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A Martina le habían dicho que a las dos de la tarde tenía que estar en donde siempre se juntaban a ensayar, por lo que ni siquiera programó el despertador. Después de desayunar junto a Gastón alrededor de las diez de la mañana, se duchó y se fue a cambiar.

El día estaba caluroso pero corría un leve viento, así que se decidió por vestirse con un short de jean, una musculosa blanca lisa y un par de zapatillas Vans, acompañando el look con una camisa a cuadros blanco y violeta. Se miró al espejo y le gustó como había quedado su look, esa onda street le divertía usarla cada tanto porque por lo general solía ser más clásica a la hora de vestirse.

Aprovechando que Gastón ese día no utilizaría el auto, se lo pidió prestado y se dirigió directamente al encuentro con el Team Jonas. Estacionó a tres cuadras del edificio y se dirigió a pie hasta la sala que utilizaban para ensayar. Casi todos habían llegado, por lo que no tardaron demasiado en comenzar a ensayar.

Cuando vio entrar a la castaña, Nick no le pudo sacar los ojos de encima. Se veía diferente a la última vez que la había visto aquella noche en su departamento. Diferente en el buen sentido, estaba radiante y no paraba de sonreír.

—¿Qué tal todo Marti?

—¡Kev! —Saludó alegre ella, mientras lo abrazaba cortamente sonriendo.— Todo bien, muy bien de hecho. ¿Vos?

—Todo bien, ansioso porque llegue la gira.

—No sos el único, ya falta casi nada. ¿Cómo anda Dani?

—Muy bien, en casa descansando. ¿Te puedo decir algo?

—Decime.

—Te ves más linda hoy, más feliz. Esa pena que se veía en tus ojos hasta hace unos días ya no está más. —Le dijo sonriendo, le agradaba ver a su amiga bien.

—¿Sabes algo? Después de hablar con vos y con Dani, sentí que junto con las lágrimas dejé ir gran parte de aquel dolor. Ahora siento que puedo ser feliz sin necesidad de fingirlo tanto. Supongo que sacar todo eso que venía aguantando hace meses me liberó, para poder superarlo de verdad y empezar de nuevo. No te niego que recordarlo me sigue doliendo, pero ahora entiendo que por algo pasó todo eso. Quizás no estábamos destinados a estar juntos y aunque terminó de la peor manera, tal vez es lo mejor.

—Me alegro que te haya servido charlar y que ahora puedas seguir adelante, porque te lo mereces y sos una persona maravillosa. —Le dijo dedicándole una linda sonrisa mientras aceptaba el abrazo que ella le ofrecía. Al separarse, agregó:— Bueno, quizás el destino era que vengas Nueva York y encuentres el amor acá...

Martina lo miró con una sonrisa divertida y bromeó.

—Kevin Jonas, ¿me estás diciendo que podes ser vos mi amor? Lo lamento pero quiero mucho a Dani como para hacer eso.

Ambos estallaron en carcajadas, lo que ella no sabía era que Kevin lo decía en serio, quizás en esa ciudad encontrara el amor... con alguien que no era él pero llevaba el mismo apellido.

Pasaron un rato largo ensayando viejas y nuevas canciones hasta que decidieron parar un poco a descansar. Martina aprovechó que no había almorzado y se dirigió hacia la salida para ir a comprar algo para comer al kiosko que estaba en la cuadra siguiente, pero antes de salir la interceptaron.

—¿A dónde cree que va señorita? —Le susurraron al oído poniendo una voz ronca mientras la agarraban levemente del brazo.

Rápidamente se giró un tanto asustada y se relajó al ver de quien se trataba, soltando una risa.

—Al kiosko de la otra cuadra a comprar algo para comer, ¿le molesta señor?

—En absoluto, pero déjeme acompañarla. Me dieron ganas de alguna golosina.

Hold on (Nick Jonas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora