Gatos Guerreros- El Poder de los Tres: Río Oscuro #2

Prólogo

Arrendajo

Arrendajo no había tenido la intención de soñar. Pero allí estaba él, en un lugar desconocido, de pie sobre una orilla arenosa en un barranco angosto y alto. 

Sobre él, el cielo nocturno se extendía como un río negro salpicado de estrellas. No había arbustos que lo protegieran, ni helechos suaves con olor a presa, solo algunos arbustos espinosos y suaves rocas que proyectaban sombras redondas como charcos en el suelo. Un aroma familiar le pinchó la nariz. Era el olor de Estrella de Fuego. 

Arrendajo miró alrededor, buscando al líder del Clan del Trueno, pero no lo veía por ninguna parte. De pronto, un maullido resonó en las raíces de un árbol al otro lado de la hondonada. Arrendajo se dirigió hacia el sonido y vio, entre las grandes raíces negras arqueadas, la sombra de una abertura. 

— ¡No voy a fallar!— maulló Estrella de Fuego.

"¿Con quién estará hablando?" pensó Arrendajo, aún escondido. 

—A veces, el destino de un gato no es el mismo destino del clan— dijo el gato que Arrendajo no pudo reconocer. 

La respiración del líder del Clan del Trueno se aceleró cuando el otro gato habló de nuevo, esta vez su voz era más suave:

—Jaspeada te lo dijo, ¿no? "Habrán tres, parientes de tu pariente, quienes tendrán el poder de las estrellas en sus patas".

Al oír eso, Arrendajo se vio a sí mismo, junto a Zarpa Leonina y Acebina. ¿Serían ellos los gatos de la profecía? Estaba seguro de ello. Ese era su destino, y Estrella de Fuego lo había sabido todo el tiempo, pero había decidido no decírselo a nadie. ¿Por qué? ¿Porque tenía miedo de tener tres gatos tan poderosos en su clan?

Decidió regresar. No podía ser descubierto por los dos gatos. Estrella de Fuego aún no podía saber que Arrendajo podía caminar en los sueños de otros gatos, y que en éstos sí podía ver. 

Durante el camino, pensó en Zarpa Leonina y en Acebina. "¡Algún día seremos tan poderosos que podremos mandar incluso al Clan Estelar!" pensó, emocionado.