Wishland.

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Lu- Así que... ¿Lo qué desee se cumplirá cierto?.

C- Así es.

Lu- Entonces.. ¡DESEO UN PERRO INTELIGENTE QUE PUEDA HABLAR!.

En ese instante, venía corriendo hacía mí un perro de pelaje café y de orejas grandes. Al alcanzarme, saltó hacía mí y empezó a lamerme de manera juguetona.

Lu- ¿Cómo te llamas?.

P- ¡Como tu lo quieras! Tu eres mi amo.

Lu- ¡Ouu! Te llamaré.... ¡LUCKY!

P- ¡Me gusta Lucky!

Lu- ¡Me alegra! Haha, ¿que te parece si vamos a dar un paseo?.

P- ¡Está bien Lu!... ¿Puedo llamarte Lu?.

Lu- ¡Claro que sí Lucky! Pero, ¿Cómo has sabido mi nombre?.

P- ¡Mis orejas! Que a lo lejos he escuchado a tu camisa llamarte Lu.

Lu- Esta bien, ¡Vamos!.

Comenzamos a recorrer Wishland, deseando un par de cosas para entreternos, como pelotas y una cuerda para ver quien tiraba más fuerte. Y así pasamos esa tarde, mi camisa a la que decidí llamar Juan, Lucky y yo, divirtiéndonos  lo más que podíamos hasta que nos llegó el hambre y decidimos parar a comer. Desee todo un banquete: Hamburguesas, refrescos, papas fritas y palomitas de maíz. Un gran festín. Al terminar, decidimos ver la puesta de sol, cosa que tuve que desear que pasara y en ese momento, Lucky me comentó una idea que me pareció genial en el momento.

P- Lu, si ya no resistes más tu ''problema'', ¿Por qué no deseas que se arregle?.

Con una mirada vacía al ocaso le dije: 

Lu- Es una grandísima idea Lucky.

Mucho más que sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora