nuevo.

—Tienes que descansar —tocó su frente, viendo sus mejillas coloradas y sus ojos abiertos que no se despegan de mi destellan la misma bruma, pero más ligera, que cuando se había desmallado.  —¿Duerme,  si?

Ella, dudosa, afirma con la cabeza, y se recuesta, me levanto con lentitud y camino hacia la puerta. Peor me detengo al sentir su pequeña mano agarrarme de la camisa.

— N-no te vallas.... Por... —Cierra con fuerza sus ojos y cuando los abre la bruma rosa de sus ojos se mezcla con una roja —ahg... Favor.

Extrañado por lo que le ocurre afirmó con lentitud, me siento en el borde de la cama h espero a que se duerma.

Se da vuelta, dándome espalda, espera un poco y luego su respiración se normaliza por la tranquilidad.

Todo alrededor se torna gris, y parece que se detiene el tiempo. Alzó la vista encontrándome con un extraño sujeto increíblemente parecido a mi.

— ¿Te gustó mi regalo Hermanito?   — Frunzo el ceño confundido — Oh, cierto.  No me conoces.

Me extiende su mano la cual la estrecho no muy confiado de él.

—Soy Eros,  dios del amor.  Tu hermano... 

— Amm... Yo, no soy hermano de nadie... Ni siquiera conozco a mi padre.

— Tu padre y el mío no son el mismo, solo que tenemos a la misma madre. Afrodita,  ¿de donde crees que saliste tan bello? 

—No dudo que soy atractivo, pero eso no tiene nada que ver.

—Veo que aún no te explican hermano mio.—Una sonrisa felina se extendió por sus labios, demonios si nos parecemos.— Bien, ¿Por que crees que Marinette se comporta así contigo?

—Quizá delira.

— Es la flecha del amor —una bruma rosa destello de sus ojos— Si es amor verdadero el efecto de la flecha no desaparecerá. Pero si no es amor ella volverá a la normalidad. Aunque el efecto no es tan fuerte como en alguien relativamente normal.

— Y si no creo en lo que me dices.

Su sonrisa se extiend— pues entonces llamaré a mi otro hermano para que quite el efecto de la flecha antes, con odio, y te odiara más. Y yo tendré el camino libre 

¿Camino libre? Miro a Marinette detenidamente, siento irá, siento posesividad sobre ella, ella. ELLA.

Siento como en mi pecho se desata mil y un sensaciones que nunca había sentido, destrucción es lo que causó asustado a Eros quien desaparece, aparece al lado de Marinette y la carga alejándose de mi.

Grito de dolor cuando una bruma verde y negra me envuelve.

NARRADORA.

Eros protegió a Marinette con un campo de fuerza de color rosa, mientras que el poder de Adrien despertaba en un desastroso temblor.

Cemento y tierra se desprendían de la tierra y flotaban, los ojos de Adrien se tornaron negros y destellaron verde.

—Está.. Despertando.. —Sus ropas se transformaron en una túnica negra tipo dios griego dejando a la vista su torso, y su cabello fue adornado por una corona de plantas de resplandeciente color Negro.

Los pedazos de suelo cayeron al suelo, y sus respiración se agitó. Miro sus brazos buscando rastro de la azabache la cual seguía protegida de los escombros con su hermano.

De un movimiento de brazos decizo el campo de protección de su hermano y le arrebato a la azabache de los brazos, la cual seguía en un estado de inconsciencia.

— Ella...— Su ronca voz salió un poco más gruesa de lo normal —Es... ¡MIA!

Un aura negra los rodeo y en un pestañear de ojos y no estaban ahí. Eros, divertido por la situación, extendió sus alas de bello color rosa y despegó hacia el Olimpo, en busca de ayuda para completar su plan;

Proteger a la primogénita de Hades.

Semi-dioses rivales [MLB] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora