14. TERGIVERSANDO

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Sehun y Jongdae se miraron a los ojos en completa inmovilidad, los dos cargando cierta cantidad de ropa y objetos personales entre sus brazos. De forma simultánea y empujándose uno al otro, los dos inmaduros y lastimados —emocionalmente— hombres llegaron a la única habitación libre, que en realidad Sehun ya hacía tomado tan solo unos minutos atrás. Pero por supuesto, en ocasiones como aquella, Jongdae carecía del sentido de justicia.

Esa es una breve explicación de porqué tan solo una hora más tarde —alrededor de la una de la madrugada—, Jongdae se encontraba acostado sobre uno de sus costados enfrentando a Sehun que yacía en la misma posición. Había una almohada en medio de ellos que los separaba. La habían llamado la almohada del matrimonio, ya que no era correcto que durmieran en la misma cama, con sus cuerpos rozándose cuando los dos estaban felizmente casados.

Bueno, más o menos tristemente casados de momento, pero eso ya lo resolverían más adelante.

—¿Tú lo recuerdas? —preguntó Jongdae de pronto, intentando distraerse a sí mismo de los pensamientos hacia Minseok.

—¿El qué? —Sehun preguntó frunciendo su ceño. Estaba acurrucado en posición fetal debajo de la cobija, mirando a Jongdae a los ojos.

—La vez que estuvimos juntos... —se explicó Jongdae —Yo nunca pude recordarlo —confesó.

Sehun medio sonrió, se veía menos triste que cuando acordaron dormir juntos para estar lejos de sus parejas.

—Recuerdo a Minseok... estaba con Luhan; los besé a los dos y luego llegaste tú y también te besé. Creo. soñé con eso una vez, no sé si en realidad pasó o si solo fue un sueño —Sehun dijo en un susurro —¿Por qué lo preguntas? ¿Quieres intentarlo?

—No idiota, ni siquiera eres mi tipo —dijo Jongdae y lo golpeó con la almohada que los separaba.

Sehun fue rápido en quitarle la almohada de las manos a su compañero de habitación e inesperadamente lo aprisionó entre sus largos brazos. —¿Estás seguro? —preguntó en voz baja, alternando su mirada entre los ojos y la peculiar sonrisa de Jongdae.

Joder. ¿Qué mierda estaba pasando? Sehun tenía sus labios, sus bonitos labios de un rosa pálido, muy cerca. De pronto Jongdae se percató de que su propia respiración era irregular y de que estaba presionando sus dedos en la parte frontal de la camiseta que Sehun utilizaba para dormir. Estaba demasiado cerca, Jongdae podía sentir su aliento a menta a causa del dentífrico. Mierda, se sentía tan bien que el hermano de su novio de la adolescencia lo sostuviera firmemente contra su cuerpo. Cerró sus ojos. A la mierda todo. Ya no quería pensar.

—Dice Luhan que no pueden hacerlo ustedes solos, o es un cuarteto con él y Minseok de nuevo o nada.

Yixing estaba observándolos desde el marco de la puerta abierta.

—¿Y qué? ¿Va a querer que invitemos a su prometida también? —Sehun preguntó, girando su rostro hacia Yixing, sin liberar a Jongdae.

—Por supuesto y Minseok seguro quiere invitar a Kang. Yo mejor paso —Jongdae sonaba muy resentido.

🍭🍭🍭

No existe una regla establecida, pero cuando eres padre, despertar gracias a algún tumulto es algo bastante frecuente. Esa mañana no fue la excepción. Jongdae giró sobre la cama con sus ojos aún cerrados y casi cae al suelo. Especialmente cuando otra figura se arrimó un poco más a él. Abrió sus ojos y vio a las pequeñas de casi la misma edad dormidas en medio de él y Sehun —que estaba por caerse del otro costado de la cama—.

Jongdae volvió a escuchar los gritos que lo habían despertado; niños jugando a correr y gritar por los pasillos. Miró hacia todos lados sintiéndose desconcertado. Presionó la pantalla de su móvil: eran las cinco de la mañana menos cuarto.

4. DADDY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora