VII. " Latidos."

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-Ino, sabes que puedes pedirnos ayuda en lo que necesites.- decía la mejor amiga de la rubia al enterarse que su empresa había sido destruida en un incendio.
-Estoy bien chicos, no se preocupen.- decía la rubia más feliz que nunca, pues creía que el anciano los dejaría en paz después de que Sai cumpliera con su orden.
-Bien, pero si necesitas algo, solo llamanos.- reiteró el Uchiha.
-Por cierto, hace dos semanas que no hablas con Gaara, ¿todo bien?- la pelirosa estaba preocupada por su amiga.
-Si, de hecho, terminamos.
-¡¿Qué?! Creí que ustedes dos terminarían juntos.- dijo sorprendido Sasuke, lo cual sorprendió a ambas chicas.
-Yo ya lo veía venir. Tú y Sai están hechos el uno para el otro.- dijo Sakura.
-¡Sakura!- Ino estaba sonrojada. Desde que había terminado con Gaara, tenía sentimientos incontrolables por el pelinegro.
-Eres fácil de leer, Ino.- dijo Sasuke al verla sonrojada.
-¡Calla...- le iba a insultar como de costumbre, pero sintió náuseas repentinas y corrió al baño.
-¡Ino! Iré a ver que le sucede.- la pelirosa se levantó de inmediato y siguió a su amiga.
Ino vomitaba lo que había almorzado, mientras su mejor amiga la ayudaba sujetando su cabello.
-Dejame revisarte.- se acercó a la rubia para diagnosticarla. Sakura era la mejor de su clase de medicina.- I-Ino...- Sakura la veía con sorpresa después de unos minutos revisándola.
-¿Qué sucede?- la rubia estaba preocupada ante la reacción de Sakura.
-Estas embarazada.
-¿Qué?...- la chica estaba consternada.
-¿Quién es el padre?
-G-Gaara, es él único con el que...- la rubia tocaba su vientre.
-Ino...¿qué harás?
-Lo tendré, es obvio. Supongo que Gaara tiene derecho a saberlo.- sonreía al saber que tendría un bebé.
-¿Y Sai?
-También le diré, seguro que estará feliz.
-Bien, ¡felicidades! Seguro mi sobrino o sobrina será muy lindo.- decía acariciando el vientre de su amiga.
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-¿Ino?- abría la puerta del departamento del pelirrojo, Matsuri.
-Hola Matsuri-san, ¿está Gaara?- decía con una gran sonrisa adornando su rostro.
-¿Para qué?- Matsuri no permitiría que la rubia se volviera a meter entre ellos.
-Tranquila, solo tengo algo que decirle.- la sonrisa de la rubia le transmitía confianza.
-Bien, ¡Gaara, cariño!- le llamaba.
-¿Qué sucede?- se acercó ante el llamado de la castaña.- Ino...
-Hola Gaara.- no dejaba de sonreír.
-¿Qué sucede linda?- la atendió de inmediato, olvidando a la castaña por completo.
-Tengo una noticia que darte, después de todo, tienes derecho a saberlo.
-Iré por un té.- dijo Matsuri para comprobar cuan atento estaba el pelirrojo, él cual no le puso el mínimo de atención.
-Claro, dime.
-Yo, estoy esperando un bebé, nuestro bebé, Gaara.- el chico se había quedado sin palabras.
-Ino...
-Solo quería que lo supieses antes que alguien más.
-Si viniste por que quieres hacerme responsable, no lo tengas.- había cambiado su expresión a una indiferente.
-¿Pero qué diablos dices? ¡Es tu propio hijo!- la rubia estaba muy enojada ante lo dicho por Gaara.
-¡Debiste haberte cuidado!
-¡Tú también eres responsable! Pero, si no te importa, bien, después de todo, sólo quería decírtelo.
-¿Lo tendrás?
-¡Claro que sí! No me importa si tu no lo quieres, puedo cuidar yo sola de mi hijo.
-Ino, yo...
-No vuelvas a hablarme.- se fue del lugar.
No le gustó la manera como había reaccionado el chico, pero no le importaba, ella estaba más que feliz con la noticia de que seria mamá.
Al llegar al departamento que compartía con Sai, no tardó en darle la noticia.
-¡Sai!- decía muy contenta.
-¿Qué sucede?- decía desde la cocina, donde se dirigió la rubia.
-Tengo muy buenas noticias.
-Dime, se te ve muy contenta.- dirigió toda su atención a ella.
-¡Estoy embarazada!- en cuanto lo dijo, el pelinegro la levanto y giró en el aire feliz.
-¡Que buena noticia!
-Si.- la bajo y la besó, un beso repentino y sin pensarlo.
-Lo siento, me dejé llevar por la emoción.- dijo alejándose un poco.
-N-No hay problema.- Ino estaba muy sonrojada, pero sobretodo muy feliz.
-Y, ¿ya le haz dicho a Gaara?
-Si, pero no lo quiere, me dijo que no lo tuviese.
-Ya veo, no le hagas caso. Yo estaré contigo y el bebé, no lo necesitas.
-Sai...- lo abrazó.- Gracias.
-No es nada, preciosa.- correspondía el abrazo mientras sonreía. ¿Cómo podía Gaara no querer a su propio hijo? Aunque, de alguna manera, él lo agradecía, así podría sentir el amor de una familia por primera vez, además quería estar con Ino y demostrarle a ella y su bebé, cuanto los apreciaba.
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