XV

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Kyungsoo observaba atentamente a su mejor amigo siendo aprisionado por un adulto a quien no conocía. Dio un paso adelante asustado por él, porque fuese un borracho violento o quisiera hacerle algo. Sin embargo, se quedó quieto cuando vio que Baekhyun le devolvía el abrazo a aquel hombre.

—Joder...

Baekhyun palmeó la espalda del hombre soltando su mochila en el acto, Younghyun miraba la situación sin entender absolutamente nada, igual que el chico de labios acorazonados que tenía serias dudas sobre el asunto.

—No te vayas, quédate un poco más —le susurró Chanyeol, mientras que sentía una corriente atravesando su cuerpo por aquellas palabras tan suaves. Se despegó de él sin la intención de dejarlo, levantó la mochila del suelo y miró a su mejor amigo, pidiéndole con esa conexión telepática que aseguraban tener para que lo ayudara una vez más.

Kyungsoo siempre cargaba con los platos rotos y aquella no era la excepción.

Chanyeol volvió a su hogar acompañado de Baekhyun, todo gracias al mejor amigo de este quien reprendió al menor antes de dejarlo nuevamente con el hombre. Kyungsoo estaría siempre para él, a pesar de que sus sentimientos ya no fuesen románticos como en un principio.

—No sé qué decir.

Habló sentado en una esquina del sofá mirando con algo de sorpresa a Chanyeol, quien le tendía una toalla para secarse y encendía la estufa para calentarlo.

—Dime que eres él.

—Chanyeol, yo soy yo, nunca he sido otra persona más que yo mismo.

—Tú me dijiste...

—Te dije que era Wook, pero ahora soy Baekhyun. Tú fuiste quien decidió esto, intenté todo lo que pude, pero no dejaste que lo hiciera.

—Tengo miedo, tienes que entenderme.

—Por supuesto que te entiendo —levantó el tono de voz cuando Chanyeol lo hizo, era evidente que estaba molesto—. ¿Crees que me hubiese ido si no? Me alejé de ti justamente porque no quería hacerte daño, ¿cuándo he puesto mi felicidad antes que la tuya? Dímelo.

—No lo sé... —se le cortó la respiración antes de poder continuar y comenzó a llorar desconsoladamente.

Baekhyun cerró la boca al verlo, dejó la toalla sobre el sofá antes de levantarse y abrazarlo. Se le había encogido el corazón en tan solo un instante, le susurró que todo estaría bien, besó sus mejillas empapadas de lágrimas y recorrió con sus manos la espalda del otro pegándolo a su cuerpo a pesar de ser mucho más bajo que él.

—Vamos, Yeol, no llores, estoy aquí contigo.

—No es cierto, moriste.

—Pero aquí estoy, puede que no luzca como antes, puede que no sea el mismo de antes o que no tenga las mismas aspiraciones, lo único que tengo y que tenía eres tú, siempre te tendré y te llevaré en mi corazón, incluso si muero y renazco mil veces, serás el primero en el que piense cada día.

—Quiero creerte, pero tengo miedo de que esto sea real.

—Yo también lo tuve, pero no hay nada que el tiempo no pueda arreglar.

Chanyeol siguió llorando contra su hombro empapándolo con sus lágrimas, Baekhyun no hizo más que consolarlo hasta que las manos del mayor tomaron su rostro y sus ojos lo miraron directamente entre el tumulto de gotas acumuladas en sus ojos.

—Te prepararé un té.

Baekhyun se colocó de puntillas para empujar a Chanyeol por los hombros dejándolo sentado en el mullido sofá que este tenía. Corrió hasta la cocina y calentó agua suficiente para dos tazas, no le gustaba el té, pero le iba a dar una doble dosis a Chanyeol.

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