—¿Nerviosa? —preguntaba Temari al ver a Ino pensativa.
—Para nada. —sonreía con euforia, su boda había llegado.
Una pequeña ceremonia tradicional le esperaba.
—No te vez mal en ése kimono.
—Gracias, aunque es extraño recibir halagos de tu parte.
—Anda ya niña, o llegarás tarde a tu propia boda.
—Sí, sí, ya voy. —ajustaba los últimos detalles de su atuendo.
—Ino, ¿cómo van tú y Sai con lo del bebé? —Sakura no había sabido nada de ellos desde hace unas semanas.
—Bien, lo hemos estado intentando, no perdemos la esperanza. —sonreía ampliamente.
—Me alegro. Ustedes dos son muy sensibles y me preocupaba un poco su estado emocional, aunque en verdad me sorprendió que por fin decidieran casarse de una vez.
—Bueno, llevábamos tiempo planeándolo.
—Tal vez hables por Sai, por que tú no eres una chica que planea, tú más bien eres de las que hace lo que sea cuando quiera. —se burlaba la Nara.
Temari y Sakura no paraban de reír ante la cara de vergüenza de Ino.—Ya callense. —se dirigía hacia la sala donde se llevaría a cabo la ceremonia, detrás de ella iban Temari y la Uchiha.
Shikamaru esperaba fuera de la sala.
—Otra vez tarde, y a tu propia boda, ¿por qué no me sorprende? —se quejaba con pereza.
—Se hará más tarde si sigues quejándote, Shika. —replicaba Ino.
—Entren de una vez. —les empujaba Temari.
Al entrar, Shikamaru llevaba a la Yamanaka del antebrazo, ya que como la chica era hija única, Shikamaru era como un hermano para ella, por lo tanto, decidieron que él sería quien la llevaría en el camino al altar.
En cuanto entraron, los invitados giraron su vista hacia la novia.
—Ino...te vez genial, dattebayo. —"susurro" lo suficientemente fuerte para que todos le escuchasen.
—Gracias, tú no te ves nada mal. —respondió la rubia con el mismo tono de voz.
—Ino, se supone que no debes de hablar con los invitados hasta después de la ceremonia. —le susurro Shikamaru, mientras avanzaban.
—¿Por qué no?, es mi boda después de todo. —se quejó la orgullosa Yamanaka.
—Pff...que fastidio.
Ino rió por debajo. Al levantar la vista, pudo observar a Sai, quien se mantenía sonriente, una sonrisa que parecía imposible de borrar.
—Cuidala bien. —dijo Shikamaru al llegar hasta donde se encontraba el pálido, tomando la mano de Ino con delicadeza y estirándola hacia Sai para que éste la tomara.
—Por supuesto que sí. —respondió sin apartar la vista de Ino, para él, se veía como la mejor y más bella obra de arte.
Ino al sentir el tacto de la mano de Sai sobre la suya, no pudo evitar lanzarse a abrazarle, estaba muy feliz y emocionada.
—¡Ino!, ¡modales! —su madre le regañaba desde su asiento, que era de los primeros. Yamanaka-sama era fan de lo buenos modales y la educación, además de que era muy conservadora, así que siempre trataba de que Ino se comportara.
—Preciosa, mamá se va a enojar. —el chico conocía bastante a Yamanaka-sama para saber que le disgustaba y como reaccionaría.
—Oh, sí, sí. —se apartó de él apenas unos centímetros, empezando a sonrojarse.