El octavo día, algo fue diferente, la visita de una linda chica, no sabía quién era pero ¡Oh Dios, que hermosa era!, su pelo de color castaño oscuro, sus ojos pequeños con su mirada cálida que derretía mi piel, sus pequeñas y lindas manos, pero sobre todo sus labios tan sensuales que se curvaban para mostrar su hermosa sonrisa. Y entonces me di cuenta: amor a primera vista.
Lu.- Hola, ¿Qué tal?
.- Hola Lu, todo bien ahora.
Lu.- Veo que me conoces.
.- Claro tontito, y por supuesto tú me conoces.
Lu.- Jaja, lo siento pero ¿Quién eres? –Pregunté con pena.
.- Entonces es verdad lo que dijeron las enfermeras. –Me dijo con una triste expresión.
Lu.- De veras que lo siento, ¿pero podrías decirme quién eres?
.- Lu, soy Raquel. Hemos sido amigos hace mucho.
Lu.- Oh, entiendo. Muchas gracias por venir, de verdad lo aprecio.
R.- No te preocupes Lu, te lo he dicho ya, conmigo en las buenas y en las malas. –Me dijo con su hermosa sonrisa que me hacía sentir seguro.
Lu.- Enserio que eres una buena amiga. –Le dije mientras sonreía.
R.- Gracias Lu –Apenada., es hora de que me vaya, solo vine a cambiar las flores como todos los días.
Caminó hasta la puerta y antes de irse se volteó y con su hermosa sonrisa se despidió de mí. Como me hubiese gustado pasar más tiempo con ella, pero tenía el consuelo de que éramos grandes amigos y me visitaba a diario, así que tendría más oportunidades de conocerla mejor. Luego de tanta emoción, necesitaba descansar así que me fui a dormir deseando soñar con ella.
Al levantarme, sentí una gran energía que quería hacer que me levantara de la camilla, pero al mismo tiempo me invadieron nervios al saber que nuevamente vería a Raquel.
E1.- Hola Lu, ¿Qué tal dormiste?
Lu.- Muy bien enfermera, muchas gracias.
E1.- Te notó muy alegre esta mañana.
Lu.- ¿De verdad? Porque así me siento.
E1.- Que bueno Lu, y ¿a qué se debe tanta alegría?
Lu.- Se lo diré si promete guardar el secreto.
E1.- Lo prometo Lu.
Lu.- Es por Raquel, esa linda chica que me visita a diario, creo que me he enamorado.
E1.- Eso es tan tierno Lu, es una buena chica.
Lu.- Lo sé, pero estoy tan nervioso y no sé qué decirle. ¿Puedes ayudarme?
E1.- ¿Ayudarte? ¿Cómo?
Lu.- A practicar que decirle.
E1.- Que tierno Lu, te ayudaré pero recuerda ser tu mismo.
Lu.- ¡Gracias por el consejo!
E1.- Primero, recuerda decirle que se ve linda y amm…
Lu.- ¿Pasa algo?
E1.- Jaja es solo que no sé qué más podrías decirle así que deberás de tener un buen tema de conversación, eso te ayudará mucho.
Lu.- Esta bien enfermera, ¡muchas gracias!
E1.- Llámame Sue.
Lu.- Está bien, ahora te llamaré la enfermera Sue.
En ese instante Raquel entró a la habitación y creo que me sonrojé por los nervios y su respuesta fue una linda sonrisa.
E1.- Debo irme Lu, si me necesitas llámame.
Lu.- Muchas gracias Sue.
E1.- ¡Hasta luego Raquel!
R.- ¡Hasta luego Sue!
E1.- Por cierto Lu, te has estado recuperando bien y los doctores han dicho que podrás salir dentro de tres días.
R.- ¡Oíste Lu, es genial!
Lu.- No podría ser mejor, tú estás aquí y llega esta gran noticia.
R.- ¡Ay Lu! –Apenada y casi sonrojada. Luego de que descanses tendremos que salir a celebrar.
Lu.- Me parece una buenísima idea. Por cierto, te ves linda.
R.- Haces que me sonroje Lu, ¡Gracias!
Luego de una tarde de divertidas charlas con Raquel, era hora de dormir, lo cual se me hacía difícil ya que estaba ansioso porque pronto saldría del hospital y sobre todo porque saldría con ella. Era tan feliz de solo pensarlo, una noche de fiesta con una chica linda, no podría ser mejor.
Intenté dormir pero no podía, solo lograba ver las horas avanzando lentamente como si no quisieran que me fuera del hospital, estaba todo tan callado y no pude evitar el tratar de recordar cómo era mi vida antes del accidente, ¿Tendría trabajo? ¿Una casa? ¿Mascotas?, y gracias el sobresfuerzo que realicé, logré dormir.
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Mucho más que sueños.
Historical FictionLas soñadas aventuras de Lu.. ¿Algo bueno o algo malo? Júzgalo tú.