Capítulo 4: Hermano

11.2K 1.4K 129
                                    

Un suspiró brotó de sus pomposos labios. Odiaba mucho los días en que su amada pareja no estaba junto a él. Largos días en los que estaba solo en aquella pequeña casa donde vivía.

Nunca se vio viviendo solo a los veinte años, pero a causa de que su familia adoptiva estaba pasando por un mal momento tanto económico como emocional, no pudo evitar sentirse como un peso más para ellos, obligándose a sí mismo a mudarse solo a los dieciocho años en una pequeña casa en el lugar donde ―según lo que le fue dicho por sus padres― lo habían encontrado.

Tenía un hermano, era el único hijo de la pareja que le había ofrecido su amor y acojo. Tenía la misma edad de su novio, veinticinco años, la última vez que lo había visto ―hace un par de meses― se había puesto un color claro en el cabello, haciendo resaltar más su piel morena.

JiMin amaba mucho a su hermano, él siempre lo cuidó, desde que solamente era un bebé desamparado de seis meses, y en la actualidad lo seguía haciendo.

Caminó por el corto pasillo hasta llegar a la sala, sus ojitos inmediatamente viajaron al florero que dentro tenía aquel ramo de rosas blancas que su Hyung le había llevado. Se acercó, acariciando cada pétalo, recordando las lindas palabras que YoonGi siempre susurraba en su oído cada vez que lo abrazaba por la espalda o simplemente se encontraban acurrucados en la cama o en el sofá.

Sintió las inmensas ganas de llamarlo y preguntarle cómo le ha estado yendo en el trabajo, si había comido y dormido correctamente. Así que tomó el viejo teléfono de la casa, mordiendo suavemente su belfo inferior mientras pasaba sus regordetes deditos por cada uno de los botones. Pero al momento en que iba a marcar el número de la oficina de su mayor, en la puerta principal se escucharon varios toques.

JiMin guardó nuevamente el teléfono, dándose una mirada rápida en el espero frente a él para luego, caminar hasta la puerta y abrirla.

Inmediatamente sus ojitos se cristalizaron, y el nudo en su garganta creció cuando sintió los firmes y fuertes brazos rodear su cuerpito.

― ¡Monnie! ¡Monnie, estás aquí! ―no pudo contener su felicidad.

El hombre se separó del menor, tomando sus mejillas entre sus grandes manos y limpiando estas con sus pulgares, admirando con amor la hermosa sonrisa puesta en el rostro del rubio.

―Hola, hermanito. 




























Solo porque me estoy obsesionando un poquito con el NamMin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Solo porque me estoy obsesionando un poquito con el NamMin.

Mochi.

Dedication © YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora