Tu cuerpo

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Y mi mano derecha va recorriendo tu mejilla lentamente, al igual que un astronauta examina un nuevo planeta, contemplando cada detalle y parando a observarlo.
Mi mirada recorre todas tus facciones sin dejar ni un milímetro sin analizar, sin que exista la posibilidad de que se me escape nada de tu rostro.
Las yemas de mis dedos se pasean por tus labios mientras lo exploran como un territorio desconocido; deseando acercarse a él y poder adentrarse en la lava que sea capaz de derretir el hielo que habita en mis labios.
Cierro los ojos, y sólo me imagino recorriendo tu piel, como un universo infinito lleno de misterios que anhelo resolver.
Tu cuerpo es una obra de arte, pero es tan maravillosa que no puede estar en los museos porque si estuviese allí no sería tan increíble su belleza si cualquiera pudiera contemplarla. Es una de esas obras que tiene mucho más valor, porque es única, íntima, inigualable, e irrepetible.

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