Gatos Guerreros- El Poder de los Tres: Río Oscuro #2

Capítulo 6

Zarpa Leonina

Cuando Carboncilla interrumpió su conversación con Acebina, Zarpa Leonina decidió aprovechar esa oportunidad para irse. No entendía el por qué Acebina estaba tan pendiente de lo que hacia. Tal vez desconfiase de él. Zarpa Leonina no quería darle explicaciones a su hermana, pues no era capaz de mentirle. 

Algo procedente de la barrera de espinas llamó su atención. Era un olor muy familiar que el aprendiz lo reconocería donde fuera. Era Brezo. Lo que más ansiaba Zarpa Leonina era verla y parecía que ella también quería lo mismo. Pero, ¿qué estaba haciendo en territorio del Clan del Trueno? 

— ¿Qué haces aquí?— le preguntó el aprendiz. Lejos de estar molesto con ella, estaba admirado por su valentía. 

—Vine a verte. Quería mostrarte unos túneles que encontré— respondió la hermosa aprendiza de color marrón claro. — ¡Sígueme!

Sin perder tiempo, Zarpa Leonina la siguió con una mezcla de curiosidad y alivio. Había pensado en alguna forma de alejarla del campamento, pero ella se le adelantó.  

— ¿A dónde vamos?— preguntó. 

— ¡Ya lo verás!

— ¿Cómo los encontraste?

—Estaba cazando ratones con Ventolino y me separé de él. Persiguiendo al ratón, encontré los túneles. ¡Son increíbles!

Zarpa Leonina no pudo evitar sentir celos ante la mención de Ventolino. Sabía que ninguno de los aprendices sentía algo el uno por el otro, pero eso no evita que se sintiera celoso cada vez que estaban cerca. 

Los aprendices entraron en lo profundo de una madriguera de zorro, y se encontraron con un montón de túneles.

—Te lo dije. Son increíbles, ¿verdad?— exclamó Brezo. Zarpa Leonina vio como los ojos de la aprendiza brillaban de emoción. —Este será nuestro lugar.

— ¿Nuestro lugar?

—Sí. Aquí nos encontraremos siempre que podamos. Pero, no debes decírselo a nadie.

—Ya veo— dice el aprendiz, y luego de unos segundos, añade: —me alegra que hayas encontrado este lugar. 

—A mí también. ¿Qué te parece si creamos nuestro propio clan? ¡El Clan Oscuro! Yo seré la líder, Estrella Brecina, y tú serás mi lugarteniente. 

Zarpa Leonina no protestó, sino que se abalanzó sobre la aprendiza. Brezo luchó contra él, y ganó la "batalla".

— ¡No es justo!— maulló el aprendiz del Clan del Trueno. —Tú eres mayor. Es obvio que tienes más experiencia que yo.

Brezo no dijo nada, y siguieron jugando hasta que se dieron cuenta que pasaron demasiado tiempo en los túneles. ¿Y si sus compañeros de clan comenzaban a desconfiar de su ausencia? 

—Creo que deberíamos irnos— dijo Zarpa Leonina. Su hermana ya estaba desconfiando de él, además no podía evitarla todo el tiempo. 

—Tienes razón. ¿Vendrás mañana?— preguntó Brezo. 

—Trataré de hacerlo— prometió el aprendiz antes de irse.

Al salir de los túneles, Zarpa Leonina se dio cuenta de que no podía volver al campamento sin una excusa. "¿Qué justificaría el por qué estuve tanto tiempo fuera?" pensó. De pronto, escuchó el vuelo de algún ave. Era un gorrión. Sin pensarlo dos veces, Zarpa Leonina cazó el ave. 

Durante su camino de regreso al campamento, se encontró con una patrulla formada por Tormenta de Arena, Miele, Manto Polvoroso, y Avellana. 

— ¿Zarpa Leonina? ¿Qué haces por aquí?— le preguntó Tormenta de Arena. 

—Estaba cazando— respondió el aprendiz, mostrándole el gorrión que había cazado.  

— ¿Quieres patrullar con nosotros?— le preguntó Miele.

—No puedo. Debo ir a llevar esta presa al campamento. 

—Ya veo. Será en otra ocasión, entonces.

El aprendiz se despidió de la patrulla, y regresó al campamento. Dejó el gorrión en la pila de carne fresca, y miró a su alrededor. 

Espinardo y Dalia estaban compartiendo un ratón, mientras que Nimbo Blanco se encontraba en el frente de la guarida de los guerreros, conversando con Esquiruela. Zancudo se encontraba conversando con Betulón, cerca de ellos. Carboncilla y Acebina estaban compartiendo un conejo. Ala Candeal se encontraba en la entrada de la maternidad, disfrutando del sol. 

Rosella se encontraba en la guarida de los curanderos, posiblemente visitando a Arrendajo. No era ningún secreto para Zarpa Leonina los sentimientos de la aprendiza por su hermano. Tal vez, Arrendajo es el único que no se percató de ellos. 

— ¿Te enteraste? ¡El Clan del Viento ha cruzado la frontera!— exclamó Bayo, avcercándose a él. 

Por un momento, Zarpa Leonina temió que Bayo se estuviera refiriendo a Brezo, pero esas sospechas desaparecieron tan rápido como aparecieron. Estaba seguro que ningún gato los había visto. 

— ¿A qué te refieres?— preguntó.

—Una patrulla vio a Ventolino cruzar la frontera, persiguiendo una ardilla.

— ¿Desde cuándo el Clan del Viento caza ardillas?

—No lo sé, pero no tiene importancia. 

— ¿Qué hará Estrella de Fuego?— Zarpa Leonina temía la respuesta. Lo más probable es que Estrella de Fuego quisiera luchar contra el Clan del Viento por invadir territorio del Clan del Trueno. Eso significaba que Zarpa Leonina tendría que luchar contra Brezo. 

—Dice que hablará con Estrella de Bigotes en la próxima Asamblea— respondió Bayo, y Zarpa Leonina tuvo que contenerse para no soltar un suspiro de alivio. —Cree que solo fue un accidente. 

Zarpa Leonina no quería luchar contra Brezo. Preferiría cualquier cosa menos eso. Jamás podría perdonarse si le hiciese daño o permitiese que alguien se lo hiciese. Sin embargo, ¿cómo la protegería? No podía traicionar a su clan por defenderla. 

— ¡Bayo!— escucharon que llamaba el lugarteniente a su aprendiz. 

—Me tengo que ir. Zarzoso quiere enseñarme nuevos movimientos— dijo Bayo antes de irse en dirección a la entrada del campamento, donde lo esperaba su mentor. 

"Que suerte tiene Bayo" pensó Zarpa Leonina. El aprendiz de color crema tenía la suerte de ser el aprendiz del lugarteniente del Clan del Trueno, a pesar de no haber nacido en el clan. Pero, ¿de verdad era tan importante haber nacido en un clan?  Zarpa Leonina no creía en eso. Para él, no importaba de donde viniera el gato siempre y cuando sea leal al clan y útil, ya sea como guerrero o como curandero.