De la A hasta la Z: Destiel.

Capítulo 13: Magia.

¡Hola!

Antes que nada, pido millones de sinceras disculpas por no haber actualizado y más cuando la historia estaba tan avanzada. Por eso, los bombearé con una seguidilla de capítulos debido al retraso y, no sólo eso, también les dejaré una pequeña sorpresita.
Como siempre, gracias por los votos y comentarios. 💕

Declaraciones: Supernatural le pertenece a Eric Kripke.

☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆
M:

Magia.

Magia.

Quizá era la única palabra en todo el diccionario capaz de describir perfectamente lo que el pelinegro le hacía sentir. Tan hermoso y sincero, con una naturaleza especial, capaz de llenarlo de luz incluso en sus días más oscuros; y, ahí estaba él, observando al moreno acercarse con dos copos de helado de melón en cada mano.

Ese día habían decidido ocuparlo en pasar el tiempo juntos en el parque de diversiones y, con algo de suerte, olvidarse del tema de John y la mudanza que, a estas alturas, parecía inevitable.

—Ten cuidado, más de un tonto se ha ensuciado. —comentó el moreno al acercarse.

—¿Cómo tu gabardina? —preguntó con una sonrisa burlona.

—Ella se ha ensuciado, no yo.

Dean rió, Castiel sólo sonrió.

Pasaron un día bello con increíbles y divertidos momentos, jugando a diversos juegos, y ganándolos, y perdiéndolos igualmente, pero la dicha de estar juntos sin pensar en nada o en nadie más era tal que tanto Dean como Cas se sentían felices y seguros juntos, siendo sólo ellos dos.

Ambos terminaron por llegar al gran puente rojo, donde Castiel tocó el tema que Dean deseaba olvidar.

—¿Has hablado con tu padre?

Dean frunció el ceño, observando lo armonioso que se veía el reflejo de los árboles moverse en el agua.

—Dean.

El nombrado suspiró con pesadez, habiendo cerrado los ojos por unos segundos.

—No hace falta que hable con él para saber lo que quiero, y lo que quiero no incluye irme de Lawrence.

—Entonces... ¿Qué harás?

—No lo sé, yo... Cas, no quiero pensar en eso, no aún, no ahora. —suspiró, viéndole de frente. —Lo más importante para mi en este maldito momento es terminar este día contigo, disfrutando de un nuevo helado de melón y ver que te ensucias para luego fingir que fue un accidente. —la radiante sonrisa de Dean hizo que Castiel desviara la mirada hacia las gruesas cadenas de prevención que aseguraban el puente.

—¿Cómo lo supiste?

—Sabes que siempre me ha gustado verte.

—Dean.

El rubio aprovechó la poca gente en el puente y encantado por la sonrisa de Castiel se atrevió a besarlo, contagiándose pronto por la sonrisa ajena que en ningún momento desapareció. El beso no duró mucho cuando a los pocos segundos se vieron separados, pero para ambos fue igualmente hermoso y gratificante. Lo que ambos esperaban, y mucho más.

—Cas... ¿Quieres ser mi novio?. —se atrevió a preguntar, ansioso por una respuesta, mientras el moreno lo observaba fijamente, con sorpresa, si, pero no con duda.

—Si.

"La magia dentro de ti es el amor que florece en mi."