▪ Ella es MIA ▪

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Las trompetas anunciaron de forma magestuosa la llegada de el grande, subió de su lugar a la tierra para cumplir su promesa, volver con su amada hija.

Por otro lado, Hades había encontrado su rastro y sin que el se diera cuenta ya era perseguido por el hermano mayor de Adrien. Eros.

En la cueva, Adrien había llevado a Marinette al lago para que ella pueda despertar igual que el, para que se puedan complementar y crear una unión celestial.

La luna tenía que estar en su máximo punto para que empezará , las flores rodeaban sobre el agua el majestuoso cuerpo virginal de su amada que flotaba con las manos sobre su vientre.

El agua estaba fría, sentía la punta de sus extremidades frías y entumidas, la luna por fin se situó sobre ella en su máximo punto y un aura blanca lleno todo el lugar, por lo que Adrien tuvo que retroceder.

Su esencia se extendió por todo el lago llenándolo de vida, su cuerpo desnuda brillo más que la misma Luna.

Un rayo de luz se abrió paso. El olimpo, el infierno, y hasta la misma tierra vio la anomalía en el cielo. Para Ares y Hades fue una señal, ella había despertado, había encontrado su máximo punto de divinidad.

Las sedas envolvieron el cuerpo de Marinette creando le una bella túnica blanca que pintaba su piel de la más exquisita tonalidad, su cabello cayó Suelto sobre sus hombros más sedoso que antes, sus labios tomaron un rojo natural y una corona de flores de oro estilo olimpo se coloco en su cabeza. Al abrir los ojos aprecio la luna sobre ella.

Se sintió fascinada ante la sensación de poder dominar cada parte de ella, de sentir se en un balance sin más en una parte, ni menos en la otra.

Pero nada era perfecto, su túnica blanca tomó otra seda, una negra y espesa que su río su espalda dándole un toque elegante y tenebroso, ese era su verdadero balance, estar expuesta a que la destrucción de su creación pueda ser liberada como la caja de Pandora.

Cuándo sintió el agua en sus pies camino sobre ella hacia Adrien, quien admiraba extasiado a su mujer, bella y florecida. La sensualidad que ella emanaba era increíblemente fuerte, aún cuando lo virginal e inocente de su rostro seguía ahí.

Adrien no espero y camino hacia ella. Cuando sus manos estaban apunto de tocar se apareció Eros volando— ¡Hermano! ¡Hermano! — Se le veía acomplejado y nervioso.

Marinette lo miro con su intensa mirada azul, sin decir ninguna palabra ni mover sus carnosos labios rojos. En cambio Adrien sintió la furia correr por sus venas al verse interrumpido en aquel bello momento.

Tomó a Marinette opresivamente de la cintura atraiéndola hacia el, ella no hizo atisbo de alejarlo y envolvió con su brazo la cadera De Adrien —Viene Ares, viene a por ella junto con HawkMoth 

Adrien sudo, era cierto que ya conocía todo de Marinette, su origen y sobre el porqué de su descontrol cuando Plagg la había desafiado, había entablado una relación de información con su hermano mayor para que protegiera a Marinette de él depravado de Ares, quien quería a toda costa gobernar con Marinette a su lado por su inigualable poder.

Era muy tarde, las mariposas negras llenaron el lugar y Eros tuvo que retirarse, ya que el estaba expuesto a que algo malo le ocurriera si alguna mariposa contaminada lo tocaba. Un círculo de Luz rodeo a la pareja abrazada. Marinette había creado un campo de protección.

Las mariposas no entraban y cuando estas se retiraron la silueta del dios traidor de la guerra y el dios exiliado de los favores malvados se abrió paso entre los árboles. La bella imagen de Marinette en su máximo punto éxito a Ares de forma descomunal, verla ahí con una mirada tan seria y a la vez tan expresiva lo cautivaba. 

— Ella es MÍA— Recalcó Adrien con tono demandante y posesivo. Marinette se estremeció  y dejó caer su cabeza sobre el hombro de Adrien. — Lo que vez aquí, es ¡Mío!

— Tuya... — La voz de Marinette había sufrido un gran cambio, uno para bien, sonaba sensual y suave, cerro los ojos disfrutando la posesión sobre ella, aún sabiendo que ella era mucho más poderosa que todos ahí.

— Tráemela — Exigió a su vio compañero.

HawkMoth asintió sabiendo que ya no era su opción, que su cuello costaba si no hacía lo que le daba la gana a Ares — Traédmela pequeños akumas —Las mariposas negras volaron a velocidad hacia Marinette.

La joven batió sus largas pestañas sólo una vez, y las mariposas chocaron contra un rayo de Luz que las volvió hermosas mariposas que se perdieron en la oscuridad de la noche.

— ¡Ella no es para ti! — Grito Ares con impotencia — ¡Ella me pertenece a mi, es de mi propiedad desde que ella nació, desde que me Sonrió supe que ella debía ser MÍA! —El suelo empezó a temblar, más ninguno de los dioses abrazados se movió.

—¿Tuya? — Una gutural voz detrás de Ares le hizo entender que nunca habría ganado, Marinette estaba demasiado aislada en su poder que podía matarlo de un solo movimiento y que por supuesto, su padre también la buscaba, y que el era el más temible de los dioses. — Que yo sepa mi hija no nació para pertenecer  a alguien... Y menos a alguien como tú — Los esqueletos del infierno atraparon a Ares— Volverás al olimpo ahora, dejaras a mi hija y te olvidaras de todo. Si sabes lo que te combine.—La imagen imperiosa de Hades se alzó frente a Ares haciéndolo temblar.

De un simple chasquido Ares y su aliado desaparecieron antes de que volvieran a verse humillados.

Hades se dio vuelta y Adrien soltó a Marinette sabiendo que debían tercer su momento, Marinette se enderezó y camino hacia el hombre que decía ser su padre, desconfiada lo examinó de pieza a cabeza cuando una corriente le hizo saber que el no mentía, que el; El dios de la muerte, de él infierno, era su padre.

—Hija mía.. — Le acaricio sus frías mejillas con el corazón conmovido, su hijo era una mujer y una muy bella.

— Pa...pa?.. — Le costaba, pero se aferro a él con lentitud, sin saber que hacer. Cerró los ojos y Sonrió por primera rezar desde que se volvió una divinidad.

Semi-dioses rivales [MLB] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora