¡TU AMOR & TUS BESOS POR SIEMPRE! ©

CAPITULO III - SECRETOS

DISFRUTEN

Estoy sentada en las escaleras que dan al patio de la casa de mi abuelo. No sé si ya he llorado lo suficiente o aun no. No puedo pensar en nada, mi mente esta en blanco.

Creo que estoy teniendo los días más grises de mi vida. En este momento están velando a mi abuelo. Hay mucha gente en casa, demasiada. El único lugar que encontré para mí, es aquí, en las escaleras.

Hable hace un par de horas con Mia. Todo con Daniel, sigue igual.

La misa será para la tarde, todos los 'preparativos' para su entierro ya casi están. Yo aún no puedo creer que ya no esté.

Alguien coloca un abrigo blanco en mis hombros. No tengo la necesidad de voltearme a ver quién es. Esa persona se sienta a mi lado y toma mi mano, entrelaza la suya con la mía.

- Estas fría – susurra mi papá.

No digo nada, solo suspiro.

- George me ha contado todo – empieza - ¿Cómo te sientes? – pregunta. Mis ojos se llenan de lágrimas al instante.

Nadie me había preguntado eso desde hace semanas.

- Siento que... el cielo se me está viniendo encima y yo solo tengo mis manos para sostenerlo – respondo – siento que el lugar se está llenando al tope y que pronto me voy a ahogar – reprimo mis lágrimas, pero no lo suficiente, porque aun así ellas ruedan por mis mejillas – siento que estoy perdiendo papi – musito.

Desune nuestras manos y me abraza por un largo tiempo.

- Lo siento – niego – estoy siento egoísta... tú perdiste al abuelo y yo estoy... yo debería preguntarte como estas – digo.

- No... está bien, son tantas cosas en tan pocos días. Entiendo cómo te sientes, yo también me siento así – susurra muy bajito.

- Solo quiero... que las cosas vuelvan a ser como antes – musito.

Papá besa mi cabeza varias veces, puedo sentir como su pecho poco a poco se mueve las rápido, puedo escucharlo sollozar, puedo sentir su dolor.

Él está llorando, muy pocas veces lo he visto llorar y esto me parte el corazón un poco más.

- Ahora tenemos un ángel... estoy muy segura de que el abuelo nos cuidará, pórtate bien papá, porque él ahora todo lo estará viendo – digo.

Escucho que ríe un poco.

- No lo dudo – responde.

Nos quedamos un rato más así. Luego entramos por un poco de chocolate caliente, ambos lo necesitamos.

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Estoy terminando de empacar las pocas cosas que saque de mi maleta, hoy en la tarde sale nuestro vuelo de regreso a Ecuador. Es lunes y llegaremos el martes prácticamente. Me he comunicado con Mia, cada día y al parecer todo sigue igual con Daniel.

Estar unos días más acá con mi familia, me hicieron sentir un poco mejor.

Saco todo lo que hay en mi maleta de mano en la cama, busco el cargador para mi celular, casi me estoy quedando sin batería y la necesito para el viaje. Tengo que estar informada mientras vuelo. Lo encuentro por fin y lo conecto a mi celular.

Regreso a mi cama y empiezo a guardar las cosas de nuevo en el bolso. Me topo con mi diario, sonrío al verlo, siempre lo llevo conmigo. Lo abro y veo hasta donde escribí la última vez. Fue la noche después del entierro de mi abuelo.