1. SUPERHÉROES

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—¡ZHANG YIXING!

El grito se escuchó por toda la mansión. Yixing levantó su mirada del libro que leía y buscó algún signo de culpabilidad en el rostro de la niña de diez años que evadía su mirada, después miró su reloj de pulsera; eran las cinco de la tarde.

—¿Qué hiciste está vez, Sue? —preguntó el adulto.

Unos grandes ojos felinos muy parecidos a los de un viejo ex se agrandaron con miedo.

—Nada —respondió la niña y siguió jugando al té con sus dinosaurios mutilados y vestidos con tutús.

—Sé que fuiste tú —Yixing insistió con voz calmada, —porque, esta vez, no he sido yo.

—Pudo haber sido Jake —murmuró la niña sin dejar de jugar con su especie animal favorita.

Zhang Yixing no era ningún tonto y conocía a Sue perfectamente bien, sabía que fuera lo que fuera, había sido ella. De cualquier modo, y como siempre, la cubriría de la ira de Junmyeon, que al parecer se encontraba en la sala. Lay sacó su móvil del bolsillo de su pantalón mientras caminaba hacia allá y confirmó la ubicación de su esposo. Justo como había pensado, estaba en la sala, al lado de la puerta para ser exactos.

—¿Si, amor? —dijo Yixing sonriéndole con cariño.

Junmyeon estaba molesto, mucho, pero ver a su marido caminando hacia él como si caminara lentamente por una pasarela con aire de fingida inocencia, descolocaba todas sus ideas y prioridades.

—¿Has hecho alguna adquisición últimamente?

Yixing se detuvo a dos metros de Junmyeon, cruzó sus brazos, frunció su ceño y miró hacia el techo como si intentara recordar.

—Un libro, un cuadro pintado por Kricasso que estaba en subasta, y que por cierto tus hijos ya destruyeron, un juego de tenedores porque siguen desapareciendo... y aquel vibrador con luces al que le agregamos gel de sabores ¿recuerdas?

La empleada que estaba limpiando el suelo al lado de Junmyeon tosió intentando contener una carcajada, muy probablemente las palabras del señor Zhang le habían hecho gracia, o tal vez el rojo tomate que pintaba las mejillas del señor Kim.

—Ya puedes retirarte —Junmyeon le dijo a la empleada, sonaba molesto otra vez y la sabia mujer huyó a la cocina cargando un par de zapatos, en ese momento Yixing se percató de que su marido estaba descalzo pero no dijo nada. —¿Alguna nueva mascota?

—Nop —Yixing apretó sus labios y sus hoyuelos se acentuaron —¿Qué te hace pensar eso?

—Tal vez una enorme cantidad de caca proveniente de algún animal de granja justo en la entrada de la casa.

—¿En serio? —Yixing alzó sus cejas con sorpresa, aunque a decir verdad, no le sorprendía mucho. —Y si en casa hay un animal, o caca de animal, ¿por qué soy inmediatamente culpable? —el chino preguntó con calma —Pudo haber sido Luhan.

—Luhan prometió que no traería a algún otro animal a esta casa desde que su gato desapareció misteriosamente luego de haberse comido a tus conejos.

—¿Tenías que recordarmelo? —Zhang se veía molesto ahora —Maldito gato.

—¿Y bien?

—No, no he sido yo esta vez —dijo Yixing, asintiendo un par de veces —y si me disculpas, tengo que irme ya.

—¿A dónde vas? —Junmyeon preguntó con sorpresa y molestia. Su esposo llevaba puesto un traje negro de tres piezas que resaltaba mucho su belleza y elegancia.

4. DADDY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora