IV

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—¡Feliz primer mes en esta cárcel, cerecita! —Gain se lanzó contra su cuello y besó todo su rostro, incluyendo los labios sin importarle demasiado, en realidad hasta Baekhyun se había acostumbrado a las extrañas muestras de afecto de su amiga—. Chen, dale la jodida bolsa.

—Esto es estúpidamente caro, ¿cómo le das esto a Baekhyun y a mí nada? ¡Ayer fue mi cumpleaños! —se mostró bastante molesto agitando la bolsa de regalo por sobre su cabeza. Esos dos parecían una pareja de casados.

—Eso es una mentira, tu cumpleaños fue en septiembre.

—Y aún así no me diste nada —refunfuñó molesto.

—Eres un materialista —Gain le quitó la bolsa y la extendió hacia Baekhyun quien aguantaba las ganas de reír ante tal situación, ambos parecían un espectáculo de circo cuando estaban juntos—. Quería regalarte un tinte, pero no encontré el tono que buscaba.

—Gracias, chicos. No debían molestarse.

—En serio cuesta una fortuna, estoy de cumpleaños el veintiuno de septiembre, recuérdalo, porque he gastado mi mesada en tu tonto regalo.

—¡Oye era mi dinero! Perdiste la apuesta —Gain saltó en su defensa dándole un manotazo en el hombro, haciendo que el chico gritara atrayendo las miradas de los presentes. Baekhyun estaba seguro de que no quería saber que era lo que habían apostado esos dos.

—¿Cuál apuesta? —pero la curiosidad lo comió por dentro y preguntó de todas formas.

—No quieres saberlo —sonrió la de cabellos cortos con muy buen ánimo, manteniendo el misterio—. Espero que te guste, Baek, lo encontré con descuento.

Mientras Gain le guiñaba el ojo, Chen los rodaba queriendo terminar con el mundo—. Está loca.

Chen soltó una queja cuando su amiga lo empujó y se alejó de ellos maldiciendo porque llegaría tarde a su próxima clase.

Baekhyun estaba comenzando a odiar la música, solo tener que hacer todo lo que Chanyeol le pedía le hacía querer morir. De hecho, se imaginaba en un futuro muerto arriba del jodido piano que le hacía doler los huesos de las manos.

—Kim Gain, es hora de que cambies de instrumento. Llevas meses con la batería y la vas a destrozar si sigues así —Chanyeol no se había preocupado de verlos entrar, ya sabía que ese ruido molesto provenía de Gain y que esa sensación extraña se albergaba en su pecho cuando Baekhyun estaba cerca.

—¡¿Qué?! Oh, no, no. ¿Cómo se supone que lo haga? Usted dijo que la batería era lo mío.

—Toma una guitarra de atrás y práctica, tus compañeros también merecen tocar otros instrumentos —el hombre solo le dio una mirada de advertencia, no había nada más, Gain estaba segura de eso.

Gain montó un número allí mismo, argumentando los pros y los contras que tenía ponerla con una guitarra. Baekhyun mantenía el rostro pegado a la cubierta del piano, preguntándose cuándo llegaría el día en que moriría otra vez. Quizás podría conseguir una vida nueva en la que no tendría que soportar las constantes peleas entre su amiga y su maestro.

La hora terminó y Baekhyun siguió en el mismo lugar, calmado, despreocupado y con algo de frío en el cuello, como cualquier día del montón. Jugó con sus dedos, no quería ir a su clase de matemáticas y menos a las extracurriculares que seguían en la lista, solo quería volver a su vida de antes y olvidarse de clases, ya había terminado la escuela una vez, ¿por qué lo torturaban con más?

—Byun, ve a tu siguiente clase.

—No quiero —Chanyeol no alcanzó a ver el puchero que el menor tenía en los labios, solo veía su espalda y la camisa arrugada que llevaba puesta.

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