Levantó sus brazos para así poder estirarse, sintiendo como aquel suéter blanco se alzaba más de la cuenta, dejando ver su pálida pancita y aquellas estrechas y femeninas curvas.
Dejó salir un suave bostezo, cubriendo su boca por costumbre cada vez que esto sucedía. Se levantó de la comodidad de su cama y salió su habitación para dirigirse hacia el baño. Se lavó el rostro y cepillo sus dientitos, ahora caminando por el corto pasillo para dirigirse a la pequeña pero acogedora sala de su hogar.
Él era alguien que madrugaba, así que estaba despierto antes de las seis de la mañana. Le gustaba preparar un poco de leche caliente para echarle un poco de polvo de fresa y así, beberla tranquilamente sentado en las mecedoras de madera que había en la pequeña entrada, o balcón que tenía.
Caminó de puntillas hasta la puerta principal, pues el suelo estaba helado y había olvidado sus pantuflas en la sala. Se las colocó a la vez que sostenía el manubrio de la puerta dispuesto a abrirla para así recoger el periódico.
Abrió lentamente, sintiendo la fría brisa golpear su carita y provocar que la sangre subiera a sus mejillas, nariz y orejas para intentar calentarlo un poco más. Pero cuando miró hacia abajo, su quijada casi cae al suelo.
Su pareja, un chico tres años mayor que él y proveniente de la ciudad se encontraba sentado allí, serenamente dormido abrazando las llaves de su motocicleta y un hermoso ramo de rosas blancas. Su nariz estaba tintada de un ligero tono rojizo y sus labios se encontraba resecos a causa del frío.
El menor se acercó, mirándolo con amor y ternura, pues él era siempre tan dedicado y atento que ni siquiera sabía qué había hecho para merecerlo. Paso sus regordetas manos por su frente, apartando parte del negruzco cabello que estorbaba, y luego pasó a acariciar su suave rostro, notando como el mayor se acercaba más a su mano en busca de más caricias.
—Yoonnie Hyung —susurró con cariño, dejando un besito en la nariz del pelinegro—. Yoonnie vamos adentro, está helado aquí, puedes enfermar.
El mayor se quejó en un murmullo, pero no protestó cuando su pequeño chico ayudó a levantarlo y juntos caminaron hacia la casa. El menor dejó a su Hyung sobre el sofá, y se dispuso ahora a hacer aquella leche calienta que tanto le gustaba, pero la fría y gran mano de su mayor se lo impidió, haciendo que se diera la vuelta y que fuera sostenido suavemente de la cintura.
—Yoonnie... Debo hacer el desayuno —susurró con una amplia sonrisa en su rostro.
El mayor negó entre sueño, halando a su joven pareja hacia él, haciendo que se sentara sobre su regazo, y lo acunó como si fuese un bebé. El de cabellos rubios trató de zafarse de los brazos del pálido, pero obviamente este era mucho más fuerte que él, impidiendo tal acción, incluso pegándolo aún más a su cuerpo.
—Yoonnie...
—Cinco minutos, JiMinnie, solo cinco minutos más —murmuró ronco, dejando salir un cálido suspiro contra la piel del menor, quien se estremeció de inmediato.
Pero él solo rió ligeramente, acomodándose sobre su pareja, rodeándolo con sus bracitos y descansando su cabeza en su pecho, sintiendo y escuchando su lenta respiración y serenos latidos, acurrucándose y dándose calor el uno al otro en esa fría mañana de otoño.
espero que les haya gustado uwu
¡Pasen linda noche!
¡Las amo!Mochi.
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Dedication © Yoonmin
Fanfictionˏˋ ☄ °•*⁀➷ A él no le importaba tener que viajar cinco horas para pasar tiempo con su lindo novio.❞ ⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣ ʚ┊Yoonmin. ʚ┊Romance / Drama / Mpreg. ʚ┊Mención Hopev. ʚ┊Contenido explícito. ⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣⌣ 📍HISTORIA ORIGINAL ;; Queda totalmente p...