5. SEÑORES ZHANG

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En realidad no fue tan difícil como creyeron que sería. El único guardia que apareció por el jardín fue noqueado por Minseok antes de que pudiera darse cuenta de lo que sucedía.

Pasaron desapercibidos por la servidumbre, casi como si fueran ninjas, trepando hasta la segunda planta en donde empezarían a registrar.



Junmyeon caminó por un pasillo vacío y lo primero que logró fue tirar un jarrón de cristal lleno de flores de una mesita ubicada en medio de la nada. Justo antes de que el cristal estallara en el suelo llamando la atención de los habitantes de la casa, Yixing apareció de la nada y lo atrapó. Sospechaba que a Junmyeon no se le haría fácil controlar sus nervios y por eso lo había seguido.

Concéntrate bebé —murmuró el chino poniendo las flores en su lugar.

Junmyeon asintió pero sus manos temblaban.

<< Lo siento >> movió sus labios articulando una disculpa sin hacer más ruido. Los pasos rápidos de alguien acercándose los sorprendieron a ambos, pero Yixing fue rápido y los metió a los dos tras puerta. Era un sanitario.

Junmyeon exhaló pesadamente.

—Lo siento, amor. Soy un asco para esto, debí quedarme en casa —se lamentó.

—No es cierto —Yixing lo animó con una dulce sonrisa. Luego medio abrió la puerta para ver si habían moros en la costa, pronto sintió a su esposo detrás de él para intentar echar un vistazo también.

Intencionalmente Yixing se movió hacia atrás para pegar su trasero a la entrepierna de su marido. Cerró la puerta y puso el seguro.

—Hay alguien ahí que se puso a limpiar las ventanas, creo tendremos que esperar unos minutos a que se vaya —dijo en voz baja con seriedad y Junmyeon asintió, obediente.

—¿Cómo estuvo tu semana? —Yixing preguntó después de unos segundos de silencio, se sentó en el suelo al lado de la puerta y le hizo señas a Junmyeon para que se sentara a su lado.

—Estresante —Junmyeon susurró, sentándose y abrazando sus piernas que retrajo hasta su pecho. —Los arquitectos tuvieron un problema con el terreno que se había propuesto para construir el nuevo centro comercial, todavía estamos debatiendo si intentar pelear por el o si conseguir uno nuevo.

Yixing puso una mano sobre la de Junmyeon y le acarició los dedos lentamente.

—Sé que lo resolveras —le dijo en un murmullo. —Tu padre estaría orgulloso de ver cómo la empresa ha crecido tanto bajo tu dirección.

Junmyeon sonrió timidamente, Yixing siempre sabía como hacerlo sentir especial. Un par de palabras le bastaban.

—¿Puedo besarte? —preguntó el presidente de la compañía millonaria, logrando agrandar la sonrisa de su esposo.

—No necesitas pedir permiso.

Junmyeon se movió hasta quedar a gatas, atrapando al chino contra la pared, lo besó lenta y muy húmedamente. La lengua de Yixing no se hizo esperar, entraba y salía de su boca con poco sigilio, así como a él le gustaba sentirla. Junmyeon no pudo contener un pequeño gemido que brotó de su garganta cuando el chino llevó algunos dedos hasta su cuello para acariciarlo de esa forma que podía volverlo loco.

Los besos del sexy millonario pasaron al largo cuello de porcelana de su esposo y ahora fue Yixing quien gimió bajito mientras llevaba sus ágiles dedos al cinturón de su marido y lo abría rápidamente. No tardó en encontrar su miembro endurecido, sentirlo tan duro le sacó otro gemido que fue acallado por los acolchonados labios de Junmyeon, quien se puso de pie logrando que sus pantalones sueltos bajaran solos dejando toda su virilidad, cubierta solo por la delgada tela de la ropa interior, cerca del rostro de Yixing.

4. DADDY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora