Capítulo 6: |Te Odio|

600 103 16
                                    

Es que yo soy así. Mi vida es alocada, vas a quedar de mi por siempre enamorada — El pelinegro se quedo parado en la puerta al escuchar que la mocosa de cabello rosa cantaba. Curioso espero ahí para escuchar.
Todo cambiá cuando te acercas a mi tus ojos me hacen sentir que estoy volando volando. Tu mirada mi mundo completa, te are mi princesa. Hoy con un beso, escucha mi canción.... — Con una media sonrisa tomo el picaporte de la puerta de la habitación de la Haruno y entro encontrándose la a ella sentada en el suelo con un montón de libros. Sakura cargaba un short de algodón color celeste con estampados de donas animadas que le quedaba díez dedos arriba de la rodilla, una camiseta de mangas cortas que tenían una gran dona de chocolate animada, su color era del mismo que el de Short. Sus pies los traía descalzos y en su rostro reposaban unos lentes de lectura finos de color rojo y su cabello lo cargaba en un moño algo desprolijo.

El Uchiha se había quedado de brazos cruzados en el marco de la puerta. Esa imágen que le ofrecía la Haruno lo cautivo de una manera que no entendía. Estando así ella se veía jodidamente sexy e intelectual.

¿Que la mocosa rosa usara lentes era sexy?. Bueno quizás eso sumado a que ella estaba con una pijama algo provocativa por el largo del short causaron un pequeño efecto en él.  Los ojos negros carbón del Uchiha divagaron un poco en el alrededor de la Haruno. Habían muchos libros de historia y ella estaba en medio de estos escribiendo en su laptop.
Itachi ladio la cabeza quitando esos tontos pensamientos que tenía sobre la rosada.
Por que solo eran pensamientos.

El no creía eso. Verdad. ¿¡VERDAD!?

—¡Al fín terminé! —Sakura dijo dejando de lado su laptop color plata, se paro y se puso a estirar su cuerpo ignorando completamente que el de coleta baja la miraba divertido.

— Ohhhh vaya si tienes lo tuyo mocosa —Itachi entro de lleno en la habitación cerrando la puerta detras de sí.

—¿¡Que demonios haces aquí!? —Sakura grito saltando hacía su cama y tomando unos cojines como si fueran armas.
— ¡Lárgate de aquí monstruo! —Itachi achino sus ojos esquivando los dos primeros cojines que la rosada le lanzo con suma furia.

— Ya deja de tirarme cojines mocosa —Itachi atrapo en su manos una almohada que la rosada le había tirado hace unos instantes.
Sakura se cruzo de brazos y alzo la ceja.

—¿Que quieres ahora? —Sakura bufo sentándose en su cama en la posición de indio.
— Mira que estoy aun muy incómoda con lo que paso ayer con tu tan amorosa y loca madre —Sakura dijo viéndolo seriamente. Lo que sucedió ayer ni ella ni Itachi al igual que Shisui se lo esperaban.

* * *


—¿¡Por que te me quedas viendo como con Idiota!?, ¡Ayudame a esconderme — Sakura le dijo con cierto miedo en su voz.

— Ven —Itachi la tomo del brazo y la llevo hasta su habitación.

Esto estaba mal muy pero muy mal. Habían solo dos personas en el mundo en las cuales Itachi les tenía miedo cuando se enojaban. El segundo es su padre. Fugaku Uchiha, el era un hombre de temer cuando se enojaba y más en la situación que el se encontraba. Y la primera persona era su tan amada y adora madre. Mikoto Uchiha, ella podría ser la madre más amorosa más comprensible, educada casí al borde de la perfección. Pero cuando se enoja hay que quitarse del camino. Y eso Itachi lo sabía muy pero muy bien.

Por su parte Sakura ya escuchaba a sus padres, ya los imaginaba regañandola por según ellos tan mal comportamiento. A los ojos de sus padres no era muy bien visto que una señorita este sola en el departamento de un hombre exceptuando a el primo de este, cosa que es aún peor.

Quédate aquí —Sakura asintió levemente mientras Itachi salio de su habitación.  Sakura observó la habitación de este ya que cuando ella estaba ordenando el resto del departamento del Uchiha la habitación de el estaba cerrada con llave y no pudo abrirla.  Mucha fue su sopresa al ver que la habitación estaba ordenada, tenía un estante de libros al igual que ella, dos puertas y ella suponía que una llevaba al baño y la otra quién sabe. Su inspección visual fue interrumpida por la melodiosa voz de Mikoto Uchiha.

—¡Itachi, Shisui se sientan en el sofa y me explican lo que paso!—Sakura sudo frío, su fin estaba cerca. Como última esperanza vio la ventana de la habitación del de coleta baja.

—¡Ohhhhh Saku–Chan puedes venir!—La Haruno trago fuertemente y con su cuerpo tembloroso salió de la habitación. Camino por el pasillo mientras se arreglaba el uniforme con sus manos, para luego alisar un poco su cabello.

—Mikoto–San es un gran placer volver a verla—Sakura sonrio nerviosa al tener la mirada de la Uchiha sobre ella. Disimuladamente miro a los dos Uchihas que estaban sentados en el sofa y noto que ambos tenían varios chinchones sobresalientes de sus cabezas.

Saku–Chan es cierto que tú le pediste a Ita–Chan que fuera tú tutor —Los ojos de Sakura se agrandaron con sorpresa y con la mirada confundida miro a Itachi.
—¿Saku–Chan?—La mirada de súplica de Itachi hizo que todo tuviera sentido.

—Eh si, vera Mikoto–San yo acudí a Itachi por que según Sasuke–Kun me había dicho el era ridículamente bueno en física y a mi me cuesta un poco esa materia, así que bine a pedir su ayuda— La Uchiha la inspeccionó con la mirada.

— ¡Que magnífica idea!—A los tres presentes se les agrandaron los ojos. Ellos no podían creer que se había creído la mentira.
— Ahora ya no tengo que buscar una excusa junto con Mebuki para liarlos a los dos —

—¿Que? — Los tres espetaron sorprendidos.

¿Ella con Itachi?, ¡Ja eso si que no!.

Su madre estaba loca si pensaba que ella llegaría a tener algo con el. Por que para empezar ella debía sentir algo hacía el azabache, cosa que no sentía. O eso era lo que creía.

—¡Si como lo escuchas!—El grito de emoción de Mikoto los saco de sus pensamientos.
—Claro que si, el vestido de la boda de Saku–Chan con mi Ita–Chan será fabulosa, yo personalmente confeccionaré su vestido de novia — La azabache dijo hablando por su celular.

* * *

¿y que haces aquí? —La Haruno se cruzo de brazos.

—Soy tu tutor desde ahora, así que vamos a estudiar física mocosa. Ah y mi Madre esta abajo, ponte algo decente y baja —Sin más bajo.

¡y este que se creía al darle ordenes!
Con un bufido se fue a poner otra ropa ya que sabía de ante mano que la visita de Mikoto sería larga y tendida.







* * *





Cien Días Con El Señor Arrogante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora