Todo se esfumó de mi mente cuando recordé que con solo palabras ella se ruborizaba, tal vez eso podría significar que le gusto. ¿Y si de verdad le gusto? ¿Qué haré? ¿Besarla quizá? Solo espero que la pasemos bien y me dejaré llevar, pero ahora no puedo sacar de mi mente lo fabuloso que sería recibir un beso de ella, aunque sea tan sólo uno, espero no aburrirla, debí haberle pedido ayuda a la enfermera Sue.
Las 2:13 a.m. y aún no había logrado dormirme, mis parpados ya estaban pesados y me sentía tan casado que creí ver una figura en la oscuridad del cuarto..- Eso es Lu, duérmete, no te preocupes de nada, no te haré daño. Al menos no por ahora.
Abrí mis ojos y comencé a buscar en el cuarto a ver si encontraba a alguien con malas intenciones, o probablemente era mi mente jugándome una mala pasada debido al sueño. Tras minutos de examinación, el cuarto se miraba limpio y había vuelto a estar silencioso y tranquilo, así que caí en el sueño.
R.- ¡Levántate dormilón!
Lu.- ¡¿QUÉ RAYOS?! –Me desperté asustado.
R.- ¡Cálmate Lu! Jaja solo soy yo. –Sonreía.
Lu.- ¡Es que me has asustado!
R.- ¡Lo siento! No fue mi intención.
Lu.- No te preocupes, está bien.
R.- Es la emoción Lu, vengo a llevarte, ya los doctores me han dicho que podemos irnos.
Lu.- ¡Cierto! Por fin, a gozar de la vida, ¿No?
R.- Claro, pero primero debemos ir a casa.
Lu.- Está bien, salgamos ya.
Raquel traía ropa para mí, una camisa roja a cuadros, unos pantalones negros, una gorra roja también y unos hermosos tenis azules con rayas negras. Al salir del hospital, Raquel me llevó hacia su auto, era de color naranja, tipo turismo. En su auto llevaba colgado un crucifijo de oro y en la guantera tenía una foto en la que salíamos los dos, me hizo sentir triste el no recordar hace cuanto se había hecho esa foto, tristeza que duró muy poco al darme cuenta de la cara de alegría que ambos poseíamos en esa foto y vaya que su sonrisa era y es hermosa.
ESTÁS LEYENDO
Mucho más que sueños.
Historical FictionLas soñadas aventuras de Lu.. ¿Algo bueno o algo malo? Júzgalo tú.