CAPITULO IX - TRÁGAME TIERRA

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SEGUIMOS :)



Estoy preparándome una taza de chocolate caliente, hace frio últimamente en las noches de octubre. Ya estamos a sábado de nuevo, mañana es la fiesta de Franco, realmente invito a mucha gente, supe que hasta algunos amigos del colegio vendrían para Guayaquil.

Y hablando del rey de roma, quien se asoma.

- Emm – saluda Franco al entrar a la cocina.

- Hola – musito sin verlo, sigo revolviendo mi chocolate para que se disuelva.

Lo escucho suspirar.

- Lo siento Emm – dice.

Alzo la vista hacia él y le sonrío.

- Es la sexta vez que te disculpas en la semana – digo.

- Y lo seguiré diciendo hasta que me disculpes de verdad – responde.

- Lo he hecho de verdad – le aseguro.

- Siento que no... no quiero que estés enojada conmigo por lo de la fiesta sino es que realmente quiero que Daniel venga y él me dijo – dice rápidamente.

- Que lo hará solo si yo no estoy allí – termino la frase por él, me mira con tristeza.

- Mia tiene razón, a veces mi mejor amigo es un gilipollas... ¿de dónde ha sacado ese insulto? – pregunta.

Sonrío.

- De los libros españoles que lee – respondo.

- Es un buen insulto – murmura.

Dejo de revolver mi chocolate y le doy un sorbo.

- Deja de preocuparte, no me molesta no estar en tu fiesta, ya habrá otra ocasión, lo importante es que disfrutes, es tu día – le aseguro.

- Cada año es más raro que el otro – dice mirando hacia arriba como si reflexionara.

- Nunca sabremos lo que pasará, hay que vivir como si fuera el ultimo día – respondo.

Él me mira como si lo que hubiera dicho fuera la cosa más genial que ha escuchado. Le guiño el ojo y tomo mi taza para llevármela a la habitación, estaba leyendo un libro nuevo, Sofia me lo regalo por mi cumpleaños.

- Ustedes las mujeres a veces dicen cosas muy sabias – dice.

- A veces solo repetimos cosas muy sabias – corrijo.

Le doy un apretón en el hombro para que sepa que todo está bien y salgo de la cocina.

La semana ha sido muy cansada, afortunadamente ya no tengo clases los fines de semana, sino estuviera muerta del cansancio. Nadie dijo que tener una nueva rutina donde incluía dos horas de ejercicio extra iba a ser sencillo.

Al pasar por la sala para entrar a la habitación, noto mi reflejo por unos segundos en el espejo que hay aquí. Me detengo y retrocedo para verme en él.

Sonrío otra vez.

Mi cabello está recogido en un moño no muy arreglado, pero se ve bien. Mis padres y mis abuelos dijeron que el nuevo look me caía super bien, mi hermano dijo que los dos mechones con ese color hacían verme más sexy. Muchos opinaron e incluso en mi universidad, que era un cambio que necesitaba, gracias a Dios que lo hice.

Decido que ya fue suficiente de verme y me meto a la habitación, a seguir leyendo ese libro de misterio que me tiene muy enganchada.

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¡TU AMOR & TUS BESOS POR SIEMPRE! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora