Zarpa Leonina
—Nos iremos pronto a la Asamblea. Espero que estén prontos— dice Esquiruela, acercándose a sus hijos, quienes se encontraban jugando.
—Lo estamos— respondió Acebina, emocionada. Zarpa Leonina también estaba emocionado. Esa sería la primera Asamblea a la que asistirían los tres juntos. Se preguntó si Arrendajo estaría igual de emocionado que ellos, ya que esa sería su primera Asamblea. No pudo asistir a la primera porque estaba castigado. Tampoco asistió a la segunda porque tuvo que quedarse en el campamento, ayudando a Hojarasca Acuática a cuidar a los enfermos.
— ¿No estás emocionado por ir?— le preguntó a Arrendajo.
—No, ya tengo suficiente con ir a la Laguna Lunar con los demás curanderos. No quiero interactuar con gatos de otros clanes si después vamos a ser enemigos.
— ¡Qué humor!— maulló Zarpa Leonina. —Cuando fuimos a nuestra primera Asamblea, te molestaste porque no podías ir. Ahora que tienes la oportunidad de ir, no quieres hacerlo.
—Debes aprovechar esta oportunidad. Te agradará conocer a aprendices de otros clanes. Son amigables— agregó Acebina.
—No me interesa conocerlos.
— ¿Qué están esperando? ¡Vamos!— los llamó Esquiruela. Se encontraba en la entrada del campamento, junto a los demás guerreros y aprendices.
—No seas gruñón, y vamos— le dijo Hojarasca Acuática con voz dulce, yendo en dirección a donde estaban los demás esperando.
Arrendajo no dijo nada más y siguió a su mentora. Zarpa Leonina se sorprendió. Es la primera vez que veía a su hermano hacer algo sin quejarse. ¡Cuánto había madurado Arrendajo!
—Será mejor que nosotros también vayamos— le dice Acebina, Zarpa Leonina asintió.
Durante el camino, Zarpa Leonina notó a su hermana inquieta.
— ¿Qué te pasa, Acebina?— le preguntó. Su hermana no era de quedarse callada por mucho tiempo. Algo le estaba preocupando.
— ¿Por cuánto tiempo los cuatro clanes estarán en paz?
Zarpa Leonina era consciente de que Acebina pensaba que la Asamblea a la luz del día no bastaba para unir a los clanes. Y él estaba de acuerdo con ella. Sin embargo, eso no evitaba que deseara que las cosas fueran diferentes. Deseaba poder ver a Brezo todos los días, y no solo en una Asamblea. Para él, esa era la mejor parte de la Asamblea: ver a la hermosa aprendiza del Clan del Viento.
Finalmente, llegaron a la Asamblea, y Zarpa Leonina se dio cuenta de que faltaba el Clan del Río.
Sin perder más tiempo, buscó con su mirada a Brezo, y la vio al lado de su mentor, Corvino Plumoso. Quiso acercarse a ella, pero Acebina lo interrumpió.
—No creo que debas ir con ella— le dijo.
— ¿Por qué no? Estamos en una Asamblea.
—Ese no es el punto. Si ella fuera tu amiga, no habría problema. Pero tú la ves más que eso.
— ¿Qué te hace pensar eso?
—Tu forma de mirarla. Cualquiera se daría cuenta. No quiero que salgas herido.
Zarpa Leonina no supo qué decir. En el fondo, sabía que su hermana tenía razón. Sin embargo, no quería aceptarlo. Una parte de él quería tener la esperanza de que podrían estar juntos.
El Clan del Río llegó.
—Iré a hablar con Blima— le dijo Acebina, antes de alejarse de él y dirigirse donde estaban los recién llegados.
El aprendiz soltó un suspiro. Acebina se había hecho amiga de la aprendiza de curandero del Clan del Río, Blima. Se sintió mal por ellas. Ahora que Acebina era aprendiza de guerrero, solo podían verse en las Asambleas.
Zarpa de Ratón se dirigió a donde estaba Zarpa Palometa, seguido por Avellana. Bayo también fue con ellos.
—Hola— maulló Brezo, acercándose a él.
—Hola— respondió el aprendiz. Las palabras no le salían. Estaba emocionado de verla otra vez.
— ¿Trajiste a tu hermano?
Zarpa Leonina sintió una repentina ira en su interior al oír eso. ¿Tan increíble era su hermano como para que Brezo siempre pregunte por él? Se sintió culpable con esos pensamientos. Arrendajo no tenía la culpa.
—Nadie me trajo. Vine por mí mismo— exclamó Arrendajo, antes de que Zarpa Leonina pudiera responder.
Brezo se avergonzó. "¿Acaso está enamorada de él?" pensó Zarpa Leonina. Su corazón le dolió al pensarlo.
— ¿Comenzamos?— preguntó Estrella Negra, el líder del Clan de la Sombra. Los demás líderes asintieron. —Bien. La presa ha sido favorable para el Clan de la Sombra. Nuestros guerreros están fuertes. Además, Manto de Manzana ha tenido dos cachorros. Sus nombres son Duraznillo y Mentino.
Zarpa Leonina miró a Betulón. Sintió lástima por él. Sabía que el guerrero del Clan del Trueno era el padre de esos cachorros y sabía cuánto amaba a Manto de Manzana.
—También tenemos nuevos aprendices— continuó Estrella Negra.—Cuervo— las miradas se centran en un gato negro y blanco.—Abeja—esta vez las miradas se centran en una gata blanca con orejas negras.—Trébol—las miradas se dirigen a una gata gris.—Y Rizado—finaliza Estrella Negra, mientras las miradas se dirigen a un gato blanco.
— ¿Terminaste?— le preguntó Estrella Leopardina, la líder del Clan del Río, y el gato blanco asintió.—Al igual que el Clan de la Sombra, el Clan del Río se encuentra bien. La presa es abundante y nuestros guerreros están bien alimentados. Con respecto a los cachorros, Niebla Gris ha tenido ha tenido a Yerbinillo y Malvinillo. Eso es todo.
—El Clan del Viento no podría estar mejor— comenzó Estrella de Bigotes.—No hemos tenido cachorros aún, pero sí tenemos aprendices. Y reinas. No nos falta presas. Tú turno, Estrella de Fuego.
—Gracias, Estrella de Bigotes— dice el líder del Clan del Trueno.—Las cosas en el Clan del Trueno también van bien. Al igual que el Clan del Viento, no hemos tenido cachorros, pero pronto los tendremos. No nos falta presas, y nuestros guerreros están bien.
— ¿Qué te parece si nos encontramos donde nadie lo haga?— le sugirió a Brezo. Ésta lo miró sorprendida, pero asintió.
—Está bien. ¿Dónde y cuándo?
—Mañana, cerca del árbol de tejo.
Poco a poco, los clanes se fueron retirando y volviendo a su territorio.
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Gatos Guerreros- El Poder de los Tres: Río Oscuro #2
Fanfiction"Habrán tres, parientes de tu pariente, quienes tendrán el poder de las estrellas en sus patas". Los tres nietos de Estrella de Fuego han prosperado en su aprendizaje: La fuerza y la energía de Zarpa Leonina le sirven bien como guerrero en entrenam...